Chao al gran contagio
El último día de 2021 la nota relevante relacionada con la pandemia de coronavirus era que “Sudáfrica ve superado el pico de la onda de Ómicron” (cito un encabezado del 31 de diciembre de 2021 del prestigiado sitio alemán spiegel.de).
Allá, donde se descubrió la variante más contagiosa, en poco más de un mes se pasó de la crisis terrible a la calma esperanzadora, y qué bueno.
Hoy, en el citado medio de comunicación, podemos leer que, en Kenia, también se empieza a dejar atrás el terror causado por Ómicron.
Tanto en Sudáfrica como en Kenia se registró un notable incremento de contagios, pero no de hospitalizaciones. Y ahora cada día disminuye el número de personas infectadas por el coronavirus.
Entre nosotros, un especialista, Alejandro Macías, ha dicho que si en nuestro país las cosas se dan como en Sudáfrica —o como en Kenia, añadiría yo— el próximo mes de febrero bajarán los contagios por la variante Ómicron.
Seamos optimistas: dos semanas más de crisis y nos olvidaremos de Ómicron; todavía no del Covid, que ahí seguirá, sin duda no una gripe más, pero dejará de ser el anuncio del apocalipsis.
Y no, el desastre no ocurrirá. Como no ocurrió en Sudáfrica, como no ocurrió en Kenia.
45 días después de decirle adió a Ómicron, la venta de Banamex
Una inteligente comentarista de negocios del diario Excélsior, Alicia Salgado, ha dicho sobre la venta de Banamex:
√ “La operación puede financiarse con 4 o 5 mil millones de dólares en inversión directa y 15 mil millones de dólares en colocación en mercados”. ¿Qué significa eso? En términos estrictos de la crematística —o del arte de hacerse rico, según Tales de Mileto—, que Citigroup se va a dejar pedir un montón de dinero, pero afortunadamente ahora sí se tratará de una operación que pague impuestos… porque la de 2001, la venta de Banamex a los gringos, resultó algo así como un fraude legal a la nación, ya que solo muy poquitos centavos fueron a dar a la tesorería del Estado mexicano.
√ “En un mercado tan líquido y en medio de un fuerte cuestionamiento a la valuación que alcanzan las fintechs por el efecto Tesla, pues parece relativamente fácil. Esta cosa tiene probado valor y retorno”. O sea que, en el mundo de las finanzas, 15 mil millones de dólares no son nada. Pues qué bien.
√ “A Citi no le conviene un proceso de más de 90 días porque la incertidumbre mina valor y, a quien compre obvio que tampoco”. Si entendí bien a la especialista, a mediados de abril conoceremos al afortunado comprador de Banamex.
Los que suenan para comprar Banamex
√ Banorte, pero ocurrirá solo si el apellido Hank no estorba a AMLO.
√ Carlos Slim, pero algo así solo se lo plantearía el magnate si AMLO se lo pidiera con absoluta seriedad.
√ El retorno de los brujos, es decir, Roberto Hernández y Alfredo Harp, quienes en 2001 vendieron Banamex a Citigroup y no pagaron impuestos, y ahora, con ese mismo dinero que no fue a dar al erario, pueden quedarse de nuevo con el negocio.
√ Alfonso Romo, quien tiene una de las casas de bolsa más importantes de México y con toda legitimidad aspira a volver a ser un jugador nivel Champions League.
√ Antonio Del Valle Ruiz. Tiene ahora un banquito, Ve por Más, pero tuvo un bancote, Bital.
√ Ricardo Salinas Pliego, pero debería empezar por presentar una oferta formal, esto es, no tuitera.
√ Santander, lo que ocurriría solo si Ana Botín recibiera garantías plenas de su amigo, el presidente López Obrador de que su negocio en nuestro país podrá operar sin obstáculos políticos… Ella necesita seguridad, sí: es española, y ya sabemos que la 4T y el reino de España no tienen las mejores relaciones. Quien lo dude que pregunte al transido de incredulidad embajador López-Dóriga (no es pariente del periodista, así que puede la tribuna de izquierda prescindir de los abucheos).
Insultar a Salinas Pliego
Todas las personas mencionadas tienen virtudes y defectos. Por lo tanto, todas son cuestionables. Además, a los hombres y a la mujer de negocios de la lista anterior comprensiblemente se les envidia: tienen muchísimo poder y gozan de todavía más riqueza.
¿Por qué, en Twitter, solo se insulta a un posible comprador de Banamex, Salinas Pliego? ¿Por qué no a Hank o a Slim? Lo que se dice del propietario de TV Azteca puede decirse del presidente de Banorte o del hombre más rico de México, pero a estos dos se les deja en paz en las redes sociales.
Creo que a Salinas Pliego lo que no se le tolera es que se exprese en redes y que se dé tiempo para debatir —utilizando el duro lenguaje tuitero— con cualquier persona que manifieste un punto de vista distinto al del empresario.
He criticado muchas veces a Ricardo Salinas Pliego, sobre todo por el conflicto del Canal 40 de mi amigo Javier Moreno Valle, pero hoy quisiera pedirle al propietario de Banco Azteca y Elektra que no vaya a caer en la tentación de alejarse de Twitter. No sería bueno para nadie.
No es fácil soportar tantas ofensas vulgares, pero las redes sociales solo serán útiles para la consolidación de la democracia mexicana si en las mismas participan todas las personas, y hacen falta más hombres y mujeres de negocios en el debate directo con el resto de la gente.
Lo deseable sería que no se insultara a Salinas Pliego ni a nadie más. Pero, por lo visto, no ha madurado suficientemente el usuario promedio de Twitter.
“Con estos bueyes hay que arar”. Es un refrán que viene al caso en situaciones como la descrita. Y sí, con esos tuiteros —y tuiteras— hay que debatir. Peor sería no hacerlo.