Ciro Gómez Leyva está vivo, está mientras escribo esto, en su programa de Radio Fórmula, dando su versión del atentado que sufrió ayer afuera de su casa. No sé de dónde Ciro tiene la fuerza para estar hoy en radio, para querer salir de su casa y trabajar hoy. Las redes sociales en México están con Ciro. Habrá dos o tres periodistas en el país con la relevancia de Ciro Gómez Leyva. Ciro es líder en radio, cuando escribía columna en El Universal era de las más leídas y en televisión es un referente con altísimo rating. Aún así, Ciro, suele caminar por Coyoacán solo, sin guardaespaldas. Nunca había tenido un coche blindado, hasta hacer muy recientemente y por lo que se ve va sin chofer. Anunció hoy, desde radio que esta es su Cuidad en la que creció y espera seguir viviéndola.
Relató como una moto se le acercó a su camioneta y disparó con un arma de nueve milímetros. Fue un asunto planeado, porque conocían su ruta y sabían en qué punto pasaría por una calle poco iluminada. Nueve disparos desde varios ángulos, incluso en la investigación se dice que algunos disparos pudieron salir de otro lado, un vehículo que estaba más lejos. Tiraron a matar. Ayer se quería asesinar a Ciro Gómez Leyva. Sabían que Ciro Gómez Leyva tenía un coche blindado, por eso dispararon también al cofre porque hay algunos blindajes que no tienen protegida la “pared de fuego”, la parte que divide al motor de la cabina. La camioneta de Ciro Gómez Leyva sí la tenía blindada.
Hoy leí a algunos miserables en redes sociales, que se dicen de izquierda, que esto es un montaje. No puede haber mayores cobardes que los que piensen esto. No vale la pena ni siquiera repetir lo que dicen.
Así está el país: atentan contra un periodista y algunos solo hablan de politiquería. Hay quienes quieren sacar raja política o justificar al ambiente del país. No puede haber mayor cobardía que no sea la de solidarizarse con Gómez Leyva en estos momentos.
Por su parte Ciro desde su trabajo hoy, a pocas horas de que lo intentaron matar, dijo: “No voy a hacer conjeturas”. Aún y con haber vivido nueve disparos y estar trabajando, no le echa la culpa a nadie y dejará que las autoridades actúen y dictaminen. Tengo la fortuna de conocer a Ciro desde hace más de 20 años. Él recuerda que la primera vez que nos conocimos fue durante el Mundial de Francia 98; mi padre y él planeaban la revista Milenio y estábamos viendo un partido de México en algún restaurante de la Ciudad de México. Hace un par de años empecé a colaborar en su programa una vez por semana y hoy puedo decir que somos amigos. Mi padre preocupado me llamó antes de las seis de la mañana para hablar del tema. Qué bueno que Ciro está bien, a salvo y trabajando.