México.- La empresa Bacanora Lithium, fundada en el año 2008 y con sede en el Reino Unido, tiene un ambicioso plan para extraer en el largo plazo hasta 35 mil toneladas de litio anuales de un yacimiento ubicado en el estado de Sonora, para luego exportarlo a mercados asiáticos.

Este metal blando es de suma importancia en la economía actual ya que es clave en la fabricación de baterías recargables, tanto para aparatos móviles como para la industria automotriz que poco a poco abandona los motores de combustión interna para optar por alternativas híbridas y eléctricas.

De acuerdo con La Jornada, la compañía explotará uno de los yacimientos de litio más grandes de todo el mundo, descubierto a finales de la primera década de este siglo en los límites de Sonora y Chihuahua, una zona poco comunicada y con alta presencia del bandas dedicadas al tráfico de drogas.

Bavispe, población muy cercana al yacimiento, fue el escenario en noviembre pasado de la masacre de nueve miembros de la familia LeBarón por parte de una célula del crimen organizado.

México podría convertirse en el segundo productor de litio a nivel mundial

En esta convulsa región, Bacanora Lithium construye una mina de extracción de litio que iniciará operaciones con una producción de 17 mil 500 toneladas del metal al año, cifra que se duplicará una vez que el complejo trabaje a su máxima capacidad.

Esta cantidad colocaría a México como el segundo productor mundial de litio, si bien hay que tomar en cuenta que Estados Unidos tiene una extracción importante pero prefiere no dar a conocer datos, por así convenir a los intereses de sus empresas.

El primer lugar a nivel mundial lo ostenta Australia, que en 2018 extrajo 51 mil toneladas de litio, seguido por Chile, con 16 mil, China con 8 mil y Argentina con 6 mil 200 toneladas.

Una vez extraído el litio, Bacanora busca llevarlo a China, más específicamente a Shanghái, donde se encuentra una de las mayores fábricas de baterías de todo el mundo y que trabaja para empresas como Tesla.

La demanda mundial del metal se multiplicará por ocho en los próximos 10 años para cubrir las necesidades de baterías para autos eléctricos e híbridos, mientras que el precio por tonelada pasará de 10 mil a 15 o 16 mil dólares.