Cuando entró a la casa de la calle Amatlán, en la colonia Condesa, lo primero que observó el fotoperiodista Pedro Valtierra es que no había buenas condiciones de luz en el comedor donde estaba el aspirante presidencial, Carlos Salinas de Gortari, con un grupo de intelectuales, escritores y periodistas. Un ventanal enorme hacia el jardín impedía captar buenas imágenes del encuentro celebrado en la residencia del académico y ambientalista, Iván Restrepo. 

El acuerdo era que Valtierra solo hiciera fotos al principio y al final de la comida, ya que durante el transcurso se daban conversaciones importantes bajo la implacable ley del off the record. Aunque no le gustaba la iluminación del comedor, el fotoperiodista fundador de la Agencia Cuartoscuro hizo un par de fotografías con su cámara Nikon 35 milímetros, en las que el entonces secretario de Programación y Presupuesto aparece con una sonrisa contenida.

Al término de los postres, mientras se acomodaban, entre tragos y puros, para seguir la tertulia en la sala de la casa, Valtierra les pidió a los invitados posar para una fotografía. La decisión de que Salinas de Gortari apareciera justo al centro la tomó el propio político, quien un mes después sería nombrado de manera oficial candidato a la presidencia de la República por el presidente Miguel de la Madrid, superando a sus rivales del PRI, Manuel Barlett, Sergio García Ramírez, Miguel González Avelar y Alfredo del Mazo. 

Cuando el anfitrión Iván Restrepo dijo: “A ver, Pedro, hazte una foto”, los demás invitados se acomodaron en torno a Salinas de Gortari. Valtierra dice que si hubiera tenido la oportunidad de acomodar a los retratados, hubiera sentado a las mujeres, la escritora Elena Poniatowska y la promotora cultural, Margo Su, junto a Salinas, mientras que Restrepo, así como los periodistas y escritores, Carlos Monsiváis, Benjamín Wong, Miguel Ángel Granados Chapa, Gabriel García Márquez y León García Soler hubieran quedado parados detrás. Pensando en la foto ideal con todos los intelectuales del momento, Valtierra dice que solo le faltaba Octavio Paz, Carlos Fuentes y Gabriel Zaid, aunque en el caso de éste último hubiera batallado mucho porque no permite que le tomen fotografías.

Valtierra se fue ese lunes 7 de septiembre de 1987, con siete imágenes en la cámara. Reveló las fotos en su agencia Cuartoscuro, recién fundada, que en esa época estaba en la colonia Roma. Al día siguiente le entregó las imágenes impresas a Restrepo y guardó los negativos en su archivo. El acuerdo era que si Valtierra quería publicarlas en algún momento futuro, tenía que consultarlo con Restrepo. Pasaron varios años para que esto sucediera. La primera vez que esta fotografía apareció impresa fue en las páginas de la revista Mira, efímera publicación dirigida en los noventa por Granados Chapa. 

Pero la fotografía revivió durante la era digital. En Twitter y Facebook, a partir del 2010 me tocó verla circular con mucha intensidad acompañada siempre de críticas a los personajes que aparecen junto al presidente mexicano más controvertido de la era moderna. Cuando le pregunté a Valtierra qué pensaba de esta lectura que le daban en las redes sociales a su imagen, me respondió

En 2016, con motivo de los 30 años de la Agencia Cuartoscuro, la secretaría de Cultura de la Ciudad de México organizó una exposición en las rejas de Chapultepec. Una de las sesenta imágenes seleccionadas fue precisamente esta fotografía y la mayoría de los comentarios de los transeúntes que la observaban eran críticos hacia los personajes retratados al lado de Salinas de Gortari, explica Valtierra. “Yo creo que los intelectuales y los artistas no deben perder la posibilidad de acercarse a los políticos. Pero una cosa es acercarse, una cosa es tener amistad, tener comunicación, y otra cosa es hacer otro tipo de acuerdos”, reflexiona el fotoperiodista mexicano.

