Este domingo 28 de agosto se cumplieron 12 años de la bajada de vuelo de Mexicana de Aviación, por órdenes de Felipe Calderón y ejecutada por los entonces Secretarios Javier Lozano Alarcón, de Trabajo y Previsión Social, y Juan Molinar Horcasitas, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Hoy, a doce años ¿Dónde está parada Mexicana?, la aerolínea que aunque no tenga operaciones, sigue viva a través de las rutas y slots que en su momento, el gobierno panista “prestó” a otras líneas aéreas con el pretexto de “no perder comunicación”, aunque en los hechos sí hubo aeropuertos que duraron varios meses incomunicados.

Respondiendo la pregunta. Hoy con Mexicana de Aviación tenemos una exitosísima Base de Mantenimiento, Mexicana MRO, que no ha dejado de crecer. El pasado 25 de agosto los trabajadores de la Base de Mantenimiento tuvieron una junta para darles la siguiente información:

Este año se logró obtener la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de la empresa (PTU), se les hará su respectiva repartición a los trabajadores del MRO.

Se prepararán a cerca de 300 técnicos en la escuela del CECAM (lo que antes era Alas de América), la escuela de adiestramiento cuyo 50 por ciento sigue perteneciendo a Mexicana de Aviación y la otra mitad a Aeroméxico.

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Se les proporcionará servicios de Overhaul a Altas, Delta Airlines, Volaris y Fedex, pasando a 14 líneas de producción.

Además se prevé que los trabajadores tengan un aumento al salario del 9%.

El hangar que se está construyendo para el taller de pintura será inaugurado para el mes de diciembre y también dará servicios a aviones B777, entrega de equipo de seguridad para todos los trabajadores.

Lamentablemente, estas buenas noticias se eclipsan con la verdad innegable de que sigue la fuga de talento. Por ello se avistan más contrataciones en un futuro próximo para el MRO.

Además, en la actualidad tenemos en Mexicana de Aviación el Centro de Adiestramiento a Tripulaciones (CAT), que ofrece sus servicios para aerolíneas como Volaris y VivaAerobus, y a pesar de que esta parte de la empresa sí estuvo dentro del Concurso Mercantil, no paró sus operaciones, a diferencia de las líneas aéreas.

Hace tres años, es decir antes de la pandemia, se tenía el dinero producto de la venta de los bienes de Mexicana de Aviación.

Se supone que será utilizado para dos cosas: pagar las liquidaciones de más de 8,500 trabajadores (menos los que ya han partido de este plano terrenal), y para el pago de las jubilaciones de los sobrecargos. En 2019, el monto ascendía a poco más de $1,100 MDP, sin embargo en la actualidad hay apenas cerca de $300 MDP.

Y es que los trabajadores estamos “representados” legalmente por los sindicatos, pero mientras éstos no exijan rendición de cuentas al síndico, seguirán pasando este tipo de desfalcos.

Alfonso Ascencio Triujeque, es el síndico que está al frente de la “quiebra” desde el año 2014, y no sabemos a dónde fueron a parar casi $800 MDP.

En este rubro, todos los sindicatos, Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (SNTTTASS);

Han sido omisos en trasparentar tanto el dinero para las liquidaciones producto de la venta de los bienes, como las cuentas del Fideicomiso del MRO, del que no sabemos cuánto hay.

La administración de la Base de Mantenimiento la lleva un consejo técnico conformado por los Sindicatos ASPA, ASSA y SNTTTASS, junto con la Coalición de Empleados de Confianza y autoridades gubernamentales estatales.

Y hay que sumar la condición de que dos de estos tres sindicatos además están -aunque de manera velada- dentro de la nueva y recién creada Cooperativa “Aviación Mexicana”.

A doce años de distancia hay que decir que los laudos ganados por los trabajadores agremiados en los sindicatos, así como la coalición, imponen pagos que ascienden a más de 5,000 MDP, y en lo que atañe al grupo de sobrecargos, por su laudo ganado les corresponden alrededor de 3,000 MDP.

Pitágoras no miente; hagamos un recuento rápido de las cifras: para liquidar en su totalidad a los trabajadores y jubilados de Mexicana de Aviación se requerirían de más de ocho mil millones de pesos, y la realidad es que apenas hay trescientos millones de pesos para repartir.

Estamos hablando de que harían falta alrededor de 7,700 MDP.

