México.- La despenalización de la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad en el Estado de México ha desatado la polémica, pues diversos estudios confirman que cada vez hay más niños y adolescentes que toman alcohol.
EL noticiero En Punto, de Televisa, recordó que de acuerdo con la encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016, el vicio de consumo se presenta en edades cada vez más tempranas: desde los 8 años de edad.
Incluso, los menores están llegando a Alcohólicos Anónimos (AA), cuando por mucho tiempo se pensó que era un problema sólo de adultos. Este es el caso de Benda, integrante de la asociación:
“Yo empecé a beber desde los 13 años más o menos. Al principio era divertido, me gustaba, me sentía bien, lo sentía como parte de la vida, como que no estaba mal. Empezaba a buscar entre las botellas que había en mi casa para beber yo. Fue en mi cumpleaños, cumplía 14 años apenas y nos fuimos a beber y terminé súper, súper mal, tirada en el suelo, vomitando, pero yo sentía que tenía el control”, comentó la joven en entrevista con En Punto.
El alcoholismo obligó a Brenda a buscar ayuda en anexos, retiros espirituales, terapias y centros de apoyo a jóvenes. Hace dos años llegó a un grupo de AA donde ha seguido su recuperación, pero el consumo excesivo que tuvo siendo muy niña le dejó un daño neurológico irreversible.
De acuerdo con diversos estudios, el consumo de alcohol es un fenómeno que se ha incrementado más en las mujeres adolescentes y niños. Tan sólo en AA se ha registrado la integración de menores de 8, 10 y 14 años.
“Principalmente vemos que son niñas y niños con ciertas características, especialmente hijas o hijos de personas que consumen en exceso”, señaló Roberto Karam, miembro de la junta de Servicios Generales de AA.
“El alcoholismo si bien es una enfermedad que no es contagiosa y no es transmisible, sí es hereditaria en cuanto a que los niños aprenden las conductas de los papás y de las mamás”, alertó Karam.
Algo parecido le sucedió a Alicia, miembro de AA, quien señaló: “Yo empecé mi actividad alcohólica muy chica, a lo mejor porque yo tenía a mi familia que tomaba y yo sentía que para mí todo eso era normal”.