El jueves 15 de agosto, Claudia Sheinbaum recibió la constancia de mayoría que la acredita como presidenta electa de México, tras lo cual ofreció un par de discursos.
El primero mensaje de Claudia Sheinbaum se dio en la sede del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), mientras que el segundo, fue en el Teatro Metropolitan.
Si bien la presidenta electa de México abordó algunos temas en común en sus pronunciamientos, los mensajes en el TEPJF y el Teatro Metropólitan sí fueron distintos.
¿Cuáles fueron las diferencias de los discursos que ofreció Claudia Sheinbaum durante los actos que encabezó el jueves 15 de agosto? Te contamos todos los detalles.
Estas fueron las diferencias de los de Claudia Sheinbaum en el TEPJF y el Teatro Metropólitan
Aun cuando en sus pronunciamientos Claudia Sheinbaum habló de algunos asuntos en común, los discursos que ofreció en el TEPJF y el Teatro Metropólitan fueron diferentes.
Lo anterior debido a que en primer lugar, el primer mensaje que la presidenta electa dio en la sede del TEPJF, fue mucho más corto que el segundo que dio en el Teatro Metropólitan.
En torno a ello, se ha podido establecer que el discurso que leyó ante las y los magistrados del Tribunal Electoral, tuvo una extensión de aproximadamente mil 366 palabras.
Mientras que el segundo pronunciamiento al que dio lectura ante la presencia de cientos de simpatizantes y militantes de Morena, tuvo una extensión de 4 mil 540 palabras.
En lo que respecta a los temas sobre los cuales Claudia Sheinbaum habló a lo largo del discurso que dio en el TEPJF, se trataron de los que se presentan a continuación:
- Habló sobre la jornada electoral del 2 junio a la que calificó como “participativa, democrática, pacífica, ordenada y libre”
- Reconoció el actuar de los magistrados del TEPJF que derivó en el fallo a través del se declaró la validez de su triunfo
- Destacó que su triunfo es de todas las mujeres en la historia del país, por lo que se comprometió a luchar para seguir construyendo igualdad y libertad para todas las mujeres del país
- Garantizó que dará continuidad con el proyecto de la llamada Cuarta Transformación que inició desde el 2018 con el triunfo del presidente AMLO
- Prometió que trabajará a favor de consolidar un México de bienestar y de derechos donde la libertad se garantice bajo un régimen democrático
- Reiteró que buscará continuar en la tarea de construcción de la paz bajo los principios de atender las causas, reforzando la justicia y abatiendo la impunidad
- Se pronunció a favor de erradicar las posturas discriminatorias para que nunca más se trate al pueblo de México con desprecio, clasismo, racismo y a las mujeres con machismo
- Afirmó que trabajará para conseguir justicia en todos los ángulos y ámbitos de la sociedad y que incluya una obligada separación del poder económico y el poder de la justicia
- Se comprometió a actuar con honestidad, responsabilidad y respeto la independencia de los poderes, gobernando para todos y para todas
En un análisis sobre los puntos que trató en ambos discursos, se puede determinar que Claudia Sheinbaum únicamente habló de 4 asuntos en común y el resto fueron distintos.
Los temas en común fueron el de la relevancia histórica de las mujeres, su compromiso de continuidad a la 4T, la consolidación de un México de bienestar y separar al poder político de la justicia.
Discurso completo de Claudia Sheinbaum en el TEPJF del 15 de agosto como presidenta electa de México
Muy buenas tardes a todas.
Magistrados y Magistradas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; Ministras y Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; invitados especiales, compañeros, compañeras; amigos y amigas. A quienes nos escuchan a distancia.
El 2 de junio de 2024, el pueblo de México ejerció uno de los derechos fundamentales, establecidos en la Constitución: Votar y ser votado, en este caso, votada.
Fue una jornada participativa, democrática, pacífica, ordenada y libre.
Esa noche, se dió conocer el resultado preliminar de la elección. El domingo siguiente, el Instituto Nacional Electoral -saludo a su Presidenta- informó que del resultado de los cómputos distritales; después del análisis, de las diversas impugnaciones, como lo determina la Norma Electoral en nuestro país, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, resolvió la validez de la elección por unanimidad a la Presidencia de la República: Nuestro movimiento obtuvo 35 millones 924 mil 519 votos, lo que representa el 59.76 por ciento del total de la votación; 32 puntos por encima del segundo lugar. Un hecho inédito, e histórico.
Reconozco a las Magistradas y los Magistrados su respeto por la voluntad popular y su ejercicio democrático. Debemos sentirnos todas y todos, orgullosas y orgullosos porque el pueblo de México mostró su conciencia cívica; su vocación democrática; su sentido republicano; pero también, el reconocimiento colectivo de su fuerza y de su historia, expresada con claridad y contundencia el día de la jornada electoral.
