El año 2022 estuvo fuertemente marcado por la falta de personal aeronáutico, lo que derivó en verdaderas pesadillas vividas en muchos aeropuertos y aerolíneas, como sucedió el pasado verano en Schipol (Ámsterdam), y sus largas filas por falta de personal.
Ahora todo indica que de una manera u otra, aerolíneas y aeropuertos han podido sortear la falta de personal, ya sea contratando más individuos, o bien asignando más actividades y funciones a sus empleados, con la intención de cubrir los vacíos.
Sin embargo, este 2023 nos enfrentaremos a la falta de aviones, como una de las consecuencias del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, del que sabemos cuándo comenzó, pero no tenemos ni idea de cuándo terminará.
Esto ha traído aparejado un importante retraso en la entrega de equipos nuevos, a lo que hay que sumarle los escándalos por los que pasó la armadora estadounidense Boeing el año pasado.
Los pedidos a las armadoras de aviones no han parado, es un hecho que tanto Boeing como Airbus están muy contentos por las ventas realizadas, pero la delicada cadena de suministro de materiales se ha visto afectada por el conflicto bélico, y eso preocupa.
La firma de inversión Jeffries va más allá, y cree que el retraso no solo se dará durante el 2023, sino por varios años más para que los aviones ya solicitados a las armadoras sean proporcionados a las aerolíneas. Y es que sus cálculos específicos son de 12,720 equipos pendientes por entregar.
Así que la recuperación tan anhelada de las aerolíneas puede verse feamente truncada si los equipos no llegan en los plazos solicitados. De esto ya tuvimos una pequeña probadita en nuestro país.
Dejando de lado la particularidad de la degradación a Categoría 2 en la que se desenvuelve hoy por hoy la aviación nacional, VivaAerobus, aerolínea que dirige Juan Carlos Zuazua, dejó ver que la falta de equipos es un freno para su crecimiento empresarial, y es que derivado del conflicto bélico, VivaAerobus sufrió varios retrasos en entregas de aviones, que en efecto dominó terminó en demoras y cancelaciones de vuelos.
De hecho, fue una de las compañías de las que más se quejaron los usuarios, y es que ya contaban con esos equipos que no llegaron, por lo que tuvieron que modificar toda su planeación, generando un inevitable descontento, pues hubo que cancelar vuelos para reacomodar el pasaje, y esto a su vez hace que se tengan demoras; así que todo el personal de la empresa tiene que luchar y trabajar a marchas forzadas en todas y cada una de las operaciones (vuelos) con la finalidad de recuperar el tiempo. En resumen, es bastante caótico, porque aunque usted no lo crea, cada minuto es de vital importancia.
Otro factor que se debe tomar en cuenta es el de los precios manejados durante la pandemia; muchas aerolíneas bajaron los costos de sus boletos de avión para incentivar el uso del transporte aéreo, sobre todo durante los puntos más álgidos de la misma.
Pero ante el panorama de que el SarsCov2 se convierta “en una enfermedad estacional más”, como la influenza, combinado con la alza de los precios del petróleo, y sumada la falta de aviones, se vuelve más que eminente que los precios de los boletos de avión suban.
Ajay Awtaney, fundador de la web para viajeros LiveFromALounge.com y considerado “autoridad india en viajes de negocios, viajes de lujo, millas de viajero frecuente”, opina que “Algunas aerolíneas de determinadas regiones y con liquidez suficiente sí pueden tener capacidad para bajar los precios de los billetes, pero ello perjudicará a las competidoras de menor tamaño. Y de nuevo, a largo plazo, eso daría lugar a tarifas aún más elevadas”
Y este ejemplo me sirve para mandarle un mensaje a nuestro presidente, Andrés Manuel: la aviación es un negocio sumamente complicado y la lógica que aplica en el resto de industrias, incluso las de transporte terrestre, no lo es para el transporte aéreo de pasajeros.
Por eso es una falsa premisa que los costos de los boletos de avión bajarán con la apertura del cabotaje en nuestro país, por el simple hecho de que habrá más competencia.
Al contrario, si insistes en que las aerolíneas extranjeras puedan hacer uso del cabotaje dentro de nuestra nación, estás regalando nuestra soberanía aérea, poniéndola a merced del mercado más agresivo: el norteamericano.
Por este motivo hago énfasis en el número de aviones comerciales que tenemos como país. Según la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) cerramos el año con 353 aeronaves, a diferencia del 2021 que cerramos con 287 aviones.
Sí, tuvimos un crecimiento del 23% en la flota comercial nacional, pero American Airlines cuenta actualmente con una flota de 929 aviones, y sigue en la lista de espera de Boeing y Airbus para más equipos. United Airlines le sigue con 863 aviones e igual que su competidora American se encuentra en lista de espera para más aviones.
Estos son dos ejemplos de aerolíneas tradicionales, pero si hablamos de las bajo costeras, a quienes el Gobierno Federal les está “cerrando el ojo” para venir a operar el cabotaje dentro de nuestro país, entonces tenemos que contemplar 736 aviones que en la actualidad opera la bajo costera norteamericana Southwest. Por su parte, Alaska Airlines maneja 319 aviones, casi la flota total de aviones comerciales que tenemos como país.
Por supuesto, estas aerolíneas también están en lista de espera para recibir más equipos y remontar en la recuperación del mercado aéreo. Por esto mismo es que he dicho que es imposible que Interjet vuelva a volar, pues no cuenta con aviones, y los que tenía los tuvo que devolver a sus arrendadores al no pagar la renta de estos.
Conseguir aviones hoy en día será toda una odisea, por eso el plan de Andrés Manuel de sacar una aerolínea que maneje la Sedena, se antoja como algo complicado, porque de entrada, no hay aviones y los que tiene el ejército no son suficientes para operar una línea aérea comercial.
Lo he dicho, y lo vuelvo a repetir: la baja en los costos de los boletos de avión se podría ver cuando nuestra aviación comercial sea más grande que una bajo costera norteamericana, pero la falta de aviones va a encarecer más los precios. No podemos solamente decir que es culpa de las aerolíneas, quienes no quieren bajarlos; mucho más allá del árbol que vemos, hay un bosque completo en el que nos podemos perder.
No es un secreto para nadie, los equipos considerados “caballitos de batalla” que fabrican Boeing y Airbus tienen agotadas sus existencias, y no habrá disponibilidad de equipos hasta el 2029.
Debemos estar muy pendientes de cómo arranca este 2023 en materia aeronáutica en nuestro país, y cómo nos afectará la falta de aviones. Nuestras aerolíneas también están en lista de espera para recibir equipos, pero las aerolíneas más grandes en el mundo son las que tienen prioridad. No es racismo, se le llama “libre mercado” y clientes preferenciales. Los que más pagan, son los que usan las salas VIP… ¿o no?