México.- El año que está por iniciar traerá nuevas responsabilidades para las empresas mexicanas, debido a la entrada en vigor de normas a nivel federal y local que buscan regular algunos sus actividades por el bien de la población.
Las compañías se preparan para cumplir con los nuevos marcos regulatorios, especialmente en lo que tiene que ver con temas fiscales, pues en 2020 comenzarán a tener efecto las reformas aprobadas en el Congreso de la Unión conocidas como ‘Ley Facturera’.
Con este paquete de leyes, el Gobierno Federal considerará delincuencia organizada la emisión y compra de facturas para simular operaciones fiscales y evitar el correspondiente pago de impuestos. El castigo para esta conducta irá de los dos a los nueve años de prisión.
Para ello, el Poder Legislativo modificó las leyes federales contra la Delincuencia Organizada y de Seguridad Nacional, así como los códigos Penal Federal, Fiscal de la Federación y Nacional de Procedimientos Penales.
Además, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) determinó que se podrá asociar el RFC a la tarjeta de crédito a fin de obtener facturas en unos cuantos segundos. Este tema ha resultado polémico debido a que algunas personas interpretaron lo anterior como una herramienta para que el gobierno multe a personas físicas que gastan más con sus tarjetas más de lo que reciben.
Al respecto, el SAT resaltó a través de Twitter que la vinculación del RFC a las tarjetas es completamente voluntaria, así como los negocios podrán decidir si entran o no en el programa de facturación instantánea.
{username} (@SATMX) December 18, 2019
Comerciantes ya no darán bolsas de plástico en CDMX
Otras dos normas que entrarán en vigor a partir del 2020 afectan de manera más directa a los consumidores y tienen que ver con etiquetado en alimentos y bolsas de plástico de un sólo uso.
En el primer rubro, ahora los fabricantes de alimentos procesados deberán incluir información nutrimento clara y suficiente para indicar si los productos cuentan con alto contenido calórico o de sodio.
En Ciudad de México, por su parte, los comerciantes al detalle, ya sea grandes supermercados o dueños de pequeños establecimientos, no podrán entregar a sus clientes bolsas plásticas desechables. La medida tiene como fin reducir los desechos sólidos, y por ello ahora los clientes deberán llevar su propia bolsa, o bien adquirir una de materiales amigables con el ambiente en el lugar donde están realizando su compra.