México.- De enero de 2001 a la fecha, Genaro García Luna operó desde sus áreas de influencia en el gobierno federal para beneficiar a integrantes del Cártel de Sinaloa, a quienes avisaba de operativos en su contra y de quienes toleraba sus operaciones relacionadas al tráfico de drogas.
En un documento oficial, la Fiscalía del Departamento de Justicia de Estados Unidos (EU) para la corte del Distrito Este de Nueva York, expuso todas las acciones que García Luna emprendió para proteger las operaciones del Cártel de Sinaloa. Entre ellas, destaca que como funcionario de seguridad, durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, el ahora imputado promovió ataques en contra de grupos rivales a sus protegidos.
Además, el extitular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) era omiso ante los cargamentos recibidos y enviados por los delincuentes, proporcionaba información sensible de inteligencia y colocaba a otros funcionarios corruptos en posiciones de poder e influencia.
Los actos enunciados por la fiscalía se habrían llevado a cabo en coordinación con al menos otros dos exfuncionarios del área de seguridad: Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García.
Los cargos imputados son los siguientes: asociación criminal por 6 casos de distribución de cocaína en territorio estadounidense, conspiración internacional para la distribución de cocaína, conspiración para posesión e intento de distribución de cocaína, conspiración para importación de cocaína y declaraciones falsas.
Cabe recordar Genaro García Luna se desempeñó como titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el sexenio de Vicente Fox, mientras que en el gobierno de Felipe Calderón ascendió a la SSP luego de consolidar tramos de su carrera policial con polémicos "montajes", como el caso de Israel Vallarta y Florence Cassez.
En el caso del Cártel de Sinaloa, su líder, "El Chapo" Guzmán, escapó del penal de Puente Grande en 2001 y no fue sino hasta 2015, ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto, que finalmente las autoridades pudieron detenerlo. Durante los sexenios panistas, "El Chapo" pasó de un férreo lugarteniente al líder criminal más importante del planeta, con un poder económico, político y hasta social.