México.- La forma de vestir o el arreglo personal, el peso o la estatura, las creencias religiosas y la edad son los principales motivos por lo que los mexicanos discriminamos más en el último año, detalla la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS).
Al agrupar las categorías tono de piel, peso o estatura y forma de vestir o arreglo personal se observó que el 53.8 por ciento de la población ha percibido que se le discrimina por alguna de estas características; siendo relevante la distinción que hacen las mujeres de 24 puntos por encima de los hombres cuando se habla de discriminación por sexo.
Los dos grupos sociales que enfrentan mayores señalamientos de una diferencia son las personas con alguna discapacidad pues padecen por la falta de instalaciones adecuadas, así como de acceso a las oportunidades de empleo y terapias; por otro lado están los integrantes de pueblos originarios, considerados como los menos valoradas dentro de todos los grupos sociales.
Poco más del 60% de la población defendió el prejuicio de que “la mayoría de los jóvenes son irresponsables”, mientras que un 24.5% considera que “las personas con discapacidad son de poca ayuda en el trabajo” y un 17.9% está de acuerdo con la frase “algunas mujeres que son violadas es porque provocan a los hombres”.
Las personas más susceptibles a que la discriminación se produzca por diferentes motivos es la población indígena que suma características como el ser mujer, trabajadora del hogar, tener un tono de piel específico, un nivel económico bajo y una creencia religiosa e idioma distinto.
Cabe destacar que la muestra realizada en 39 mil 101 viviendas, es una muestra estadística y como tal representa a la mayoría de la población, por lo que se puede conocer la magnitud de la discriminación y sus diversas manifestaciones en la vida cotidiana.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) fue el encargado de levantar la muestra en coordinación con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y en sociedad con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia Y Tecnología (CONACYT).