Naciones Unidas, 3 ene (EFE).- Naciones Unidas expresó hoy su preocupación por la ola de violencia en Sudán del Sur y estimó que los últimos choques tribales entre las comunidades Murle y Lou Nuer pueden haber dejado "centenares" de muertos, aunque no precisó cifras.

"Yo diría que son decenas, quizá centenares de personas fallecidas, pero todavía es pronto para confirmar los números", afirmó hoy la vicecoordinadora humanitaria de la ONU en Sudán del Sur, Lise Grande, durante una videoconferencia desde Yuba, la capital del país.

Grande dijo que la misión de Naciones Unidas está tratando de confirmar el número exacto de muertos durante esos choques tribales. "Sabemos que hay personas fallecidas, y yo puedo confirmarles que he visto personalmente al menos cinco cadáveres, pero estamos hablando de decenas, quizá centenares de fallecidos", lamentó.

La responsable de la ONU afirmó que en este momento la situación en Jonglei, uno de los diez estados que integran Sudán del Sur, es "desalentadora" en términos humanitarios, aunque reconoció que se ha estabilizado un poco, y reveló que miles de personas necesitan ayuda urgente porque no tienen alimentos ni agua potable.

Asimismo, detalló que este mismo martes hizo un recorrido por la localidad de Pibor junto a las agencias humanitarias después de que abandonaran la zona los combatientes de la comunidad Lou Nuer que habían amenazado en los últimos días a los residentes, de mayoría Murle, muchos de los cuales empiezan a retornar a sus hogares.

Grande mostró su apoyo a los esfuerzos del Gobierno sursudanés para proteger a los civiles, destacó la visita de cuatro días a la zona del vicepresidente, Riek Marchar, y dijo que la misión de la ONU está en contacto permanente con las autoridades "a nivel local, estatal y nacional" y sigue trabajando con las Fuerzas Armadas y la Policía.

Así, celebró que las autoridades de Sudán del Sur hayan tomado medidas "contundentes" para afrontar la situación y destacó que el presidente del país, Salva Kiir, condenara recientemente los enfrentamientos tribales y anunciara su intención de llevar ante la justicia a los responsables de la violencia.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, trasladó este lunes su apoyo al presidente Kiir por su compromiso con la población civil y los esfuerzos que está haciendo para tratar de resolver "a través del diálogo" los últimos enfrentamientos tribales.

En conversación telefónica con el presidente sursudanés, el secretario general subrayó que el respeto a los derechos humanos y el imperio de la ley es "fundamental" para resolver las diferencias en Sudán del Sur y destacó la importancia de hacer frente a los problemas de raíz que causan el conflicto.

Ban aprovechó también para comunicar a las autoridades del país africano que la misión de la ONU para la estabilización de Sudán del Sur (UNMISS) ya se ha movilizado plenamente para asistir al Gobierno en sus esfuerzos para intentar reducir las tensiones, incluido el envío de tropas a la ciudad de Pibor para proteger a los civiles.

Además de las tensiones tribales habituales, en la escalada de la situación en este caso también tienen que ver, según la ONU, un alto índice de casos de robo de ganado así como reclamaciones de grandes dotes nupciales a las familias de las novias en bodas entre individuos de esas comunidades.

Las patrullas aéreas de la UNMISS identificaron a finales de diciembre a miles de miembros de la comunidad Lou Nuer preparándose para atacar a los Murle, ante lo que la misión decidió incrementar la presencia de su personal en zonas claves para tratar de calmar la situación.

Más de mil personas murieron el año pasado en choques tribales dentro de Sudán del Sur, mientras que las tensiones han provocado miles de desplazados en el país, el último que ha entrado a formar parte de Naciones Unidas tras su independencia de Jartum en julio pasado.