En un movimiento estratégico, Hyundai Motor ha concretado la venta de su fábrica en Chongqing, China, por una suma de dinero inferior a su precio inicial de salida.
Como parte de esta transacción, la empresa coreana traspasó las instalaciones en China por una cantidad que representa menos de la mitad de lo que se ofreció cuando se puso a la venta en un inicio.
Este acontecimiento no sólo marca un hito en la historia de la compañía surcoreana en el gigante asiático, sino que también señala un cambio en el panorama industrial de la región.
La planta, que comenzó operaciones en 2017 con una capacidad anual de producción de 300,000 vehículos, fue puesta en venta en medio de una desaceleración de la demanda.
La razón de la venta de esta planta de Hyundai
Este ajuste forma parte de los esfuerzos de Hyundai por optimizar sus operaciones y mejorar la rentabilidad en el mercado chino, según explicaciones de un ejecutivo de la empresa.
Así pues, la “joint-venture” entre Hyundai Motor y Beijing BAIC Motor ha encontrado comprador en Chongqing Liangjiang District Yufu Industrial Park Construction Investment, una entidad respaldada por fondos del gobierno municipal.
En sí, la venta, que se cerró en los últimos meses del año pasado, se anunció inicialmente por un valor de 475 millones de euros en agosto de 2023, antes de reducirse a 333 millones de euros solo dos meses después, para finalmente venderse en 209 millones de dólares.
La venta previa de una planta de Hyundai
Esta es la segunda ocasión en menos de un año, en que Hyundai tiene que rematar una de sus plantas fuera de Corea del Sur. Recientemente, el principal fabricante de automóviles de Corea, anunció la venta de su planta de fabricación en San Petersburgo, debido a los impactos derivados de la guerra en curso entre Rusia y Ucrania.
Aunque más que una venta, la transacción se trató de un traspaso, ya que el comprador, la empresa rusa Art-Finance, pagó un precio simbólico de 10,000 rublos (aproximadamente 111 dólares).
Esta cantidad de dinero se debe a que el contrato incluye una cláusula que permite a Hyundai recomprar la planta dentro de los dos años posteriores a la venta. Esto podría ofrecer flexibilidad estratégica a la empresa en un entorno económico y geopolítico cambiante.