Ginebra.- Relatores Especiales de la ONU condenaron enérgicamente graves violaciones de los derechos culturales y el derecho a la libertad de religión y creencias en el norte de Mali, tras la destrucción de lugares de importancia religiosa.
"Estos acontecimientos parecen anunciar un futuro muy oscuro para las poblaciones locales en el norte de Mali", advirtió en un comunicado la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la esfera de los derechos culturales, Farida Shaheed.
Entre los lugares destruidos por los ataques de grupos radicales islámicos se encuentran los mausoleos en Tombuctú, considerados patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
"La destrucción de las tumbas de los antiguos santos musulmanes en Tombuctú es una pérdida para todos nosotros, pero sobre todo para la población local y además significa la negación de su identidad, sus creencias, su historia y su dignidad", argumentó.
"Es importante que las partes en Mali y la comunidad internacional unan sus esfuerzos para garantizar el respeto y la protección de los derechos de las personas en el norte del país, en particular sus derechos culturales y su derecho a la libertad de religión y de creencias", dijo
Shaheed también pidió a los países vecinos "combatir el tráfico ilícito de bienes culturales procedentes de la región del norte de Mali".
A raíz de los ataques contra lugares de culto y la profanación de cementerios, el relator especial de la ONU sobre la libertad de religión o creencia, Heiner Bielefeldt, dijo que no solamente violan los derechos de los creyentes sino de toda la comunidad, los malienses y la humanidad.
Los dos relatores pidieron a los países que aseguren el pleno respeto y la protección íntegra de los sitios religiosos.
Ambos hicieron eco del llamado que hizo el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (CPI) en el sentido de que los ataques a lugares de culto históricos pueden constituir crímenes de guerra.
Los expertos aseguraron que han recibido denuncias relacionadas con la prohibición de música en Tombuctú, Gao y Kidal, algo que consideraron "una clara violación de la libertad cultural y artística".
Finalmente condenaron la intención de los grupos radicales armados asentados en el norte de Mali de querer "imponer su visión del mundo sobre las poblaciones locales".