“Resistimos, pero nunca nos rendimos”

Claudia Sheinbaum

Me llamó mucho la atención, incluso me dio risa, un meme que circuló en redes sociales donde aparecía un joven tirado en un sofá y de un lado se leía 2024 y del otro 2025, mostrando el paso de un año al otro, que para el joven pasó sin pena ni gloria.

Al verlo recordé cuando, hace tres décadas, en plena cena de Año Nuevo tuve una gripa del carajo y no pude bajar al comedor a recibir el año. Minutos después una de mis hermanas subió a mi habitación a decirme que lamentaba que no hubiera estado en la cena familiar por estar tan enferma.

“No pasa nada, pues. Una noche como todas, un año que seguro será igualito que todos”, le respondí. El 1 de diciembre había asumido el cargo de presidente de México Ernesto Zedillo y pocos días después me retracté: no sería un año como todos; nos estaba estallando un petardo en el país con el famoso error de diciembre, también conocido como “Efecto tequila”.

Ese año que vio la luz mientras yo padecía ese horrible resfriado estuvo marcado por un incremento del valor del dólar en casi el 300%, altas tasas de inflación, crisis en la actividad comercial, cierre de empresas, falta de reservas internacionales, pérdidas de patrimonios, entre otras calamidades. Encima, Zedillo Ponce de León recibió el país en medio de una de sus peores crisis políticas de su partido (si no es que la peor): el asesinato en marzo de1994 del excandidato presidencial Luis Donaldo Colosio y el de José Francisco Ruiz Massieu en septiembre de ese mismo año.

En medio de tanto desastre la celebración no tenía cabida y en los primeros 100 días de su gobierno Zedillo Ponce de León no sentía lo duro, sino lo tupido, pues se enfrascó en tratar de taparle el ojo al macho, intentando negociar el levantamiento zapatista en Chiapas, que le estalló a su antecesor Carlos Salinas el 1 de enero de 1994. Había que resolverlo, ya bastante lío era tener al país en bancarrota. El conflicto, por cierto, no se resolvió, ni en los “15 minutos” que prometió seis años después Vicente Fox.

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¿Celebrar públicamente los 100 días? Ni en sueños, el repudio de la sociedad hacia su partido y de pilón a su persona le harían merecedor a uno que otro jitomatazo, en el mejor de los casos. Con tierra de por medio y en el invierno de su vida, el doctor en economía empieza a ver fantasmas: “un caudillo instalado oculto a la oficina anexa de la Presidencia de la República”. En su delirio, muy fuera de la realidad y asumiendo un rol de consejero que nadie le pidió, el expresidente envió un mensaje a la presidenta Sheinbaum a escasos días de que ésta diera un informe de sus primeros 100 días al frente del gobierno, intentando persuadirla para que “no destruya la democracia” y detenga las reformas constitucionales, en especial la reforma al poder judicial, pues su implementación dividen y confrontan a la sociedad.

El mensaje, enviado a Sheinbaum vía remota, hizo aplaudir a los asistentes al Seminario de Perspectivas Económicas 2025, organizado por el ITAM. Pero ni la euforia de los asistentes, ni el discurso obnubilado de Zedillo impidieron que Claudia diera su informe en el Zócalo capitalino ante miles de personas, que llegaron de todas partes del país, sin importarles el frío, el cansancio y la llovizna.

Fue un día de fiesta, con risas, baile y cantos, amenizados previamente por el colectivo “Legado de Grandeza”, quienes hicieron más amena la espera con sus canciones.

El discurso de la presidenta fue contundente, fluido; un discurso de cuentas claras y propuestas que llegarán a buen puerto, pues la economía de México ahora se administra como se debe. “El dinero que antes se robaban o lo usaban para compra del voto o se entregaba a unos cuantos, hoy se distribuyen para el beneficio del pueblo de México. El recurso del pueblo se le regresa al pueblo de manera directa, sin intermediarios”, dijo Claudia, para de inmediato hablar de educación, prometiendo que hoy presentará el nuevo modelo de educación superior que contempla la construcción de 20 nuevas preparatorias y “ampliaremos 65 en 59 municipios de 30 estados para tener 40 mil nuevos lugares”.

No podía omitir la presidenta hablar de temas fundamentales como los programas sociales, el incremento al salario mínimo, dándole un tallón a los expresidentes neoliberales, quienes aseguraban que “si aumentaba el salario, iba a aumentar la inflación y no iba a haber inversión”, además de asegurar que la salud de los mexicanos es una de las prioridades para su gobierno, capacitando especialistas, digitalizando expedientes de las personas y trabajando para fortalecer instituciones como el IMSS, IMSS Bienestar y el ISSSTE.

Las mujeres, por supuesto, estuvieron presentes en su informe. Este año que apenas comienza será el año de la mujer indígena pero además, en Ciudad Juárez se construirán los primeros doce Centros de Educación y Cuidado Infantil para que las mujeres que trabajan en maquila, puedan estar tranquilas al saber que sus pequeños y pequeñas están bien cuidados en espacios gratuitos. “Se trata de proveer desde el IMSS y el DIF, sin la subrogación corrupta del pasado, el servicio de educación inicial”, dijo Sheinbaum.

Claudia habló del maíz, del frijol, del Tren Maya, de Mexicana de Aviación, de las nuevas rutas de pasajeros, de los proyectos en infraestructura carretera, del agua, de Pemex, de la seguridad de todas y todos los mexicanos, en especial la “atención a las causas para evitar que las y los jóvenes nunca vean a los grupos delictivos como una opción de vida cuando en realidad es una opción de muerte” y anunció que hoy presentará el primer alcance del llamado “Plan México”.

No podía evitar mencionar a los migrantes, esos “héroes y heroínas de la patria” y a las amenazas de Trump, a quien recordó que “siempre tendremos la frente en alto, México, es un país libre, independiente y soberano. Como lo he dicho, nos coordinamos, colaboramos, más no nos subordinamos”.

Después de escuchar a nuestra presidenta frente a una multitud de hombres y mujeres, ancianos, jóvenes, discapacitados, niños y niñas no me quedó duda: vivimos en un gran país que como bien dijo Sheinbaum “resistimos, pero nunca nos rendimos”, pero sobre todo, los mexicanos están de acuerdo con que continúe la construcción del segundo piso de la 4T.

A Claudia ni Zedillo y sus fantasmas, esa “sombra de un caudillo” inexistente le hacen mella.

Seguro la suspensión de las jugosas pensiones a los expresidentes les ha causado un enorme dolor, al grado de casi desquiciarlos y contagiar a muchos comentaristas, opinólogos y quejumbrosos, que no acaban de digerir los altos niveles de aprobación de nuestra actual presidenta: 74.2% está de acuerdo con lo realizado en los primeros 100 días de gobierno, según el último resultado de la encuesta MetricsMx publicada aquí, en SDP Noticias.

Desde mi óptica, estos números no se moverán a la baja en los meses venideros; o se mantienen igual o crecen, pero para que caigan tendría que pasar una catástrofe y no imagino cuál pueda ser. Soy optimista y no me atemorizan las historias de fantasmas deambulando en Palacio Nacional.

Claudia ha superado en niveles de aprobación incluso a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien concluyó su mandato con 68%. La tendencia, pues, será a la alta. Será el tiempo quien me desmienta o me dé la razón.

Por lo pronto, seguimos de manteles largos. “Los que se quejan de la forma cómo rebota la pelota, son aquellos que no la saben golpear”, dijo el filósofo argentino José Ingenieros. A quien le venga el saco, que se lo ponga…