El grupo automovilístico alemán Volkswagen ha anunciado que pospondrá la decisión sobre la construcción de una cuarta fábrica de baterías para vehículos eléctricos en Europa.
De acuerdo con el presidente de Volkswagen, Oliver Blume, la demanda de autos eléctricos en el continente europeo está por debajo de las expectativas, lo que ha llevado a esta pausa en la expansión de su capacidad de producción de baterías.
Volkswagen había estado considerando ubicaciones en Europa del Este, como República Checa, Hungría, Polonia o Eslovaquia para su gigafábrica de baterías.
Sin embargo, la compañía ya ha seleccionado sitios para la producción de celdas de batería en Salzgitter (Alemania), Valencia (España) y St. Thomas (Canadá), con un potencial de producción combinado de hasta 200 gigawatts-hora por año.
Un crecimiento contrario a lo esperado
El presidente Blume señaló que, debido a las condiciones del mercado y el lento crecimiento del mercado de vehículos eléctricos en Europa, no existe una razón comercial sólida para avanzar con la decisión en este momento. Esta noticia ha llevado a las autoridades checas a ofrecer el sitio propuesto para la planta de baterías de Volkswagen a otros inversores, ya que no pueden esperar más.
A pesar de esta decisión, Volkswagen sigue comprometido con la movilidad eléctrica a través de su filial Skoda Auto, que es el mayor exportador de la República Checa. La empresa planea lanzar nuevos modelos eléctricos en los próximos años.
El primer ministro checo, Petr Fiala, declaró que el país se centrará en otros proyectos, ya que no pueden retener el terreno para el proyecto de Volkswagen de manera indefinida. El ministro de Industria, Jozef Sikela, reveló que se están llevando a cabo conversaciones con otros cinco inversores interesados en proyectos de escala similar a los planes de Volkswagen.
Son más marcas las afectadas
Volkswagen no es la única empresa que ha expresado preocupación por el ritmo de crecimiento de la demanda de vehículos eléctricos en Europa. Esto se refleja en la disminución de la cartera de pedidos de vehículos eléctricos del grupo alemán en Europa, que ha caído a 150,000 unidades desde 300,000 el año pasado.
Esta decisión de Volkswagen resalta los desafíos que enfrenta la industria automovilística en su transición hacia la movilidad eléctrica y la importancia de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado.