Las afectaciones que enfrentan las familias de víctimas de feminicidio tras el crimen son incontables; depresión, culpa, hipertensión y migrañas, son ejemplos de lo que llegan a presentar, según reveló un estudio del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

El 8 de diciembre, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, el OCNF presentó los resultados de un estudio que realizó sobre las afectaciones a las familias de víctimas de feminicidio y tentativa de feminicidio.

Son muchas las consecuencias que el feminicidio ocasiona en las familias, desde afectaciones psicosociales y físicas hasta de manera económica y en los entornos comunitarios.

Impactos psicosociales en familias de víctimas de feminicidio

De acuerdo con el estudio del OCNF, los impactos emocionales en las familias de víctimas de feminicidio no son lineales y son duelos complejos, con múltiples sentimientos que no necesariamente mejoran con el tiempo.

La tristeza es la principal emoción en las familias cuando sucede un feminicidio pero las normas sociales patriarcales han ocasionado que la culpa también sea un sentimiento preponderante cuanto ocurre este crimen.

Madres de víctimas de feminicidio se culpan por “no haberlas protegido”, por no haber “estado más al pendiente de sus relaciones”:

“Porque cuando te pasa esto, lo primero que piensas, el primer sentimiento es la culpa, la culpa es lo que le puedo decir que aflora más, te culpas de ¿Por qué la dejaste sola? ¿Por qué no se quedó más tiempo? Quizás, hubiera preferido que se quedara aquí en la casa, no sé, eso es terrible, eso de sentir esa culpa”.

Y el tercer sentimiento que suelen desarrollar las familias de víctimas de feminicidio es enojo, odio, coraje o rencor contra terceras personas: los feminicidas.

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Depresión, enfermedad psicosomática muy presente en familias de víctimas de feminicidio

La depresión fue la enfermedad psicosomática que el OCNF encontró en reiteradas ocasiones durante su estudio a familias de víctimas de feminicidio, así como la ansiedad, padecimientos que representan afectaciones importantes a la salud.

“Es terrible sufrir depresión, ansiedad, miedo, ganas de no vivir, ganas de no querer levantarse a pesar de estar conviviendo con mis hijos, con mi esposo, se pierde todo. La verdad, no tiene uno ánimos de nada”.

Otras expresiones de enfermedades psicosomáticas en las víctimas directas e indirectas son aislamiento, cambios de comportamiento, pensamientos recurrentes sobre el feminicidio, así como pérdida o aumento del apetito.

Y falta de estabilidad emocional hasta que accedan a la justicia: “yo no voy a vivir tranquila hasta que encuentren al asesino de mi hija, porque pues él no sólo destruyó su vida de ella, destruyó la vida de toda mi familia”.

Todo lo anterior está relacionado con el feminicidio, la pérdida directa de la mujer, sin embargo, la actuación de las autoridades, la revictimización también ocasiona sentimientos que afectan a las familias.

“La revictimización genera emociones como miedo y enojo, además de sentimientos de frustración, culpa, desesperación, decepción, desconcierto, desmotivación”.

Parte de la violencia institucional que genera impactos emocionales en las víctimas es la dilación en los procedimientos, la falta de debida diligencia y el seguimiento puntual y efectivo de sus procesos judiciales.

OCNF presentó un estudio sobre las afectaciones a las familias víctimas de feminicidio

Es un profundo desgaste emocional en las víctimas directas e indirectas durante el procedimiento de investigación y otra situación es la pérdida de confianza en las instituciones.

Impactos físicos en las familias de víctimas de feminicidio

En cuanto a las afectaciones físicas en las familias de víctimas de feminicidio, el OCNF identificó algunos de los padecimientos que se generaron a partir del hecho, como:

  • aumento o pérdida de peso o del apetito
  • dolores de cabeza intensos o migrañas
  • contracturas musculares
  • presión baja
  • hipotensión e hipertensión
  • taquicardias
  • enfermedades o afectaciones en el área estomacal, tales como colitis por estrés, inflamación, acidez y diarrea
  • problemas para caminar debido a la hinchazón de los pies y las piernas
  • afectaciones en la piel, como irritación o sarpullido
  • problemas dentales

Pero un hallazgo frecuente fue la idea en los familiares de que no se pueden enfermar en “estos momentos” debido a las responsabilidades y todo lo que demandan sus procesos en búsqueda de verdad, justicia y reparación integral, lo que provoca que pospongan la atención a su salud.

Las familias de víctimas de feminicidio también reportan que aumentaron sus malestares o modificaron la dosis de medicamentos para el tratamiento de padecimientos como diabetes, hipertensión, artritis o carnosidad en los ojos.

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Las afectaciones económicas en las familias de víctimas de feminicidio

Los primeros gastos que las familias víctimas de feminicidio deben afrontar son los que derivan de las necesidades inmediatas consecuencia de la búsqueda de las mujeres que desaparecen antes de su muerte.

Y luego los costos que derivan de la ausencia de la víctima por el tipo de contribución económica que realizaba en el hogar; así como la asesoría jurídica:

  • Los gastos funerarios
  • Y sobre todo, el deterioro económico para las víctimas en los procesos de búsqueda de justicia
  • El ámbito laboral, la mayoría de las víctimas directas e indirectas entrevistadas presentaron inestabilidad o pérdidas de empleo

El OCNF incluyó en su estudio las afectaciones comunitarias, como las escuelas, barrios y lugares de trabajo.

Por un lado, la comunidad asume diferentes respuestas que van desde un papel pasivo, hasta un rol activo de exigencia o búsqueda de justicia, o respuestas de empatía mediante el apoyo moral hacia las familias.

Aunque también ocurre que la respuesta de la comunidad sea negativa, culpabilizan a las víctimas directas e indirectas y esto se convierte una victimización terciaria.