Volvo Cars, el fabricante de automóviles sueco fundado en 1927, ha anunciado que dejará de producir vehículos diésel a principios de 2024. Esta decisión se enmarca en el plan de la empresa para convertirse en una marca de autos eléctricos en 2030.
En 2022, la compañía ya había anunciado que abandonaría el desarrollo de nuevos motores de combustión interna, pero ahora con la decisión de dejar de fabricar vehículos diésel.
Con esta decisión, Volvo se convierte en uno de los primeros fabricantes tradicionales de automóviles en dar este importante paso.
Es un hecho que los sistemas de propulsión eléctricos son el futuro y son superiores a los motores de combustión:
- Generan menos ruido
- Menos vibraciones
- Menos costos de mantenimiento para los propietarios
- Son cero emisiones del tubo de escape
La de Volvo es una apuesta contundente
Esta decisión de Volvo Cars es un reflejo de la rápida evolución de la industria del automóvil.
La demanda de vehículos eléctricos está creciendo rápidamente, impulsada por factores como las preocupaciones medioambientales y las normativas más estrictas en materia de emisiones.
En Europa, la mayoría de las ventas de Volvo Cars ya corresponden a vehículos eléctricos.
La compañía espera que esta tendencia continúe en los próximos años, a medida que los vehículos eléctricos se vuelvan más baratos y accesibles.
Volvo es una marca propositiva
El anuncio de Volvo Cars es una buena noticia para el medio ambiente, sobre todo porque los vehículos diésel son una fuente importante de emisiones de óxido de nitrógeno, que contribuyen a la contaminación del aire y al cambio climático.
Volvo Cars es un líder en la transición a la movilidad eléctrica, así que la decisión de la compañía de dejar de fabricar vehículos diésel es un paso importante en este sentido y es probable que sea seguida por otros fabricantes de automóviles.