Al mirar la fotografía a detalle, noté que León García Soler cargaba en su brazo derecho una muñeca de peluche con unos pechos enormes. La pequeña y extravagante figura me llamó la atención casi tanto como la relación entre los intelectuales y el poder que podría reflejarse en esta fotografía. Además de a Valtierra, decidí buscar a los protagonistas de la imagen. Todos los que aún están con vida accedieron a recordar aquél momento, salvo García Soler y Aguilar Camín, quien comentó que no se acordaba. En el caso de los que ya habían fallecido, decidí buscar a figuras del mundo intelectual de hoy que pudieran ser consideradas como expertos o incluso herederos, en cierta forma, de los protagonistas fallecidos de la foto. En el caso de Margo Su, elegí al ensayista y editor Pavel Granados; por Monsiváis al escritor y cronista Fabrizio Mejía; por Granados Chapa a la politóloga y escritora Denisse Dresser; y en representación de García Márquez a Jaime Abello, presidente de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano fundada por el Nobel colombiano. El académico y periodista, José Carreño Carlón, actual director del Fondo de Cultura Económica y antiguo colaborador del gobierno de Salinas de Gortari, habló en representación de su amigo Wong Castañeda, quien por cuestiones de salud, no pudo ser grabado. Todas las entrevistas las grabé en video, usando el dispositivo Interrotron creado por Errol Morris. Con ese material elaboré para la plataforma Detective de Agencia Bengala, un corto documental de 23 minutos de duración, el cual me ayudó a dirigir el gran Alexandro Aldrete.  

Esta serie periodística de SDPnoticias.com que inicia con esta entrega retratará la existencia del Ateneo de Angangeo, un grupo cultural creado por el periodista Manuel Buendía, asesinado por el poder en los años ochenta, pero también abordará el papel de los intelectuales en la creación de instituciones como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura), el Instituto Mexicano del Cine (IMCINE), la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Canal 22, además de la relación entre los intelectuales y el poder, la situación actual de la cultura en México y el papel que juegan las nuevas redes sociales en la creación de pensamiento, entre otros temas.

Lo interesante de la fotografía, considera la analista Denise Dresser, es que “es un grupo que representaba lo mejor de México alrededor de un presidente que representaba lo peor de México. Se ve que la están pasando bien. Y yo me imagino a mí misma o recuerdo la única ocasión en la cual estuve sentada al lado de Carlos Salinas, y no me recuerdo a mí misma sonriendo".

Poniatwoska dice que no se acuerda del momento en que le tomaron esa foto, pero que donde quiera que estuviera Monsiváis ella siempre estaba feliz. No cree que en la imagen estén los grandes intelectuales de la época. “Ahí –dice la escritora Premio Cervantes- los únicos de la gran victoria son Gabo (García Márquez) y Monsi (Monsiváis). Gabo, pero no por el Premio Nobel, por su actitud humana, y Monsi, que es un personaje muy extraordinario. Porque era de un rumbo pobre, era protestante, era hijo de madre soltera, y además era homosexual. Todo en contra de él”. 

Monsiváis, como se puede apreciar en la foto, hace notar Fabrizio Mejía, es el único de la imagen que no se vistió de manera formal para la ocasión. “Monsiváis se disfrazaba de Monsiváis”, dice, y luego recuerda que en un viaje que hizo con él a Berlín, le perdieron la maleta. “Voy a comprar ropa para ponerme los días hasta que me regresen mi maleta”, le dijo a Mejía, quien asombrado constató como en Alemania, Monsiváis había encontrado “las mismas camisetas horribles de mezclilla, incluso ya de antemano manchadas con el huevo y el guacamole que siempre traía Monsiváis en México”. 

Para el escritor y crítico Pavel Granados, esta foto se ha “ideologizado” y usado para denostar a los intelectuales mexicanos en redes sociales como Facebook y Twitter . “Como si esta foto fuera una prueba de algo; de algo pero que siempre ocurre y que además yo creo que debería ocurrir, es decir: intelectuales que son interlocutores con el poder”.