Garrett Rolfe, agente de policía que asesinó al ciudadano afroamericano Rayshard Brooks durante una detención de tránsito en las afueras de un restaurante Wendy’s, ubicado en la ciudad de Atlanta, Georgia, podría enfrentar la pena capital por sus crímenes.
Brooks fue acribillado después de que se llamara a la policía al restaurante de comida rápida para despertarlo porque, aparentemente, se había quedado dormido dentro del coche.
Por este motivo, Rolfe, quién ya fue despedido, enfrentará 11 cargos relacionados con este asesinato. Si se le encuentra culpable, podría llegar a enfrentar la pena de muerte.
Incluso, el otro policía presente en el lugar de la matanza, de nombre David Brosnan, participará como testigo del caso.
El nuevo asesinato de una persona de color a manos de un policía, en un despliegue de uso excesivo de fuerza, llega en el marco de varias semanas de protestas contra la brutalidad policíaca a partir del asesinato de George Floyd, a manos de otro agente de policía, en Mineápolis.
De acuerdo a autoridades policíacas de Georgia, se tratará de la primera vez que un oficial de policía testifique en contra de su propio compañero.
Será la novena vez que un miembro de la policía de Atlanta sea acusado de homicidio en el transcurso de su trabajo.
Según el video obtenido del asesinato, luego de 41 minutos de plática sin incidentes, el asesino comenzó a forcejear con Brooks, quien le arrebató un aparato para choques eléctricos y luego se dio a la fuga.
Así, por la espalda, fue como el ex policía asesinó a la víctima, de dos balazos, impactando un tercer disparo a un vehículo de los alrededores, poniendo en riesgo de muerte a su conductor.