México.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió un sistema hidráulico debajo de la tumba del rey Pakal en Palenque, Chiapas.
El hallazgo es tan importante, que modifica la teoría original sobre la construcción de la pirámide y concatena con el hallazgo de un par de orejeras con un epígrafe que narra cómo ser recibido por el dios del inframundo sumergiéndose en el agua.
La teoría original propuesta por el arqueólogo Alberto Ruz Lhullier, dice que la cámara funeraria de Pakal II es el punto de partida de los nueve cuerpos que constituyen el Templo de las Inscripciones; la nueva evidencia indica que el centro pudo estar marcado por existencia de un manantial.
{username} (@rtovarydeteresa) July 25, 2016
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El sistema se encontró en el subsuelo del Templo de las Inscripciones que corre bajo la cámara funeraria del rey a 1.70 metros, informó el arqueólogo Arnoldo González Cruz, quien considera que éste reproduce de manera simbólica, el camino al rey K’nich Janaab’ Pakal o Escudo Ave-Janaab de Rostro Solar, por las aguas del inframundo.
El hallazgo fue fortuito, mientras se llevaba a cabo la conservación arquitectónica de la cámara con la excavación de pozos de sondeo que condujo al descubrimiento del canal.
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El canal está construido con hileras horizontales de piedras talladas unidas con rayuela y arcilla plástica; el tamaño del conducto es casi cuadrado con 50 centímetros de largo por 40 de ancho, mientras el piso es de roca caliza tallada y con una longitud de 17 metros, cuando se encontró, el agua todavía mantenía su curso.
El logro arquitectónico es fascinante, porque el sistema permite drena el Templo de las Inscripciones a 2.70 metros de profundidad, hacia la plaza frente a él, mientras debajo del edificio, el canal principal continúa en línea recta hasta ensancharse nueve metros y formar un vertedero.
El canal se conecta con otro mediante sus aguas, que corre paralelo al primero pero en un nivel superior.
González Cruz, director del Proyecto Arqueológico Palenque, cree que el diseño de los canales podría haber sido resultado de un método para drenar el agua de lluvia que se recolecta en las terrazas del Templo XXIV.
La hipótesis más sólida es que la existencia del manantial derivó en la construcción, cuyas aguas se canalizaron dentro de la tumba, teoría que se sustentan en datos arqueológicos y en las menciones epigráficas e iconográficas sobre el entierro de personajes junto a cuerpos de agua.