México.- Días antes de su homicidio, ocurrido este martes 8 de mayo, Abel Montufar Mendoza, alcalde con licencia de Coyuca de Catalán y actual candidato a diputado local por el Distrito 17 de Guerrero, denunció amenazas de muerte. Hoy, Montufar se convirtió en el octavo aspirante a un cargo de elección popular asesinado en México, en menos de dos meses.

En noviembre de 2015, Abel Montufár Mendoza, entonces alcalde de Coyuca de Catalán, llevaba sólo 50 días en el cargo y ya denunciaba los embates de la delincuencia organizada en su región, la de Tierra Caliente, en Guerrero.

"Miren hay mucho delitos rezagados, aquí ha habido secuestros, extorsiones, homicidios y están en rezago […] Yo quisiera que todo estuviera en paz, yo estoy haciendo todo lo mejor”, aseguró en ese entonces.

Durante su gobierno denunció el impacto de grupos criminales. Declaró que en la carretera que conecta Ciudad Altamirano y Coyuca de Catalán, la mayoría de los locales estaban cerrados, los hoteles abandonados, al igual que algunas agencias de autos, por las extorsiones.

Montufar también se manifestó en contra de integrantes de la Fiscalía de Guerrero coludidos con criminales. A los dos meses de su administración encabezó a más de mil personas que tomaron las instalaciones de la policía ministerial, a quienes acusaron de extorsionadores.

“Hay mucho rezago, ¿por qué no abocarse a lo que ellos deben de hacer, a la investigación, a la procuración de justicia? Ellos han andado extorsionando”, denunció.

Este año, Abel Montufar Mendoza pidió licencia, dejo la alcaldía de Coyuca de Catalán y se convirtió en candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a diputado local por el distrito 17 de  Guerrero, con esta advertencia inició su campaña el pasado 29 de abril:

"Hoy me empezaron a amenazar a mi gente, que no vinieran, que porque su amigo Abel iba a ser muerto, y si soy muerto, pero en la lucha, porque no me voy a rajar, señores”.

Este martes 8 de mayo, sus enemigos cumplieron las amenazas, su cadáver fue hallado en el interior de una camioneta Nissan blanca modelo Frontier, de su propiedad, que fue abandonada sobre el bulevar Altamirano-Coyuca de Catalán, en el entronque con la zona de tolerancia. Su cuerpo presentaba huellas de tortura y disparos en diferentes partes del cuerpo.