Es la primera vez en 200 años de la República, que recibe el reconocimiento de Presidenta Electa una mujer. Presidenta, con “A”.
Como lo he dicho en otras ocasiones, no lo asumo solo como un triunfo individual o como el esfuerzo personal. El día de hoy, marcado ya en la historia de México; no llego sola, llegamos todas.
Las mujeres heroínas de nuestra patria, las visibles; pero también las millones de mujeres invisibles de generaciones y generaciones, que han hecho posible que consigamos este alto reconocimiento.
Llego nutrida y llena de la fuerza que proviene de nuestras ancestras, nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas.
Hoy llegamos todas y con ello, me comprometo a luchar para seguir construyendo igualdad y libertad para todas las mujeres mexicanas, en especial para las más vulnerables; y de cuidar, como lo hacemos las mujeres, responsablemente, el porvenir de nuestra Patria.
La votación masiva expresada en las urnas este pasado 2 de junio, tiene varios significados que debemos escuchar y honrar. Y no solo me refiero a mi persona, como Presidenta Electa y la responsabilidad que me corresponde, sino también a todas y todos los mexicanos; a quienes votaron por nosotros y a quienes no lo hicieron.
La mayoría de la gente votó porque siga un gobierno honesto, de resultados, con amor a la patria y al pueblo de México.
Dicho de otra forma, la mayoría de las y los ciudadanos, no quieren que regresen los gobiernos al servicio de unos cuantos, o la prepotencia, o el influyentismo; no quieren que regresen ni la corrupción, ni los privilegios. Ese es el mandato del pueblo de México y nos corresponde seguir haciéndolo realidad.
Es decir, el mandato es claro: Continuar y avanzar con la Cuarta Transformación de la Vida Pública; la que inició en 2018, el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Y como lo ofrecí y manifesté durante el proceso electoral, eso significa seguir construyendo un México libre, de bienestar; un México de derechos, en paz, fraterno, independiente, soberano, democrático y justo.
Un México libre. Concibo que la libertad con la que votaron y por la que votaron las y los mexicanos, es la que significa un gobierno que no reprime, que respeta la libertad de expresión, de reunión, de prensa, de movilización.
Ahora, contrario a quienes piensan que la libertad solo está en el mercado, pienso que la libertad por la que votaron la mayoría de las y los mexicanos, es la que puede ejercerse a plenitud, en un régimen democrático y basada en los derechos de las personas.
No hay libertad plena cuando no hay bienestar y derechos. Es decir, es falsa la libertad del que debe cruzar kilómetros para migrar por pobreza; también es falsa la libertad del poder de compra con un salario de hambre; o la libertad de acabar con el planeta. Esa es una falsa libertad.
La libertad puede ejercerse a plenitud en un régimen democrático y donde los mexicanos y mexicanas puedan vivir con bienestar y con derechos.
Un México de bienestar y de derechos. La Cuarta Transformación por la que votaron mayoritariamente las y los mexicanos, es la que concibe como derechos y no como privilegios, la educación, el acceso a la salud, la alimentación saludable, la vivienda digna, el salario justo, la pensión suficiente; es decir, eligieron un Estado de Bienestar, desde la cuna hasta la tumba. El pueblo decidió que continúe la economía moral y no regrese el sistema neoliberal.
Un México con paz. Me comprometí durante el proceso electoral, a seguir construyendo la paz, atendiendo las causas y abatiendo la impunidad; y el pueblo lo aprobó con su voto.
Lo haremos con estrategia, no regresará la guerra contra el narco. Seguiremos construyendo paz con justicia.
Un México fraterno. Estoy convencida que si algo avaló con la voluntad, la mayoría de las y los mexicanos, es que no queremos que nadie sea discriminado; que nunca más se trate al pueblo de México con desprecio, con clasismo, con racismo, o a las mujeres, con machismo. Que nuestras raíces y nuestro destino están en la fraternidad, en el humanismo, en ser tratados siempre, como iguales.
Un México soberano, libre, independiente. Pienso que también quedó claro el 2 de junio, como lo dice la Constitución desde los sentimientos de la Nación, que la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo; y que por ello, el mandato es no alejarse, y que esa soberanía está siempre por encima de grupos o individuos por más poderosos que parezcan. Eso nos hace más libres, soberanos e independientes.
Un México democrático y justo. Concibo que el pueblo de México plasmó ejemplarmente el 2 de junio, que la democracia reside en el poder del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; y que con su voto demanda también más democracia y más justicia. Debemos entender todas y todos los mexicanos que hay un mandato popular.
