México.- Brenda vio por última vez a su hermana, Daniela Mabel Sánchez Curiel, el 14 de febrero de 2015, casi un mes antes de que fuera desaparecida. A más de 5 años, la familia de la joven acusa que los avances de la carpeta sólo han sido realizados por ellos mismos y desde el principio, las autoridades en Tlalnepantla revictimizaron el caso.
Brenda y Daniela se iban a reunir el 11 de marzo de 2015, pero cancelaron el encuentro por cuestiones laborales; la hermana de la joven que entonces tenía 21 años de edad, le envió un mensaje pero ya no obtuvo respuesta, y así sucedió con su mamá, a quien en su último mensaje, Daniela le dijo que se había peleado con Christian, su pareja.
“Nosotras pensamos que esta persona (Christian) le había quitado su teléfono, sabíamos que era muy controlador con ella, pero luego de dos días, una amiga de mi hermana nos dijo que no había ido a trabajar y tampoco sabían nada de ella”.
Brenda
Fue el 13 de marzo que Christian, quien vio por última vez a Daniela, y Laura, su mamá, acudieron al Ministerio Público de Tlalnepantla para denunciar la desaparición de la joven; en su declaración, el hombre la revictimizó porque aseguró que se había ido con otra persona. Además, proporcionó información falsa sobre la vestimenta de Daniela y luego de un mes, desistió de la búsqueda.
Los dichos del hombre, además de actitudes que la familia notó como que quiso deshacerse de las cosas de Daniela, hizo que sospecharan su posible responsabilidad en la desaparición, sin embargo esta línea de investigación no se ha seguido y la pareja de la joven únicamente ha sido parte de las indagatorias como testigo.
En entrevista con SDPnoticias, Brenda explicó que otra de las irregularidades durante los primeros meses de la desaparición, fue que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) no realizó el cateo correspondiente en la casa de Daniela y Christian de manera inmediata, sino que tardaron casi 7 meses y por eso acusan que se perdieron elementos importantes que habrían ayudado a la ubicación de la mujer.
“Luego de que mi hermana desapareció, comenzó a difamarla, decía cosas como que ella le había dicho que se iba a ir con otro pero esto no es verdad, pues días antes Daniela y yo platicabamos sobre vivir juntas porque ambas queríamos separarnos de nuestras parejas”.
Brenda
En el Ministerio Pública, la familia se encontraba con nulos avances; al contrario, las autoridades preguntaban qué habían encontrado para aportar a la carpeta de investigación. Fue debido a la omisión de autoridades, que su madre y hermana comenzaron a preguntar con las amistades de Mabel si sabían algo. Se enteraron del nivel de violencia que Christian ejercía contra su familiar.
Amigos les comentaron que la pareja de Daniela era muy violento al grado de mantenerla encerrada e incomunicada por días, “nosotras no nos dimos cuenta porque ella no dejaba de responder, suponemos que sólo le permitía contestar nuestros mensajes para que no sospecharamos”; también les contaron que Christian controlaba la vida de la joven, con quién salía y la violencia psicológica en su contra, pero a pesar de presentar estos testimonios, las autoridades no investigaron.
El día de la desaparición, Brenda supo que la pareja discutió porque su sobrino, hijo de Daniela, contó lo que sucedió entre sus papás aunque esta declaración tampoco fue tomada en cuenta para las diligencias, por lo que la principal exigencia de la familia es investigar a Christian.
Desplazamiento forzado y lucha en colectivos
El hijo de Daniela se quedó bajo el resguardo de su abuela materna y su tía Brenda, quien aseguró que al menos durante el primer año de la desaparición, el niño mostraba una actitud muy agresiva, tenía ataques de ira y decía que amenazaba a sus primos porque de esa manera habían amenazado a su mamá.
Cuando cumplieron tres semanas con Daniela desaparecida, Christian solicitó que le regresaran a su hijo, pero la familia se negó y por ello el hombre interpuso una Alerta Amber (que no prosperó) y comenzó a hostigar a la familia de la mujer con amenazas de muerte. Fue en este momento cuando Laura junto a Brenda y sus hijos, se vieron obligadas a desplazarse a otro estado.
Luego de 6 meses, la mamá de Daniela se unió a un colectivo de búsqueda y se enteró que como víctimas tienen derechos a una asesoría jurídica y apoyo en caso de desplazamiento forzado por el delito, entre otras medidas que comenzaron a recibir por parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV). También debido a la unión con otras familias, el caso avanzó con las diligencias pero no así sobre el paradero de la mujer.
“La carpeta la hemos armado nosotras mismas, con lo que investigamos y les llevamos a las autoridades.El boletín de recompensa por información de mi hermana lo obtuvimos casi 4 años después y todo porque mi mamá supo que podía solicitar este tipo de recursos, de otra manera, nadie nos hubiera dicho nada“.
Brenda
La sábana de llamadas fue integrada a la investigación dos años y medio después; el rastreo de la última conexión de la cuenta de Facebook de Daniela se realizó cuando ya no se podía recuperar la información por parte de la Policía Cibernética y todos estos datos se perdieron. Lo que resta, lo investigado por la familia apunta sólo a una persona que sigue libre.
Daniela quería hacerle una fiesta grande a su hijo
Brenda recuerda que antes de la desaparición, Daniela le contó que tenía el plan de hacerle una fiesta grande a su hijo por su cumpleaños y en cuanto a su trabajo, contemplaba ingresar a cursos para escalar de puesto dentro de la tienda 7-Eleven donde laboraba. Personalmente, iba a separarse de Christian y buscar estabilidad económica, emocional y mejor calidad de vida junto a su hijo, quien ahora tiene 8 años de edad.
“Quiero que sepa que la seguimos buscando y exigimos justicia por su memoria porque a lo largo de estos años, las autoridades nos siguen revictimizando. En su momento, hablaron de la ropa que vestía y a nosotras nos llamaron exageradas por la situación del desplazamiento”.
Brenda
Actualmente, la FGJEM ofrece 300 mil pesos de recompensa por información relacionada con el paradero de Daniela Mabel Sánchez Curiel, quien mide 1.58 metros de estatura, es de complexión delgada, piel clara, con una cicatriz en el antebrazo y estrías en el abdomen. A la joven de ahora 25 años también la busca la Fiscalía General de la República y cualquier información se puede comunicar al 01 800 70 28 770.