Pfizer desarrolló un medicamento desinflamatorio que podría haber cambiado radicalmente la vida de los pacientes que viven con Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, pero se negó de manera deliberada a hacerlo.
En enero de 2018, la farmacéutica había anunciado que no continuaría con la investigación de nuevos medicamentos para el tratamiento del Alzheimer y la enfermedad de Parkinson pese a la inversión millonaria en su búsqueda, justificando la decisión como una reasignación de gastos para destinar los recursos en áreas donde la cartera de sus productos e investigación tienen mayor incidencia.
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Sin embargo, lo que Pfizer no dijo entonces, fue que se negó a comprobar o compartir los resultados de un estudios con potenciales implicaciones para el tratamiento del Alzheimer, pese a que el combate de dicha enfermedad es uno de los retos para la salud en la época contemporánea.
Enbrel, el desinflamatorio que combatiría el Alzheimer
El estudio que Pfizer ocultó se basa en el análisis de miles de reclamaciones de seguros de Enbrel, un desinflamatorio que se emplea para el tratamiento de la artritis reumática, el cual parecía reducir el riesgo de Alzheimer en un 64 por ciento de manera segura, indica un reporte del comité interno de la farmacéutica del año pasado.
Pese a lo cual, Pfizer descartó llevar a cabo la prueba clínica que habría permitido comprobar o descartar la hipótesis, además de negarse a hacer público el hallazgo, esto porque según la farmacéutica estadounidense, el medicamento no llegaba directamente al tejido cerebral.
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Además, consideró que durante un ensayo clínico, su éxito sería bajo y los hallazgos estadísticos se publicarían de manera externa, lo cual finalmente se descartó por no cumplir con los estándares científicos que habrían conducido, según Pfizer a una conclusión “inválida”.
Sin embargo, la comunidad científica destacó que los resultados debían haberse publicado por su utilidad, porque permitían asumir mejores decisiones.
Algunos científicos especulan que los resultados se ocultaron porque no generarían millonarias ganancias como el viagra, dado que los laboratorios no tenían la patente exclusiva como en el caso de la pastilla azul, sin embargo, el vocero Ed Harnaga, niega las especulaciones y afirma que la decisión sólo se basó en la ciencia.
Con información de BBC