Justicia en el sentido amplio de la palabra. Significa justicia social, justicia ambiental, justicia para las mujeres, justicia para todas las personas, y también justicia igual para el pobre, que para el rico; es decir, el pueblo de México también decidió mayoritariamente un verdadero sistema de justicia, que sea igual para todas y para todos los mexicanos.
Un sistema que también comprenda la separación entre el poder económico y el poder de la justicia.
Un estado de derecho. Por ello, no debemos temer a la democracia. Decía Juárez: “La democracia es el destino de la humanidad, la libertad, su brazo indestructible”.
El 2 de junio el pueblo de México, también plasmó su voluntad para la composición del Congreso de la Unión; y es clara la Norma Electoral en la asignación de los legisladores de mayoría y de representación proporcional.
Estoy convencida que las y los titulares del Poder Judicial en materia electoral, conocen a profundidad este tema, porque así han actuado en pasadas elecciones, y sabrán respetar también la Constitución, las leyes y la voluntad del pueblo.
Como titular del Ejecutivo Federal, como primera mujer Presidenta de México, sepan que actuaré con honestidad; responsabilidad; respetando la independencia de los poderes; gobernaré para todos y para todas las mexicanas y mexicanos, y tengan la certeza que nos sentimos y nos sentiremos todas y todos, cada día más orgullosos de nuestro origen y también de nuestro porvenir.
Nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio. Somos un país y un pueblo extraordinario, único, maravilloso.
Estaremos a la altura de las circunstancias y de nuestro hermoso y glorioso pueblo.
Hago el compromiso de no defraudar, y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, mi voluntad y hasta la vida misma, para servir a mi Patria y a mi pueblo.
¡Que viva México!
Discurso completo de Claudia Sheinbaum en el Teatro Metropólitan del 15 de agosto como presidenta electa de México
Gracias a todos, a todas. Tenemos un movimiento extraordinario. Queridos gobernadores, gobernadoras senadoras, senadores electos, diputadas, diputados, compañeros compañeras, compañeros del gabinete amigos, amigas, familia gracias general secretario, gracias almirante secretario por su presencia secretaria de gobernación que anda por aquí, secretaria de seguridad este dos de junio el pueblo de México ejerció su derecho al voto y desde mi punto de vista plasmó dos mandatos claros y contundentes. El primero es tiempo de transformación. El segundo es tiempo de mujeres.
Empezaré por el primero. Es tiempo de transformación. El primero de julio del dos mil dieciocho el pueblo de México decidió apoyar con decisión a Andrés Manuel López Obrador como presidente. Llegó después de un desafuero, dos fraudes electorales y un camino previo de lucha y represión de miles de mexicanas y mexicanos que en su momento lucharon en contra del autoritarismo y la falta de democracia. Se juntaron con muchos otros que decidieron oponerse al modelo neoliberal, que empobreció a nuestro pueblo, ensanchó de forma oprobiosa la desigualdad y entregó bienes de la nación a privados y extranjeros.
A través de procesos envueltos en cadenas de corrupción y privilegios. Aunque resulte interactivo, no podemos olvidar y hay que mencionarlo siempre. Es nuestra tarea recordar que durante treinta y seis años nuestro país vivió ese régimen que causó mucho sufrimiento y despojo. Fueron treinta y seis años en los que el salario mínimo no creció en términos reales y fue perdiendo capacidad de compra. Presumían ante el mundo la mano de obra barata como ventaja competitiva del país.
Es decir, en vez de reconocer lo trabajadores y trabajadoras que somos los mexicanos, nuestra grandeza cultural, educativa y natural, presumían salarios de hambre para promover la inversión. Permitieron formas de contratación terciarizadas, el llamado outsourcing, que limitaba los derechos laborales y la permanencia en el empleo. Los programas sociales, primero conocidos como Solidaridad, luego como Progreso, oportunidades y prospera, se limitaron a hacer transferencias de dinero a través de intermediarios para pocas personas, ligados al clientelismo y a la compra de voluntades, que eran acompañados con apoyos ilegales utilizando recursos públicos para ganar elecciones. Se privatizaron cientos de empresas públicas para supuestamente mejorar las finanzas y dejaron al país en bancarrota. Se desfalcó al erario en mil novecientos noventa y cuatro y llegó el Fobaproa.
Se dilapidaron los recursos energéticos y los ingresos petroleros nunca se vieron reflejados en infraestructura pública. Y acabaron por entregar la riqueza energética y privatizar las empresas. Ese modelo dejó más de la mitad de la población en la pobreza y desigualdades humillantes. Por si esto fuera poco, en los hechos el poder económico gobernaba, y en todo ese periodo tampoco hubo la democracia que presumían. Pues vivimos el fraude del ochenta y ocho, el asesinato de Colosio, el falso cambio, el desafuero, el fraude del dos mil seis, la guerra contra el narco salpicada de complicidad con la delincuencia organizada, la compra del voto en dos mil doce.
