Conocí de joven a un aviador. Aclaración necesaria: no hablo de un burócrata que cobraba sin trabajar, sino del comandante de un avión de Aeroméxico o Mexicana o como se llamaran tales empresas hace 50 años. Estoy seguro que él trabajaba en alguna de las dos aerolíneas mencionadas y lo presumía en las reuniones con el amigo de un amigo.
Era regio, pero residía en la Ciudad de México. Visitaba con frecuencia a su familia que vivía en el centro de Monterrey y aprovechaba para juntarse con ese amigo de mi amigo. Un día les vi en una cafetería y platiqué con ellos. Le pregunté al aviador qué tan peligroso era volar. Respondió: “Peligrosísimo. Para llegar al Aeropuerto Mariano Escobedo debes pasar varios cruceros viales donde a diario choca alguien y hay heridos y muertos. Si sobrevives al trayecto por tierra, ya en el avión viajarás con total seguridad”.
Consciente del estado lamentable de no pocas carreteras mexicanas que no han recibido mantenimiento adecuado en muchos sexenios —imposible que la 4T las arreglara todas en unos pocos años—, Xóchitl Gálvez se protegió utilizando aviones privados para llegar a ciudades poco conectadas por las aerolíneas comerciales. No entendió la candidata del PRIAN que parte del éxito de Morena es atribuible a que, en sus campañas electorales presidenciales —tres encabezadas por Andrés Manuel López Obrador y una por Claudia Sheinbaum Pardo— no ha habido jets privados.
Todos los rivales de Andrés Manuel alquilaron o pidieron prestados grandes aviones particulares. La principal adversaria de Claudia así lo hizo. El presidente AMLO y la presidenta electa Sheinbaum, con modestia, han pagado boletos a las aerolíneas comerciales para viajar largas distancias, pero donde no ha habido conectividad aérea que se ajuste a las agendas políticas, sin pensarlo han llegado a sus mítines en camionetas, a ras de suelo.
Ayer Claudia tenía que arribar a una reunión en Coahuila donde la esperaba Andrés Manuel. Voló desde la Ciudad de México a Monterrey, supongo que en Aeroméxico, y en la Sultana del Norte subió a una camioneta para alcanzar al presidente. Por la relevancia de su actual situación —en unos meses gobernará uno de los países más grandes y complejos del mundo— la acompañaban algunas personas en otros vehículos: uno o dos con personal de seguridad y un tercero, ocupado por personas de logística del área de lo que en política llaman avanzada, que arrancó primero para organizar con el equipo presidencial la llegada de Sheinbaum.
Desgraciadamente la camioneta de la avanzada chocó en la entrada a Monclova con una Jeep. Hubo heridos y una persona falleció. Son los riesgos de hacer política a ras de suelo. Claro está, la ventaja de recorrer México de esa manera es que se conoce verdaderamente al país. Sin duda, ello representa todo un curso de edafología, que es la ciencia que “trata de la naturaleza y condiciones del suelo, en su relación con las plantas”.
En la página de internet del Inegi en el apartado Edafología se presenta “información geoespacial que muestra la distribución de los principales tipos de suelo en el territorio nacional”, a saber:
- 1. Agrícolas con sistema de canales de riego
- 2. Agrícolas dependientes del comportamiento de las lluvias
- 3. Agrícolas de regular o baja productividad
- 4. Para pastar ganado en verano
- 5. Agrícolas bastante fértiles
- 6. Tropicales cultivables con éxito
- 7. Tropicales para pastizal, la cerámica y la industria de la construcción
- 8. Arcillosos de uso forestal
- 9. Arcillosos fértiles para la agricultura
- 10. Con exceso de sales - agrícolas con métodos de control de riego
- 11. Erosionados aptos para pastizales
- 12. Jóvenes con poco desarrollo - agrícolas con métodos de riego
- 13. Tóxicos improductivos para una amplia variedad de cultivos
Científica la mitad de su vida, con un doctorado en energía y estudios sobre medio ambiente, aunque la edafología no sea su especialidad Claudia Sheinbaum debe tener bastante conocimiento acerca de los distintos suelos mexicanos. Supongo que en los largos trayectos en la camioneta se da tiempo de analizarlos con sentido técnico e inclusive administrativo: es mucho lo que debe hacerse para mejorar la calidad de la tierra de cultivo en nuestro país.
Pero lo más importante que se logra al viajar por el país a ras de suelo tiene que ver con otro tipo de conocimiento, el de la realidad de una nación tan desigual como la mexicana. Cito a unos versos de Mario Benedetti que encontré en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes:
a ras de suelo
cada pobreza
habla
otra vez
otra vez
una lengua
distinta
BENEDETTI
Ignoro si Benedetti se refería en su poema a la pobreza material de quienes viven en la marginación que solo se percibe completa recorriendo por tierra los caminos, o si hablaba de la pobreza espiritual de tanta gente arrogante de la política; tecnócratas que pretenden comprender la situación de precariedad de millones desde el aire, en sus aviones y helicópteros, o inclusive desde más arriba, en sus despachos lujosísimos donde han imaginado que con programas absurdos, costosos y corruptos han cumplido con las personas sin recursos, a quienes conocen solo en estadísticas.
El enorme éxito de Morena en dos elecciones presidenciales consecutivas lo explica Benedetti: el presidente AMLO y la presidenta electa Sheinbaum, en sus campañas agotadoras, han logrado a ras de suelo interpretar las distintas lenguas de las muchas pobrezas de México; pobrezas terribles, sí, que han crecido porque prácticamente todos los gobiernos anteriores las ignoraron. Quienes mandaban, de plano, jamás las vieron desde las nubes en que vivían. Por fortuna, cada día hay menos plutocracia inmoralmente enriquecida en tales alturas, ya que la gente de abajo en cada elección la ha derribado con proyectiles de millones de votos.