Así es como nos encontramos hoy los trabajadores de Mexicana de Aviación y jubilados, después de 12 años, en los cuales no hemos recibido “justicia”. Seguimos vivos, y no es por nuestra linda cara.

Si el conflicto no se ha resuelto es porque se hizo la venta de los bienes, pero siguen sin repartirse; pero el capital se ha ido disminuyendo sin que nadie rinda cuentas claras de ello.

Protesta de empleados de Mexicana

A doce años, los culpables siguen libres.

Gastón Azcárraga y su familia, dueña de la cadena hotelera “Grupo Posadas”, se lavó las manos de toda responsabilidad al permitirle “vender” por mil pesos las acciones a Jorge Isaac Gastelum Miranda, un abogado que creó en ese momento de la venta a “Tenedora K” y quien además reclama parte de la venta de los bienes de Mexicana de Aviación, porque es “dueña” de la compañía aérea.

A doce años del inicio del conflicto se conforma una nueva cooperativa. Pero debe quedar claro, este movimiento no resarce a los trabajadores, sino solo representa una nueva y diferente opción de trabajo para aquellos que decidan conformarla, y hasta hoy no son más de 30 trabajadores (el 0.3%).

Y varios de ellos son piezas colocadas estratégicamente ahí por los sindicatos. Sí, así como lo oye;

A pesar de que los interesados en ser cooperativistas decidieron no darle cabida a los sindicatos, los representantes sindicales lograron colarse, y en el caso de ASSA, una de ellas presta sus servicios en Aeroméxico.

Tengo que ser sincera, a 12 años no veo una clara decisión por parte del Gobierno Federal para desenmarañar la madeja y resolverla. Recordemos que Mexicana de Aviación y sus filiales son concesiones que otorgó el Estado para su explotación; mi solicitud sigue en pie, como en aquel ya lejano octubre del 2010 en la Cámara de Diputados: echar mano de la figura de la requisa.

Necesitamos fortalecer la aviación nacional, y más a partir de la degradación a Categoría 2. Es imperante tener empresas cien por ciento de capital mexicano, que sean la puerta de entrada de millones de extranjeros, que dejen derramas importantes de dinero en nuestro país, pero utilizando nuestras líneas aéreas y no las extranjeras.

Es indispensable subir la calidad del servicio y atención a clientes, dejar de inflar de sobre manera los itinerarios como lo hacen hoy en la actualidad escudándose en “ahorro de combustible”. Ese argumento es falso, en realidad los itinerarios solo se inflarían entre 3 y 8 minutos por este concepto, no más de media hora.

Hoy seguimos parados sobre la incertidumbre y la desesperanza, el hartazgo y la muerte que nos sigue rondando. Cada vez nos hacemos menos, y muchos compañeros se han ido sin recibir justicia, anhelada a lo largo de más de 4,380 días.

Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador, tome al toro por los cuernos y si la consecuencia es que hay que meter a alguien a la cárcel, debe hacerse, pero sobre todo, los responsables deben pagar lo que le deben a los trabajadores.

Ahí está Grupo Posadas tan campante, recibiendo las mieles de los que significó robarle a Mexicana para hacer crecer su emporio hotelero.

Ya son doce años desde que Javier Lozano, bajo argumentos leguleyos, zafó a Grupo Posadas de su responsabilidad como patrones sustitutos. Eso es lo que son, y está en la ley; fue debidamente analizado por un grupo de trabajadores junto con el despacho de Jesús González Schmal.

Antes de que se sigan acumulando años en esta cuenta, una vez más le solicito algo muy concreto: que los jubilados entren en un programa especial de jubilaciones vía el Seguro Social.

Ellos ya trabajaron toda una vida, la que marcaba su contrato, y ya contaban con una pensión vitalicia. Sin embargo, el fraude a Mexicana los dejó en una terrible situación: sin sustento, y sin haber cumplido la edad exigida por la seguridad social para recibir pensión.

Muchos de ellos se fueron a volar a Aeroméxico, y ahora su salud padece los efectos de volar jornadas extenuantes y descansos mínimos. No exagero, están teniendo serios problemas de salud.

Estoy segura de que con voluntad política se puede conseguir.

No estamos hablando de un número inmenso de trabajadores. Son personas que no piden migajas o nuevas oportunidades de empleo. Solo piden algo que ya era suyo, y se los quitaron de la peor manera.