Es decir, la supuesta democracia tampoco existió. Por fortuna, en dos mil dieciocho, el pueblo de México dijo, basta. Y comenzó una nueva historia, una nueva era, la de la cuarta transformación pacífica, democrática y festiva. Es una hazaña lo que ha logrado el presidente Andrés Manuel López Obrador en estos casi seis años. Estar con Obrador.
En estos casi seis años, ese hombre que se ganó el corazón del pueblo de México y ha transformado nuestra patria, Ha hecho la pensión universal a los adultos mayores. La beca universal para jóvenes de preparatoria. Becas Benito Juárez para los estudiantes de escasos recursos. Se siembra vida con más de un millón de hectáreas. Se apoya jóvenes que construyen futuro.
Se otorgan fertilizantes gratuitos y apoyo a campesinos. Se dan recursos para mejorar escuelas y clínicas. Se desarrolló un nuevo sistema de salud pública. Se han destinado tres billones de pesos para proyectos estratégicos, para el futuro de México. La refinería Olmeca, el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, el de Tulum, el tren interoceánico y sus doce pueblos de desarrollo para el bienestar, la repotenciación de hidroeléctricas, cerca de nueve mil megawatts de construcción, de generación eléctrica, la planta solar más grande de Latinoamérica, el plan Sonora, los planes de justicia para pueblos indígenas, presas, puertos, aduanas, carreteras, caminos rurales y artesanales, infraestructura comunitaria, el fortalecimiento de las empresas del estado, la nacionalización de litio, compra de plantas eléctricas y la compra de una refinería, el banco de bienestar, aumentos salariales, desaparición del outsourcing, reforma para mejores pensiones, entre otros muchos logros.
Y todo ello sin haber endeudado al país ni aumentar impuestos con una pandemia que duró dos años y con una de las peores crisis económicas producto de la pandemia. Aún así, el dólar es de las monedas, el el peso es de las mejores monedas evaluadas frente al dólar. Cinco millones de mexicanas y mexicanos salieron de la pobreza, disminuyeron las desigualdades, somos el principal socio comercial de la mayor economía del mundo, el empleo formal está en cifra récord, la inversión extranjera está en cifra récord, y el salario medio también está en cifras históricas. ¿Hay transformación o no hay transformación? Claro que hay transformación.
Que viva la cuarta transformación, que viva el presidente López Obrador. Este nuevo modelo tiene un nombre, se llama humanismo mexicano. En su libro Gracias, el presidente habla de en uno de sus capítulos que este modelo tiene dos pilares. Las civilizaciones y culturas existentes previas a la llegada de los españoles y los grandes personajes de nuestra rica historia nacional. Los héroes de las tres transformaciones.
Hidalgo, Morelos, Benito Juárez, Zapata, Villa, Madero, Lázaro Cárdenas. Durante toda la campaña aseguré que el humanismo mexicano también son los principios con los que ha gobernado el presidente, y la recuperación de nuestro orgullo y nuestra dignidad como nación y como pueblo. Para mí, la frase, el pensamiento que dice todo del humanismo mexicano y que va a seguir siendo esencia de nuestro gobierno, es por el bien de todos, primero los pobres. Nuestros adversarios se molestan cuando hablo de Andrés Manuel López Obrador. Piensan que me afecta cuando repiten sus insultos cargados de misoginia.
Lo que quisieran es que hubiera un deslinde que marcara diferencia, que lo criticara. No lo voy a hacer. Primero nunca. Primero, porque para mí ha sido es y será un honor estar con Obrador. Pero además, como lo he insistido, nos toca construir desde los cimientos y la base que ha puesto el presidente el segundo piso de la cuarta transformación.
Estamos viviendo, como lo han visto, este fin de semana será el décimo que tenga el privilegio de acompañar al presidente López Obrador. Estamos viviendo también una transición histórica. Recorremos territorio, hay informes de frente al pueblo, como lo hacemos en nuestro movimiento. Y debo decir que lo sabíamos, pero en este caminar por el país es evidente, es conmovedor el amor que le tiene el pueblo de México a su presidente. ¿Y cómo no?
Si por primera vez, quizá desde Lázaro Cárdenas, no había habido un presidente que tuviera como su haber y su deber el bienestar del pueblo de México, el amor al pueblo, la la soberanía, la democracia, y la libertad de nuestra nación. Le ha dado a nuestro pueblo fortaleza y defensa, y ha puesto en alto a las mexicanas y mexicanos, un pueblo trabajador y honesto. Además, sostengo que Andrés Manuel López Obrador es el mejor presidente que haya habido en la historia. Y les comparto mi reflexión. No ha habido en la historia de México y solo hay que revisarlo.
