México.- "¿Grasa, joven?", es una frase que casi ya no se escucha en Acapulco, Guerrero: A raíz de la pandemia del coronavirus Covid-19 el trabajo de los boleros cayó hasta en un 80 por ciento.
De acuerdo con El Sol de Acapulco, los boleros que están en el Zócalo tienen ganancias mínimas, apenas para comer y pese a ello, no han recibido apoyo económico ni de despensas por parte del gobierno, en marco de la pandemia del Covid-19.
México y el mundo sufren una crisis sanitaria y económica a raíz de que por la pandemia, como medida de prevención para frenar la propagación del Covid-19, se tuvieron que cerrar varias actividades comerciales señaladas como no esenciales.
"Estamos abandonados", dicen boleros
La pandemia del Covid-19 ha provocado que el trabajo de los boleros haya caído hasta en un 80 por ciento en Acapulco, Guerrero, lo que tiene preocupado al sector.
Raúl, quien tiene 25 años en el oficio de boleros, comentó a El Sol de Acapulco que antes de la pandemia del coronavirus atendían entre 10 y 15 clientes al día, ahora en pleno semáforo rojo si les llegan uno o dos ya es ganancia para la comida diaria.
Además dijo que no les alcanza lo que ganan al día y ninguna instancia de gobierno les ha ayudado ni con despensas ni apoyo económico.
Incluso, el bolero comenta que ante la falta de trabajo, han tenido que bajar sus precios hasta en un 50 por ciento, por lo que si antes cobraban la boleada con pintura en 30 pesos, hoy la dejan hasta en 15 pesos.
"Estamos abandonados, aquí tú ves, somos varios y no hay clientes"
Raúl
El bolero comentó que los únicos que se acercan a los boleros son los que se practican la prueba del virus, "pero nuestros clientes no están, ya estamos desesperados, no tenemos ni para comer, ojalá alguien nos pueda ayudar porque la situación es difícil".
Otro bolero afectado dijo al mencionado rotativo que pese a la publicidad de Mario Moreno “Cantinflas” en la plaza Juan Álvarez, en Acapulco, la población no acude a darles un poco de trabajo.
En este contexto, dijo que ya no saben qué hacer para obtener recursos y mantener a sus familias, e incluso algunos han dejado sus puestos y andan en las calles vendiendo cubrebocas y otros productos preventivos en esta pandemia.