“Gente, que pide por la gente en los altares

En las romerías

Gente, que da la vida, que infunde fe

Que crece y que merece paz

Gente, que se funde en un abrazo en el horror

Y que comparte el oleaje de su alma

Gente que nos renueva la pequeña esperanza

De un día, vivir en paz”

PRESUNTOS IMPLICADOS

“Loretta dice ser la más aterrizada y para probarlo ya balconeó a su ‘amigo’ Gertz Manero: ‘fue hasta mi casa para pedirme que votara en contra de absolver a Laura Morán y a su hija Alejandra Cuevas’.”

@BEREAGUILARV

No pudo extorsionar. Ya no le sirvió y no le alcanzó para presionar al segundo piso de la 4t. Me refiero en el sentido de hablar o no de la cremación en el Rancho Izaguirre. Porque presionar es lo que el fiscal hace. Y no lo digo yo, solo repito lo que nos ha confesado la ministra Ortiz Ahlf.

Confesiones de quien aspira a la presidencia de la Suprema Corte aparte, la declaración del fiscal general fue somera, pero no por eso menos vergonzosa. Básicamente ha dicho que sí se hallaron restos humanos en la mencionada propiedad, ubicada en Teuchitlán, Jalisco (esos restos “tienen en algunos casos huellas de algún tipo de cremación”), para inmediatamente después sentenciar sin más: “el narco rancho de Izaguirre era SOLAMENTE un centro de reclutamiento y capacitación para el narco”. ¡Vaya declaración cínica! Tal vez parte de esa “capacitación delincuencial” es cremar personas…

Aun con lo anterior, el que Gertz Manero aceptase que sí encontraron rastros óseos es una “alentadora” noticia para las madres buscadoras. Evidentemente entrecomillo el término, pues lo verdaderamente alentador sería no tener desaparición forzada en nuestra nación.

Más allá de que el gobierno ha negado hasta lo imposible la existencia de hornos crematorios clandestinos en México, estoy sugiriendo que la presidenta Sheinbaum no ha cedido a las presiones de la FGR, a pesar de que eso signifique aceptar el horror que lleva a cabo el narco y demás grupos del crimen organizado. Quiero pensar que ella se percató del enojo de la población en negar lo innegable. Y ante eso, mejor permitir que la verdad salga a la luz, por muy matizada que la trate de dar Alejandro Gertz.

México se ha convertido en una fosa clandestina. Miles de desaparecidos son buscados por sus familiares. Esperando encontrar algo, así sea un pequeño recuerdo, para llevarles a casa, para tener un poco de paz en medio de su inmensa tragedia.

Las columnas más leídas de hoy

En un guiño truculento a la literatura universal, estamos ante un Pedro Páramo invertido. Ya no se trata del hijo (Juan Preciado) que busca a su padre (Pedro Páramo), ahora son los padres quienes buscan a sus hijos. Se enmarca también en aquel caciquismo y violencia no del 1955 (año en que se publicó Pedro Páramo), pero sí en un nuevo y torvo caciquismo fundado en la delincuencia organizada y en la violencia. Porque el narcotráfico es eso, un sistema de gobierno, una estructura social paralela en todo orden.

El cacique hoy en día no es Pedro Páramo, sí los delincuentes y también Gertz Manero quien maneja la Fiscalía a su antojo y se sabe que llega a inventar códigos penales con tal de mantener en la cárcel a quien él quiere.

No sé si en esta declaración el cacicazgo de Gertz muestra por primera vez fisuras. Lo que sí sé es que México ya no puede más con tantas búsquedas infructuosas y ante ello solo queda enfrentar la mortal verdad que nos rodea.

Para mí que la declaración de Rosa Icela Rodríguez como secretaria de Gobernación, aceptando que en México no hay una cifra real de desaparecidos, esboza el tamaño de la tragedia. Máxime cuando hace dos años López Obrador cambió la metodología para ajustar el registro. Se comprueba lo que ya sabíamos: ello fue solo para disminuir la cifra. Desaparecer a los desaparecidos.

La Piedra en Derechos Humanos sigue callada como una roca. En los miles de desaparecidos también se esconde la falta de derechos fundamentales y de quien debiera procurarlos. Rosario Piedra desapareció los derechos que debería velar. Por su parte, Gertz Manero calló sobre el cobarde asesinato de Teresa González Murillo (del colectivo “Luz de Esperanza”), también madre buscadora. ¿Su delito? Buscar a Jaime, su hijo.

Y mientras tanto, Gerardo Fernández Noroña tergiversa lo dicho por la ONU. El Comité contra la desaparición forzada emitió una resolución en la que afirma que la desaparición forzada en México es “sistemática y generalizada”, tras una década de dar recomendaciones al Estado mexicano sobre los desaparecidos. ‘Desaparición forzada’ no significa necesariamente que esta sea orquestada por el Estado. Sin embargo, mismo así el senador retó a la organización a mencionar un solo caso de desaparición forzada atribuible a “nuestro gobierno”... La ONU habla de más de 100 mil desaparecidos en México, pero Noroña “defiende” a SU gobierno

Mal momento para negar lo que es. La indolencia no frenará a la terca realidad. Solo los salpicará de oprobio.

Si las autoridades desean utilizar el viejo truco de la semántica, pues que lo hagan, pero ello cada vez está resultando menos efectivo para ocultar el que México se esté convirtiendo en ese pueblo que fue Comala. Aquí los fantasmas hablan lo que no pocos morenistas insisten en callar.