México.- En medio de una contingencia sanitaria por la propagación del coronavirus Covid-19 en el mundo, la oficina de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, alertó que las desigualdades de género contra las mujeres pueden aumentar, incluida la violencia doméstica o falta de acceso a los servicios de salud.

A través de un breve informe titulado “Cómo incorporar a las mujeres y la igualdad de género en la gestión de la respuesta a la crisis”, la agencia internacional aseveró que los impactos e implicaciones son diferentes para mujeres y hombres.

En medio de la emergencia, la ONU Mujeres advirtió sobre el aumento de los riesgos de violencia contra mujeres y niñas, particularmente la violencia doméstica por el encierro en los hogares y también puede provocar aislamiento de las mujeres. O el impacto económico que traerá la pandemia y que puede generar barreras adicionales para que una mujer violentada deje a su pareja, o sea explotada sexualmente.

“Las personas sobreviviente de violencia pueden enfrentar obstáculos adicionales para huir de situaciones violentas o para acceder a orden de protección y/o servicios esenciales que puedan salvar vidas, debido a factores como restricciones de la circulación o cuarentena”.

Trabajo de cuidados y trabajo doméstico

El trabajo de cuidados no remunerado es otro ámbito que ONU Mujeres prevé desigualdad, pues refirió que ante la saturación de sistemas sanitarios y cierre de escuelas, esta labor recae mayormente en las mujeres, quienes de manera desigual tienen la responsabilidad de atender a familiares enfermos, personas mayores y a la infancia.

También señaló que las cuarentenas reducen la actividad económica y de subsistencia, principalmente para las trabajadoras informales y domésticas, quienes pierden su sustento de vida casi de manera inmediata, sin ninguna posibilidad de sustituir el ingreso diario.

“Afecta también en particular a las trabajadoras domésticas que enfrentan al menos dos desafíos específicos; los derivados de la mayor carga de cuidados y la posibilidad de perder el ingreso cuando por razones sanitarias se solicita dejar de trabajar por considerarla un riesgo de contagio para las familias”.

Migración, discriminación y violencia contra las mujeres

La violencia contra las mujeres en diferentes ámbitos también se puede agravar en este contexto de crisis con el coronavirus Covid-19; la migración irregular de mujeres y niñas puede generar mayores riesgos asociados con la violencia y la trata de personas con las restricciones de viajes, dificultades de acceso a servicios de salud y falta de documentación.

“El brote ha provocado un aumento del estigma, la xenofobia y la discriminación [...] que conducen a una mayor desigualdad, alejan a las personas de los servicios que necesitas, exacerban estereotipos así como la hipersexualización de las mujeres, y dificultan su integración socioeconómica”.

Además, uno de los primeros impactos son los costos físicos y emocionales, así como la probabilidad mayor de contagio por ser primeras respondientes ante el brote de coronavirus; también refirieron que cuando sucede una crisis como la actual, los Estados suelen desatender los servicios de salud sexual y reproductiva con falta de atención a salud prenatal, postnatal, y anticonceptivos.

Finalmente, mujeres y niñas pueden tener dificultades de acceso a alimentos con cierre de escuelas y comunidad , escasez de alimentos y por restricciones, lo que podría incrementar mecanismos para afrontar la crisis como la explotación sexual con fines comerciales.

Respuesta ante desigualdades de género con Covid-19

Entre las recomendaciones de la agencia de la ONU, se establece la necesidad de destinar recursos suficientes para responder a las necesidades de niñas y mujeres; implicar a las mujeres en todas las fases del brote de coronavirus y en las decisiones sobre el caso; y asegurar la atención a las mujeres que trabajan en el sector sanitario .

Otra labor de los Estado es la adopción de medidas directas de compensación de trabajos informales y los demás sectores afectados por la pandemia y reconocer la sobrecarga de trabajo no remunerado al interior de los hogares. Así como asegurar la continuidad de los servicios esenciales para responder a la violencia contra las mujeres.