Mientras en nuestro Poder Legislativo se devanan los sesos pensando si sacar o no el tema del Cabotaje de manera definitiva, en la unión norteamericana su aviación anda -por decirlo de alguna manera- “pidiendo esquina”.
Sé que parece increíble, pero la aviación más grande del mundo está preocupada por la mella que han hecho las aerolíneas orientales, a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, pues las aerolíneas norteamericanas no pueden sobrevolar el espacio aéreo ruso, lo que provoca que las líneas del Medio y Lejano Oriente acaparen esos vuelos.
Revisemos: países como los Emiratos Árabes, India o China no tienen ningún conflicto y mucho menos ninguna restricción para sobrevolar el espacio aéreo ruso; en cambio, la restricción a los norteamericanos se ha traducido, a la larga, en un mayor gasto de combustible.
Además, han tenido que inflar más sus itinerarios porque se tardan más en llegar. Esto evidentemente es evaluado por el potencial viajero, que considera con toda seriedad qué es lo que más le conviene, y termina prefiriendo volar por Air India, China Estearn o Emirates.
Lo sabemos, el mercado asiático está despuntando, y cada vez es más importante para las grandes aerolíneas norteamericanas como American Airlines, Delta Airlines y United. Así que los CEO´s de estas compañías han comenzado una campaña en sus instituciones reguladoras de la aviación comercial, para exigir “piso parejo” con las aerolíneas extranjeras.
Evidentemente el resto de América no le quita el sueño a los gringos. Hablamos de que la aviación comercial norteamericana tiene casi 7 mil aviones: 1,270 aeronaves de cabina ancha o doble cabina y 5,726 aviones de un solo pasillo. Mientras que toda Latinoamérica tiene 2,550 aviones repartidos en distintos países.
¿Pero qué sucede con las aerolíneas europeas, asiáticas y de Oriente Medio? En toda Europa vuelan comercialmente 8,140 aviones, mientras que China -y no nos debería de sorprender- tiene 8,420 aviones comerciales surcando los cielos todos los días, sin contar que las aerolíneas de la región Asia-Pacífico cuentan con una flota de 9,160 aeronaves.
Esto de acuerdo con un estudio de 2022 realizado por la armadora europea Airbus, para estudiar mejor la demanda de aviones y en qué regiones del mundo. Ellos proyectan que para 2041 la región norteamericana tenga más 9 mil aviones operando.
Con este tipo de cálculos, proyecciones y ejercicios los CEO´s están exigiendo al gobierno estadounidense que la competencia sea en igualdad de circunstancias.
Pongo un ejemplo de lo que está pasando en American Airlines. Ellos tenían hasta hace poco la ruta de Nueva York (EUA) - Nueva Delhi (India). En el viaje “de regreso” encontraban dos desventajas: no poder sobrevolar el espacio aéreo ruso y viajar con el viento en contra. Esto los obligaba a aterrizar en el aeropuerto de Maine (Portland) para recargar combustible, y luego volver a volar durante una hora y media más hasta Nueva York.
Evidentemente, esto provocaba que se venciera la jornada de los pilotos (horas máximas de vuelo, de acuerdo a la ley), por lo que la aerolínea debía tener lista una tripulación extra que terminara de realizar el vuelo de Maine a Nueva York.
Aumentando el costo de la operación para la aerolínea, a tal grado que la compañía norteamericana tomó la decisión de no seguir operando la ruta. Ahora esta es exclusiva de Air India.
Tenemos a la aviación norteamericana enfrentando las consecuencias económicas de las decisiones políticas de su nación. Su principal queja es porque países como China, India o Emiratos no han restringido el uso sus espacios aéreos a las aerolíneas rusas, y en concordancia, ellos sí pueden utilizar su espacio aéreo sin ningún problema.
Así en frío, se antoja complicado que el gobierno norteamericano logre confeccionar una ley “a modo” que restrinja la operación en su territorio a estas líneas aéreas extranjeras que no han sancionado a Rusia, porque además, hay gente en Estados Unidos que busca estos destinos; pero reza el dicho que en la guerra y el amor, todo se vale.
Así el dilema de la aviación norteamericana en estos momentos, empapados por su postura ante el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que además ha traído alzas en el combustible, situación que afecta a la aviación mundial.
Observando detenidamente el panorama completo, con los norteamericanos defendiendo a sus aerolíneas para no quedarse sin rutas, y que terminen siendo explotadas por aerolíneas extranjeras, me convenzo todavía más de que sería un error garrafal permitir el cabotaje en nuestro país.
Más menos lo mismo por lo que están pasando nuestros vecinos gringos. Un balazo que ellos mismos se dieron en el pie por andar de “metiches profesionales”, creyéndose la policía del mundo, bloqueando a la aviación rusa en un intento de acabar con ella, y con todo el país de ser posible, sin pensar en todas las consecuencias que a la larga esto le está trayendo.
En México la cosa no sería muy distinta, de aprobarse el cabotaje. Seríamos nosotros quienes nos pongamos la soga al cuello en materia aeronáutica, acabando con nuestra incipiente aviación nacional.
Concluyo: no es cuestión de competencia, no se trata del discurso chovinista de que a los gringos no les guste competir. En principio de cuentas, debería ser suficiente que todos tengan el piso parejo para hacerlo.
Pero no podemos tapar el sol con un dedo, hoy nuestra aviación está a años luz de tener un piso parejo comparado solo con la aviación norteamericana, ya de las demás mejor ni hablamos.
“Equidad” es un término que define mejor lo que considero viable, entendida como principio de justicia material que debe ponderarse en la aplicación de las normas, en atención a las circunstancias del caso… o más simple: “según el sapo, es la pedrada”.