Hasta hace unas pocas décadas, se imponía en América la humillante celebración del Día de la Raza. Los grupos hegemónicos en el poder, en su inmensa mayoría cúpulas criollas, vendían a la población la idea de que 12 de octubre de 1492 ocurrió la unión casi sacra entre dos mundos, obviando siglos de vejaciones y dejando sin voz a los pueblos originarios agraviados.

Afortunadamente, la visión hispanista ha ido quedando a un lado y ahora florece un enfoque más plural y que devuelve dignidad a los americanos.

Así, Argentina ahora celebra cada 12 de octubre el Día del Respeto a la Diversidad Cultural; Venezuela y Nicaragua tienen su Día de la Resistencia Indígena en la misma fecha, y Bolivia conmemora el Día de la Descolonización.

Afortunadamente, México también ha entrado en esta dinámica reivindicatoria de los pueblos originales, y este 12 de octubre de 2021 celebramos por primera vez en la historia el Día de la Nación Pluricultural, luego de que el Gobierno Federal publicara el decreto correspondiente en diciembre pasado.

¿Qué conservan los conservadores?

Quien esto escribe confiesa que ha robado la frase de una serie de ensayos de Carl Sagan condensados bajo tal título, parte de su obra póstuma llamada ‘Miles de millones’.

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El enunciado viene muy a colación en estos días, cuando grupos conservadores españoles hablan de iberósferas y repudian la libre autodeterminación de los pueblos americanos. Con el perdón de Sagan, aquí se plantea otra pregunta redundante: ¿por qué se sienten agraviados los agravadores?

¿Qué le importa a Vox que se retire en Ciudad de México una estatua de Cristóbal Colón que, de todos modos, luego aparecerá en otro rincón? ¿En calidad de qué piden al Gobierno de España gestiones diplomáticas ante México para el “adecentamiento” de la tumba de Hernán Cortés?

Sin caer en argumentos tan básicos como ‘si tanto quieren adecentar la sepultura de Cortés, que se lo lleven para allá’ -que leí mucho en Twitter-, sí hay que recordarle a Vox que su injerencia ya va cayendo muy gorda de este lado del Atlántico. Su opinión es muy suya, pero que se quede entre sus peñas, por favor.

América Latina está cambiando su discurso y España no tiene por qué enojarse o gestionar acciones para evitarlo. Eso sí es vivir del pasado, y no retirar estatuas de conquistadores.

Hablando de esto último, también leí por ahí en Twitter algo muy cierto: estos señores que quieren ver a Cortés en cada plaza pública americana, ¿a poco piensan igual de su propia conquista? ¿A poco España tiene estatuas de Tariq ibn Ziyad?

Un par de obviedades sobre Cristobal Colón

Finalmente, vale la pena apuntar lo siguiente, y que lo lean muy bien quienes crean que Colón es parte importante de la cultura mexicana y debe seguir su estatua en Reforma:

  • Cristóbal Colón no era español.
  • Cristobal Colón nunca pisó el territorio de lo que hoy es México
  • Cristobal Colón no descubrió América; pensar que alguien “descubre” sitios poblados es, a todas luces, una estupidez.
  • Cristobal Colón nunca se enteró de la existencia de un nuevo continente, al que los europeos le dieron el nombre de América.
  • Bajo los criterios actuales, esos mismos que la derecha usa para decir que en el Caribe y Mesoamérica no había Estados, difícilmente se puede considerar que Cristobal Colón trabajó para España. Vamos, España apenas existía -o de plano no existía- en 1492.
  • El culto a Colón -lamentablemente muy extendido en un Estados Unidos sin realmente vela en este entierro- sirvió en su tiempo como forjador de identidad entre europeos, pero resulta innecesario y hasta insultante en nuestros días, lo mismo en América que en Europa.