México.- La Conferencia de obispos católicos de Canadá (CCCB, por sus siglas en inglés) ha pedido a sus fieles que eviten recibir las vacunas contra la Covid-19 de Johnson & Johnson y AstraZeneca. ¿La razón? Dicen que están hechas de fetos.
Según los sacerdotes, las farmacéuticas usan líneas celulares derivadas de abortos para el desarrollo, producción y ensayos clínicos de vacunas contra el coronavirus.
La iglesia dijo que vacunarse es una “acto de caridad”, sin embargo, recibir las vacunas de estas dos farmacéuticas es un “dilema ético”.
El ministro de Salud de Quebec, Christian Dubé, dijo que la declaración de los sacerdotes católicos sobre las vacunas de fetos no es verdad y llamó a las personas a confiar en los expertos en salud y ciencia.
¿Es cierto que las vacunas anticovid están hechas de fetos?
Sacerdotes católicos de Canadá no son los únicos que han polemizado por una supuesta vacuna contra el coronavirus hecha de fetos. La Iglesia católica en Estados Unidos acusó a Johnson & Johnson de usar células madre de abortos.
Usar células de abortos, o fetos, es una práctica común para crear vacunas desde 1960. Dosis contra la rubéola, varicela o hepatitis A, así como para desarrollar tratamientos contra la artritis reumatoide o la hemofilia, han usado esta técnica.
Un artículo de la revista Science de junio de 2020 señaló que al menos cinco candidatas a vacunas contra la Covid-19 usaban líneas fetales humanas: HEK-293 y PER.C6. Esta última es una línea es usada por Janssen, propiedad de Johnson & Johnson.
Johnson & Johnson explica el proceso para su vacuna de una sola dosis: el adenovirus es cultivado en líneas celulares, creadas hace décadas con tejido de feto. Las células en esas líneas son clones de las células iniciales, no el tejido original.
Es decir, el adenovirus de la vacuna se cultiva en células de fetos clonadas, mas no están hechas de fetos.
Con información de El País y EFE