México.- Comprar en Facebook es igual de informal que hacerlo en un tianguis o en semáforos, pues no se sabe de dónde vienen los productos y cuando regresas ya no está la persona vendedora, alertó la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, alertó del peligro de comprar a través de Facebook durante la presentación del Código de Ética en materia de Comercio Electrónico y el Distintivo Digital con el que próximamente podrán contar negocios digitales.
“Cuál es el semáforo del comercio electrónico, Facebook. Comprar en Facebook es comprar en el semáforo, no sabes ni a quién y cuando regreses ya no está el proveedor”
Ricardo Sheffield
Oxígeno medicinal, un ejemplo de venta ilegal en Facebook: Profeco
Para dar un ejemplo de cómo afecta el comercio ilegal, el titular de la Profeco mencionó el caso de la venta de tanques de oxígeno medicinal, en coordinación con Facebook bajaron alrededor de 7 mil perfiles que estaban cometiendo fraude.
Mencionó que el Código de Ética en materia de Comercio Electrónico y el Distintivo Digital de la Profeco tiene el propósito de respetar y promover los derechos del consumidor y fomentar una cultura de consumo responsable.
Sheffield dijo que, aunque contar con este Distintivo es opcional, el propósito es evidenciar a empresas como la plataforma de venta Alibaba que nunca contestan correos ni teléfonos para poder conciliar con la Profeco.
¿Qué es el Distintivo Digital Profeco?
El pasado 26 de febrero se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Código de Ética en materia de Comercio Electrónico y el Distintivo Digital Profeco que busca promover nuevos y mejores mecanismos para consumidores para acceder a bienes y servicios de calidad.
Las empresas que cuenten con el Distintivo podrá ser cosultada en la página https://distintivodigital.profeco.gob.mx para que las personas pueden conocer a la empresa que le estén consumiendo. Esta base de datos se renovará cada seis meses y la marca tendrá una vigencia de un año.
Con información de El Economista y Milenio