Ningún presidente que haya terminado su mandato, que esté terminando su mandato con la popularidad, el cariño, el amor que le tiene el pueblo de México a su presidente. Por eso, sin temor a equivocarnos, decimos Andrés Manuel López Obrador, el mejor presidente de México. A quienes no están de acuerdo con nosotros y aún siguen sin entender qué pasó este dos de junio, Le recomiendo que analicen a fondo la profunda transformación que ha vivido México. El empoderamiento de nuestro pueblo y que se aprenda a hacer política con fraternidad, con amor a México y con amor a nuestro pueblo. La política se hace con amor, no con odio.
Este dos de junio de dos mil veinticuatro conseguimos nada más y nada menos que el sesenta por ciento de los votos. Casi treinta y seis millones de votos. No por nada, pero treinta y dos puntos arriba del segundo lugar. Pienso que la primera razón de este triunfo contundente es que el pueblo de México está contento y quiere que continúe la cuarta transformación. La segunda es que tuvimos una contienda interna transparente y mantuvimos siempre la unidad.
Además, la tercera es porque logramos articular con propuestas lo que significa el segundo piso de la cuarta transformación. ¿Y qué significa? Continuidad en los principios y en seguir siendo gobernantes honrados, sencillos, sencilla diría, cercanos al pueblo, seguir dejando atrás a los gobernantes del pasado neoliberal, petulantes, soberbios y corruptos. Continuidad en los programas del bienestar, continuidad en la política económica que ha dado resultados. Austería republicana, acabar con la corrupción, regar la economía desde abajo para el bienestar de nuestro pueblo y con ello el fortalecimiento del mercado interno, disciplina financiera y fiscal, recuperación del papel del estado en ciertos sectores de la economía y cómo el energético, los fertilizantes y otros, inversión pública y también, por supuesto, inversión privada.
Nos toca a partir del primero de octubre un nuevo periodo de la transformación. Y vamos a seguir fortaleciendo la economía nacional, el bienestar de nuestro pueblo y los grandes derechos. Lo dije durante la campaña y lo repito ahora, vamos a mantener los principios y las causas de nuestro movimiento. Vamos a seguir gobernando con el principio de por el bien de todos, primero los pobres. Con el principio de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre, y con el principio de que con el pueblo todo, y sin el pueblo nada.
Ya tendremos oportunidad el próximo primero de octubre. Primero será el evento en el congreso y después, como siempre, vamos todos al zócalo para poder detallar los cien puntos del segundo piso de la cuarta transformación. Pero menciono algunos que me parecen importantes y trascendentes. Seguiremos cerca de nuestro pueblo, haremos un gobierno de territorio y nunca nos someteremos a ningún poder que no sea el del pueblo de México. Seguiremos construyendo igualdad y combatiendo cualquier forma de discriminación, en particular el clasismo, el racismo, y el machismo.
Quedaron atrás los tiempos donde se burlaban del pueblo de México. México es grande, con una historia y un porvenir extraordinario, y con un pueblo maravilloso. No aumentarán la gasolina, el diésel, el gas LP ni la electricidad en términos reales. Haremos un acuerdo para que continúe la estabilidad, que no suba el precio de la canasta básica con los empresarios. Continuarán los aumentos al salario mínimo.
El objetivo es alcanzar al menos dos y media canastas básicas y también continuarán las mejoras laborales. Seguirán todos los programas de bienestar, adultos mayores, personas con discapacidad, becas a preparatoria, becas a estudiantes, sembrando vida, todos los programas. Y además habrá tres nuevos programas de bienestar que los llevaremos también a la constitución. Apoyo a todas las mujeres de sesenta a sesenta y cuatro años de edad. Normalmente en los eventos decía quiénes somos las que históricamente hemos cuidado a los niños y a las niñas las que cuidamos del hogar ¿Quién reconoce ese trabajo?
Pues, como va a llegar una mujer presidenta, vamos a reconocer el trabajo de las mujeres mexicanas. Algunas de mis amigas feministas me dicen no dejes de mencionar y no dejo de mencionar que eso no significa que la pareja tiene que hacer también el trabajo del hogar y no solo las mujeres. El segundo programa, les adelanto, por cierto, que de octubre a noviembre ya estamos trabajando, vamos a iniciar con el censo y la inscripción de todas las mujeres para que, a principios del próximo año, comience a ser una realidad. Vamos a ir por etapas. Iniciaremos con mujeres de sesenta y tres y sesenta y cuatro años, y así hasta cumplir con todas las mujeres de sesenta a sesenta y cuatro.
Beca universal a todas las niñas y niños que van a escuela pública en preescolar, en primaria y en secundaria. Por supuesto de escuela pública. Para nosotros está bien que exista la educación particular. Pero el estado tiene una responsabilidad y es dar la mejor de todas las educaciones a sus niñas y a sus niños. También adolescentes.
