Washington, 2 feb (EFE).- El Gobierno de EE.UU. se mostró hoy "profundamente preocupado" por la violencia en el norte de Mali, tras el estallido de una revuelta armada de independentistas tuareg en enero, y pidió que se reanude el diálogo con esa etnia.
"Condenamos estos ataques de grupos armados contra varias ciudades del norte", dijo en un comunicado la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
El "Movimiento Nacional por la Liberación de Azawad" (MNLA), una escisión de una antigua guerrilla tuareg que firmó acuerdos de paz con el gobierno de Bamako en 2006, se levantó en armas el pasado enero para reivindicar la autonomía del norte del país.
Hasta el momento, este grupo ha reivindicado ataques en más de media docena de ciudades, situadas en las provincias de Gao (fronteriza con Nigeria), Kidal (fronteriza con Argelia) y Tombuctú (limítrofe con Mauritania).
"Urgimos a reanudar el diálogo para llegar a una resolución pacífica al conflicto", señaló Nuland. "Pedimos al Gobierno de Mali que continúe sus esfuerzos para asegurar la seguridad de todos los ciudadanos, y al pueblo maliense, que siga comprometido con la paz y la tolerancia".
La portavoz valoró el llamado a la unidad nacional expresado el miércoles por el presidente de Mali, Amadou Toumani Touré, y pidió a los malienses "que sigan ese llamado".
El origen del conflicto tuareg se remonta a junio de 1990, cuando un grupo de nómadas armados atacó la ciudad de Menaka. Desde entonces se han alcanzado varios acuerdos, que no han impedido el rebrote de las hostilidades por parte de los tuareg, que denuncian la marginación del norte del país.