El día de ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció en su mañanera el Plan de Seguridad Nacional que engloba como principales ejes: Atención a las causas, Consolidación de la Guardia nacional, Fortalecimiento de Inteligencia e investigación y la coordinación absoluta en el gabinete de seguridad y con las entidades federativas. Inmediatamente después del anuncio, giró instrucciones para que el gabinete de seguridad se trasladara a la capital sinaloense en ese mismo momento.
Y así fue. Sin mucho escándalo, Harfuch llegó a Culiacán. Venía también el titular de la Sedena, el General Trevilla. Fueron recibidos por el gobernador Rocha Moya. Luego de las reuniones, supimos que se fueron a territorio. El secretario Harfuch quiso recorrer las calles de la capital sinaloense. Observó y tuvo la oportunidad de conocer la zona. Supongo que el objetivo era poner en marcha su olfato de policía a efecto de tener una mejor claridad en la estrategia que habrá de implementarse. En la CDMX le funcionó, los números están ahí.
El secretario de seguridad ciudadana del gobierno federal es de los funcionarios más cercanos a la presidenta Claudia Sheinbaum. Es de su entera confianza, al mismo tiempo, es de sus más fiables operadores y conoce a la perfección el estilo de la presidenta.
Finalmente, me parece que Omar García vino a Sinaloa a tres cosas.
La primera, posicionar el mensaje de que el gobierno federal está sumamente interesado en regresar la paz y tranquilidad al pleno del pueblo sinaloense. Que los grupos delictivos se replieguen, disminuir los índices delictivos y que la calma impere a lo largo y ancho de la entidad.
Al respecto, el mandatario sinaloense adelantó que entre los acuerdos que se dieron ayer es que arribarán más elementos del Ejército y Guardia Nacional, para cubrir las zonas de mayor incidencia.
Uno de los ejes principales será reforzar las acciones de inteligencia e investigación con la integración de células de trabajo y equipos multidisciplinarios con la colaboración de la Fiscalía General de la República.
Segunda, el respaldo institucional -y en consecuencia político- al gobernador Rubén Rocha Moya. El problema de seguridad en Sinaloa es un problema de gobierno, no político, por lo tanto, es el gabinete de seguridad el adecuado para atender el asunto. La presencia de primera mano de Omar García Harfuch y el General Ricardo Trevilla Trejo reitera el compromiso de apoyo y respaldo de la presidenta para el mandatario sinaloense. El pueblo de Sinaloa y su gobernador, no están solos, cuentan con el apoyo irrestricto de la presidenta y el aparato de gobierno federal.
Y tercera, Sinaloa será un laboratorio para el plan de seguridad que se habrá de implementar especialmente en las municipalidades de las entidades más violentas según estadísticas en el país. Aún con lo que se ha vivido los últimos treinta días naturales, las cifras no terminan por colocarla entre los estados más conflictivos. Sin embargo, el reconocimiento pleno a la situación actual, implica una atención especial para el caso.
Resulta inverosímil creer que, porque la reunión de seguridad tuvo sede en Culiacan, Sinaloa, los índices disminuirán en automático. Reitero que el mensaje es el interés de garantizar la paz y seguridad de los sinaloenses.
Las familias poco a poco se han ido reincorporando a sus actividades diarias. Las escuelas ya reciben a más estudiantes. Y los comercios se recuperan de a poco. Mas pronto que tarde, con la cooperación de los tres niveles de gobierno y la confianza de la sociedad, Culiacán y todo Sinaloa, volverán a tener un clima de paz y bienestar.
Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx