En el vertiginoso mundo de los récords de velocidad en tierra, un nombre ha resonado desde 1997: Andy Green. Este ex piloto de la Fuerza Aérea se convirtió en una leyenda al establecer el récord mundial de velocidad en tierra al alcanzar 1,228 km/h (763 mph) en el Thrust SSC.

Sin embargo, ahora, después de años de expectativas y anticipación, Green ha dejado sus funciones como conductor del Bloodhound LSR, un vehículo a reacción diseñado para superar sus propios logros y alcanzar velocidades inimaginables.

Específicamente, el Bloodhound LSR, equipado con un poderoso motor a reacción Rolls Royce EJ200 que entrega un empuje impresionante de 90 kN (alrededor de 54,000 caballos de fuerza), se encuentra en busca de un nuevo piloto que se atreva a desafiar los límites de la velocidad en tierra.

Andy Green, expiloto de Bloodhound

En busca de un atrevido piloto

Por alguna razón, Green, de 61 años, que había planeado pilotar el Bloodhound LSR en su búsqueda por superar su propio récord, recientemente anunció su decisión de abandonar el proyecto.

A pesar de este revés, el equipo detrás del Bloodhound LSR está decidido a seguir adelante con su misión de alcanzar nuevas alturas. Actualmente, están en la búsqueda de un nuevo conductor que esté dispuesto a enfrentar el desafío de romper la barrera de las 1,287 km/h (800 mph). Pero el sueño final de Bloodhound no se detiene ahí; apuntan a alcanzar un increíble hito de velocidad: las 1,609 km/h (1,000 mph).

El propietario del proyecto, Ian Warhurst, estima que este ambicioso proyecto de romper el récord de velocidad en tierra requerirá una inversión significativa, aproximadamente 14 millones de dólares. Esta cifra colosal ilustra la dedicación y la pasión que impulsa a este equipo, dispuesto a desafiar las leyes de la física y la tecnología para lograr lo aparentemente imposible.

Bloodhound busca piloto

No será piloto, pero sigue en el proyecto

A pesar de la partida de Green, su legado perdura en Bloodhound. El experimentado piloto seguirá siendo parte del equipo, ofreciendo su valioso conocimiento y experiencia para capacitar y asesorar al próximo conductor del Bloodhound LSR. Su contribución, junto con el esfuerzo colectivo del equipo, estableció un precedente para las generaciones futuras de exploradores de velocidad en tierra.

Mientras Bloodhound busca su nuevo campeón, el mundo observa con admiración y anticipación, esperando el día en que un valiente conductor rompa la barrera de los 1,600 km/h y lleve la tecnología y la audacia humana a nuevos horizontes inexplorados.