Y escuela superior. Y esto es un complemento al derecho a la educación. El tercer programa es complementar la pensión adultos mayores con un programa de salud casa por casa. Van a ir enfermeros, enfermeras, médicos, casa por casa a visitar a todas y todos los adultos mayores de sesenta y cinco y más. Continuaremos con los planes de justicia para los pueblos originarios y afromexicanos.
Además de que, por supuesto, nuestros diputados y diputadas van a aprobar muy pronto la reforma al segundo constitucional para darle todos los derechos a los pueblos originarios y afromexicanos. Le decía hace un momento a un maestro que esta frase era para los maestros y maestras de escuela pública. Porque vamos a dar fin a USICAM. Se acabó el USICAM y vamos a construir juntos y juntas un nuevo sistema. Que tome en cuenta los maestros y las maestras, y por supuesto, sin caer en viejas prácticas de corrupción.
Ampliaremos el número de escuelas de educación media superior y superior. El objetivo es que cuando se sale de la secundaria se pueda ir a la preparatoria de manera automática que no sea un calvario para las familias a donde van a ir a estudiar la educación media superior. Y además vamos a aumentar en por lo menos trescientos mil espacios la educación superior, pública, gratuita. Con las universidades del bienestar Benito Juárez y además con la Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud. Vamos hacia un solo sistema de salud pública gratuito y de calidad.
Vamos a fortalecer el IMSS Bienestar, el IMSS, el ISSSTE, pero el objetivo es un solo sistema de salud pública que atienda a todas y todos los mexicanos. Vamos a construir un millón de viviendas desde el Infonavit y también desde un sistema de vivienda popular para todos aquellos que no tienen seguridad social. Concluiremos la línea del tren interoceánico a Chiapas en la frontera con Guatemala y la línea del interoceano Paraíso Tabasco, a la refinería Dos Bocas. Concluiremos el tren maya de carga, pronto inaugurará el presidente el de pasajeros y nos tocará hacerlo de carga y, como ya sabe, aquí nuestro próximo gobernador de Yucatán va a tener una derivación a Puerto Progreso. Vamos a construir tres mil kilómetros de trenes.
El doble del presidente Andrés Manuel López Obrador. Una línea de Ciudad de México a Nuevo Laredo. Y otra línea de Ciudad de México hasta Nogales, por el Pacífico. Seguiremos construyendo carreteras, caminos rurales y artesanales, ya tuvimos una reunión con todos los gobernadores para definir las prioridades. Pondremos orden en las concesiones de agua potable y seguiremos ampliando con obras estratégicas la eficiencia en el uso del agua para riego y obras estratégicas para garantizar el derecho humano al agua.
Seguiremos fortaleciendo esa esencia de nuestro movimiento, de nuestra historia, a nuestras dos grandes empresas estratégicas energéticas. Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos. Fortaleceremos la soberanía alimentaria y por supuesto sin maíz no hay país. Seguiremos fortaleciendo la economía nacional. Facilitaremos la inversión privada y la relocalización de la inversión extranjera.
Pero tenemos una esencia, que es que la inversión tiene que venir acompañada de bienestar y también de cuidado a nuestros recursos naturales y a nuestro medio ambiente. No queremos las inversiones del pasado con salarios de hambre y dejando sin desarrollo a nuestro pueblo. Es inversión privada con desarrollo regional, cuidando el medio ambiente y para el bienestar de las mexicanas y mexicanos con cadenas de valor y desarrollos tecnológicos propios. Impulsaremos la ciencia, las humanidades y el desarrollo tecnológico. Consolidaremos el Internet gratuito.
Construiremos un sistema de cuidados para las mujeres y vamos a empezar, como me comprometí el primer día de campaña, en Ciudad Juárez. Es una deuda histórica de las mujeres de México con las mujeres de Juárez. Atenderemos la violencia contra las mujeres desde sus causas y fortaleciendo la cero impunidad. Fortaleceremos la creación artística y el deporte, garantizaremos también la disminución de los delitos, seguir avanzando en la disminución de los delitos de alto impacto y la construcción de la paz. Nuestra estrategia, atención a las causas, fortalecimiento de la guardia nacional, inteligencia e investigación y coordinación.
Pero tenemos como esencia de que no puede haber paz si no hay justicia. Por supuesto, son algunos puntos someros de grandes obras que vamos a desarrollar de la mano de nuestros compañeros y compañeras gobernadores y gobernadoras. A nuestros legisladores les corresponderá aprobar en el corto plazo las reformas enviadas por el presidente de la república. Serán un congreso que una vez más estará haciendo historia. Quiero referirme en particular a la reforma al poder judicial.
