La crisis financiera en Estados Unidos sigue su curso, ya que en menos de 48 horas, 7 empresas se han declarado en bancarrota.
Esto se dio debido a la subida en la tasa de interés de la Reserva Federal, que a su vez refleja la inflación, por lo que actualmente hay una crisis crediticia en Estados Unidos, equivalente a grandes deudas en algunas empresas.
Incluso la compañía de servicios financieros, UBS descubrió que la bancarrota de empresas privadas superan las primeras etapas de la contingencia por Covid-19, que fue cuando hubo un gran quiebre que se vio en varios países.
En Estados Unidos 7 empresas se declararon en bancarrota en 48 horas
El informe que presentó Bloomberg, informó que 7 empresas de Estados Unidos se declararon en bancarrota en menos de 48 horas.
Las mismas 7 empresas de Estados Unidos solicitaron la protección por bancarrota del Capítulo 11 de la Ley de Quiebra del país norteamericano.
Las 7 empresas que se declararon en quiebra son:
- Vice Media LLC: Emisora digital.
- Envision Healthcare Corp: Empresa de personal médico respaldado por KKR.
- Monitronics International Inc: Declaró que su deuda de mil millones de dólares (con vencimiento en 2024) se reduciría a 500 millones con el plan establecido.
- Venator Materials Plc: Fabricante de pigmentos.
- Cox Operating LLC: Productor de petróleo de propiedad privada.
- Kidde-Fenwal Inc: Empresa dedicada a la extinción de incendios industriales que enfrenta problemas legales.
- Athenex Inc: Compañía farmacéutica que señaló como culpable de su situación financiera a los “desafiantes mercados biotecnológicos” y el “difícil entorno económico”.
Se resalta que el hecho de que una empresa se declare en bancarrota no es equivalente a el cierre definitivo de la misma.
Ya que solamente es la declaración, en este caso de las 7 empresas, de que no pueden con sus obligaciones financieras, en este casos sus deudas, las que son incapaces de pagar.
¿Qué es el Capítulo 11 y por qué las 7 empresas lo solicitaron?
El Capítulo 11 sirve para que las 7 empresas sigan operando con una pausa en el estado de su deuda para la reestructuración de la misma.
Esto es el recorte de las empresas, su liquidación o incluso su desintegración, pero sin presiones de parte de los acreedores, por lo que los directivos mantienen el control.
La empresa que lo solicitó (también puede hacerlo el acreedor) pasa a ser un “deudor en posesión”, siempre y cuando los acreedores acepten el plan de reestructuración de la deuda, que debe ser presentado al momento de solicitar la protección.
También tiene que ser aprobado por el juez a cargo (deberá ver viable el plan de reestructura) y en audiencia se manifiesta si fue aprobado o no, aunque el fallo puede tardar meses o años.
En caso de ser aprobado pero el plan de pago de la deuda no se cumple, en lugar de Capítulo 11, se aplicaría el Capítulo 7, que implica el cese de operaciones.
Cabe destacar que informes de Estados Unidos contabilizan que solamente el 10 o 15% de los solicitantes se convierten en reestructuraciones exitosas.