En un giro inesperado dentro de la industria de renta de autos, Hertz ha anunciado la venta de 20,000 coches eléctricos en Estados Unidos. Esta decisión estratégica busca reinvertir en vehículos de combustión interna para satisfacer la demanda actual del mercado.
A pesar de ser una apuesta por la movilidad eléctrica, la compañía se enfrenta a desafíos que la llevan a equilibrar su oferta. Esto es muestra más que los autos eléctricos no llegan a ser la solución que se esperaba en un inicio.
Con esta medida de vender un tercio de su flota eléctrica, que inició desde diciembre de 2023 y continuará durante todo 2024, Hertz espera registrar unos 245 millones de dólares en gastos de depreciación en el último trimestre, una cifra que refleja los desafíos económicos de mantener una flota eléctrica.
Costos de reparación y demanda: Los retos de Hertz
Según declaraciones de Hertz recogidas por Bloomberg, los altos costos de reparación de los autos eléctricos y una demanda más débil de lo esperado son las principales razones detrás de esta venta masiva.
Los vehículos de Tesla y Polestar, marcas con las que Hertz había realizado importantes adquisiciones en años anteriores, son los más afectados por esta medida.
¿Qué significa para el futuro de la movilidad?
Este movimiento de Hertz plantea interrogantes sobre el futuro de la movilidad eléctrica en el mercado de renta de autos. ¿Es este un retroceso temporal o un ajuste necesario para alinear la oferta con la demanda? Lo que está claro es que la transición hacia una movilidad más sostenible no está exenta de obstáculos.
La lectura de esta medida de Hertz
La decisión de Hertz de vender una parte significativa de su flota eléctrica y reinvertir en coches de gasolina es un recordatorio de que la adopción de vehículos eléctricos aún enfrenta retos significativos.
A pesar de los esfuerzos por promover una movilidad más limpia, el mercado aún dicta la necesidad de adaptarse a las preferencias y necesidades de los consumidores.