Las imágenes grabadas este jueves son indiscutibles: los periodistas Sam Husseini y Max Blumenthal fueron expulsados de una conferencia de prensa, la última de su sangriento periodo como secretario de Estado de EU, uno de los responsables directos del genocidio de mujeres, niños e inocentes en Gaza.

Blinken, a quien seguramente le espera un redituable futuro como consultor o lobista, no se quitará el mote de “bloody Blinken” o “Butcher Blinken”, ni tampoco la mala fama de represor de periodistas.

A Husseini y a Blumenthal los expulsaron de la sala de prensa por “atreverse” a hacer su trabajo y cuestionar a este verdadero criminal de guerra. Tristemente, con la excepción de algunos periodistas que grabaron la llegada de cuatro policías y asistentes para correr a los periodistas, nadie alzó la voz para quejarse de este atropello. Así las cosas en la “tierra de la libertad”.

Qué diferencia con las conferencias “mañaneras” de AMLO o la presidenta Claudia Sheinbaum, en donde algunos personajes como Jorge Ramos y otra pseudo periodista de cuyo nombre no quiero acordarme se apoderaron del micrófono únicamente para decir necedades.

Imagínense si, como con los hipócritas estadounidenses, entrara la policía o la guardia nacional a expulsar periodistas o Youtubers. Pondrían el grito en el cielo varios derechosos nacionales y extranjeros. En fin, la hipocresía.