Un mensaje a las y los trabajadores del poder judicial, se respetarán sus derechos laborales y su carrera, A las y los empresarios nacionales y extranjeros, estamos fortaleciendo el estado de derecho para erradicar la corrupción, el nepotismo y el privilegio de algunos. No tienen de qué preocuparse, todo lo contrario, tendrán la garantía, ahora sí, de una verdadera independencia y autonomía del poder judicial y del estado de derecho. A nuestros legisladores, nuestros legisladores están haciendo una propuesta que tome en cuenta los foros llevados a cabo para hacer la elección, sean partes, garantizar las convocatorias amplias y requisitos claros. Así, incluso, como fortalecer una elección aleatoria de aquellos que han sido seleccionados. Pero lo que debe estar claro es que la elección de las y los ministros, magistrados y jueces es un mandato popular.
Lo dije ahora, no me dejarán mentir. Estuvimos ahí en el tribunal eh electoral del poder judicial de la federación, estaba presente los ministros de la suprema corte de justicia y lo dijimos claro. De la suprema corte de justicia y lo dijimos claro. Hay un mandato popular de mejorar la justicia para las mexicanas y los mexicanos. Por supuesto esto fortalecerá la democracia, la autonomía y la honradez del poder judicial.
Así como el presidente separó el poder económico del poder político va a tocar ahora separar la justicia del poder económico. Compañeros y compañeras. Voy a ser breve ahora, ya nos tocará el primero de octubre. El primero de octubre tomaré protesta como presidente electa. Por eso Más bien como presidenta constitucional, ya somos presidenta electa.
Pero quiero tomar un momento dado que estamos aquí entre compañeros y compañeras. Permítanme un momento hacer un paréntesis que ya no me corresponderá a partir del día de hoy. Referirme a nuestro movimiento, a nuestro partido en particular. Dejo de representar a una parte de la sociedad y represento a partir de hoy a todas y todos los mexicanos. Les dejo en este paréntesis, si me lo permiten, una sugerencia.
Sería pertinente, ya ven que nosotros hacemos todo de frente a la gente, de frente al pueblo. Sería pertinente convocar a un congreso de nuestro partido en este mes de septiembre. Pienso yo es solo una sugerencia. Que actualice este nuevo proceso de la transformación. Nuestros documentos básicos, nuestros estatutos y que se pueda trazar una ruta clara que separe la labor del partido y la labor del gobierno en el proceso de transformación.
Y por supuesto, es una sugerencia que en este congreso se elija a la nueva dirigencia de nuestro partido. Cierro el paréntesis. Hasta ahí mi sugerencia amable como cualquier militante. Termino mi participación para vernos muy pronto. Dije que el pueblo de México había dicho dos frases contundentes.
Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres. Me refiero a la segunda. Durante mucho tiempo las mujeres fuimos anuladas. A muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres. Poco a poco, esa visión no solo se ha ido revirtiendo, sino que ahora sabemos, no solo por supuesto, que nuestra historia ha sido de grandes hombres, sino que también han contribuido grandes y enormes mujeres, que han hecho importantísimas aportaciones para la concreción de nuestros sueños, del sueño de la república, no solo de las mujeres.
Para la conquista de nuestros derechos, para la lucha por nuestra soberanía. Hoy jueves quince de agosto de dos mil veinticuatro, con la designación como presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos, que confirma nuestro triunfo, tenemos la certeza de que aunque nos quisieron borrar, no sabían que era cuestión de tiempo para que no solo se reconociera a las mujeres, también reconocer que somos protagonistas de las grandes transformaciones y que las mujeres podemos también tomar el rumbo de la nación en nuestras manos y en nuestra mente. Las mujeres podemos ser presidentas Y con ello hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con A. Así como decimos, jueza, abogada, científica, ingeniera, con A, porque como nos han enseñado, lo que se nombra existe y lo que no se nombra no existe, y hoy con mucho orgullo podemos reivindicarlo. Tuvieron que pasar doscientos años de México independiente.
Doscientos años. Doscientos años. Se dicen fácil. Dos siglos. Varias generaciones de por medio.
Sesenta y cinco presidentes hombres previos para que hoy podamos decir presidenta. Y no me cansaré de repetir que no es un triunfo individual. El día de hoy llegamos todas. La llegada de la primera mujer presidenta repito, no es un triunfo individual. El pueblo de México tomó la decisión de que continuara la transformación y que fuera tiempo de mujeres.
Quisiera ser por ello una pausa para hablar de las mujeres. Porque hoy con nosotras llega Leona Vicario, ideóloga, independentista, pionera del periodismo, mujer comprometida con la causa insurgentes. Llega Josefa Ortiz, perdonen que no diga de Domínguez, quien orientó el rumbo de la lucha y definió los tiempos que marcaron la primera transformación. Y también llegan las chinacas, que defendieron a la patria y jugaron un papel importantísimo en la defensa de nuestra soberanía y nuestra independencia. También llegan las obreras, pioneras de la exigencia de los derechos laborales frente a la dictadura de Porfirio Díaz.
