Hace unos días celebramos con orgullo nuestras fiestas patrias, un momento en el que millones de mexicanos nos unimos bajo el mismo sentimiento de pertenencia, olvidando por unos instantes los retos que enfrentamos a diario. Sin embargo, al regresar a la rutina, nos encontramos con las mismas frases que resuenan en las calles: “la vida está más cara”, “las oportunidades ya no son las mismas”. Pero, ¿qué tan ciertas son estas afirmaciones en el México actual?
Nos encontramos en un periodo de transición, resulta pertinente comparar la situación que se vivía al inicio del sexenio en 2018 con la realidad actual, poniendo el foco en aspectos clave como el precio de la canasta básica, la movilidad social y las oportunidades educativas. El análisis de estos indicadores nos permite observar que, si bien ha habido avances, aún queda mucho por hacer.
Movilidad educativa: una herramienta clave
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los niveles de deserción escolar han disminuido. La deserción en primaria pasó del 0.7% al 0.5%, en media superior del 4.4% al 2.9%, y en educación superior del 13.3 % al 11.6%. Parte de este avance se debe a programas como la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, que ha logrado reducir el abandono escolar y promover el acceso universal a la educación media superior.
Este progreso es fundamental para que más mexicanos puedan aspirar a una mejor calidad de vida. Sin embargo, la realidad muestra que obtener un título académico no siempre garantiza una mejor sustancial en los ingresos. Aún así, la educación sigue siendo la mejor herramienta para fomentar la movilidad social.
El empleo y la movilidad económica: un desafío persistente
El desempleo ha disminuido, pasando del 3.6 % al inicio del sexenio a un 2.6% este año. No obstante, aunque se han generado empleos, el nivel salarial sigue siendo una barrera para la movilidad económica. A pesar de los incrementos anuales al salario mínimo, los ingresos no han sido suficientes para generar un cambio significativo en la estructura socioeconómica del país.
Un dato preocupante es que solo el 2% de la población en el quintil más bajo de ingresos ha logrado ascender al quintil superior. Esta cifra refleja un estancamiento que, para superarse, requiere reformas más profundas especialmente en el ámbito fiscal. Es necesario implementar incentivos que promuevan la movilidad en todos los niveles de ingreso, no solo en los extremos.
La economía informal: una realidad insoslayable.
Ante la falta de oportunidades formales, muchos mexicanos recurren a la economía informal, que sigue siendo una parte significativa del mercado laboral en nuestro país. Si bien esta opción permite generar ingresos, también pone de manifiesto la necesidad de fortalecer las oportunidades de empleo formal, con mejores condiciones y mayor remuneración que pueda cubrir el nivel de inflación subyacente (indicador económico que mide la variación de precios de consumo) que hasta el último reporte del año pasado, el dato anual fue de 5.09%.
Soñar y persistir: la esencia del mexicano
A lo largo de nuestra historia, los mexicanos hemos demostrado ser un pueblo persistente. A pesar de las cifras y dificultades, buscamos siempre alternativas para salir adelante. El mexicano, ante la adversidad, sueña, lucha y persiste.
Así como cada 15 de septiembre alzamos la voz para celebrar nuestra independencia, deberíamos seguir soñando con un México más justo y próspero. No solo en las fechas señaladas, sino cada día, con esfuerzo y dedicación, para que esos sueños de superación personal y colectiva se hagan realidad.