Llegan Dolores Jiménez y Juana Gutiérrez, precursoras intelectuales que empujaron junto con grandes hombres la revolución. Además de los ideales de justicia social, incorporaron demandas que tienen vigencia hasta nuestros días como el cierre de la brecha salarial. Llega Elvia Carrillo Puerto, Hermila Galindo, Refugio García, Consuelo Uranga y Esther Chapa, que con la tercera transformación, la revolución mexicana, conscientes de que es imposible hablar de justicia social, excluyendo las demandas de las mujeres, lucharon por el el reconocimiento del derecho a votar. Y el derecho a la educación, el derecho al divorcio y el derecho a la salud. A todas ellas les dijeron.
Claro que amamos a nuestras familias y a nuestros esposos pero era un derecho. A todas ellas les dijeron. Nos dijeron que éramos el sexo débil pero demostraron no solo su indiscutible fuerza estas mujeres históricas sino su fuerza popular y revolucionaria. Llega Sor Juana Inés de la Cruz, llega Frida Kahlo, llega Rosario Castellanos. Pero además de estas referentes históricas, cuando digo llegamos todas, no solo me refiero a quienes ahora saldando una deuda histórica con nuestro pasado, tienen un lugar en el paseo de las heroínas en Reforma.
En el nombre de una calle o de quienes se han escrito biografías o filmado películas. También llegan las invisibles que con estas líneas hago visibles. Hago aparecer a quienes quisieron desaparecer, las que lucharon por su sueño y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron. Llegan las que pudieron sacar la voz y las que no lo hicieron. Llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas.
Llegan las más marginadas. Llegan las abuelas, las bisabuelas que no aprendieron a leer y escribir porque la escuela no era para niñas. Llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes, Llegan nuestras madres que nos dieron la vida y después volvieron a dárnoslos todo. Llegan nuestras hermanas, llegan nuestras compañeras, llegan nuestras amigas, llegan las mujeres anónimas, las heroínas anónimas que desde su hogar, las calles o sus lugares de trabajo, lucharon por ver este momento. Llegan ellas las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si nacíamos siendo mujeres o naciendo siendo hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos.
Sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron y nos piensan libres y felices. Y con todas ellas. A nuestro lado, aquí cerquita de nosotras, llegan también nuestros grandes anhelos, que no son solo para las mujeres. Las mujeres tenemos el anhelo de la justicia y la libertad para el pueblo de México.
Llega nuestro amor a la patria, llega nuestro amor a nuestros hijos y a nuestras hijas, a la familia, llega nuestro anhelo de justicia para todas y para todos. Llega también la continuidad de la cuarta transformación de la vida pública de México. Nada de esto sería posible sin lo generoso de nuestro movimiento. La cuarta transformación abrió la puerta para todas y todos los mexicanos y abrió la puerta también para todas las mujeres mexicanas. A todas ellas no solo les digo, llegamos juntas, sino gracias.
Gracias por abrir brecha y en algunos casos incluso sacrificar su propia vida para que pudiera suceder este momento. A ustedes, a todas ustedes, predecesoras y contemporáneas, les digo, sin ustedes, sin su lucha pública o privada, silenciosa o en voz alta, simplemente este momento no hubiera sido posible. Que viva la cuarta transformación y que vivan los tiempos de las mujeres. Así, reivindicando el ser mujeres con quienes compartimos el anhelo de un país justo, solidario, soberano, donde todos y todas tengamos todos nuestros derechos garantizados. Con la responsabilidad política y moral que este hermoso día de confirmación de nuestro triunfo colectivo significa, les digo, sigamos construyendo juntas y juntos.
Sigamos construyendo nuestra patria grande, donde nunca más se escriba una historia sin el pueblo de México, donde nunca más se escriba la historia sin nosotras, o en otras palabras les digo a todas y a todos, sigamos haciendo historia. Tenemos una tarea enorme por delante. En muy poco deja y cierra su ciclo el mejor presidente Andrés Manuel López Obrador. Siempre vamos a guardar su legado de este gran dirigente y de este gran presidente. Pero nos toca seguir unidos, seguir construyendo, porque nos debemos al pueblo de México.
Y aquí en voz alta, contenta, orgullosa de representar a nuestro pueblo, a nuestra patria y nuestra historia, les digo, como siempre, no mentir, no robar, y nunca vamos a traicionar al pueblo de México. Viva la cuarta transformación, viva el presidente López Obrador, viva el pueblo de México, vivan las mujeres, viva México, viva México, viva México.