Sonora Power
Nunca deja de ser interesante entrar al terreno de las definiciones, y en el mundo del periodismo, el acto de salir y manifestarse a favor o tal causa con claridad, implica una dosis de valentía y otra más de locura.
En México la tradición es que los medios de comunicación juegan veladamente a favor de tal o cual causa, que los periodistas no se abren al respecto de sus preferencias ideológicas o políticas y que casi todos simulan ser imparciales, neutrales y objetivos.
Lo paradójico es que esa presunta y asumida neutralidad no existe, por más que en las carreras de periodismo y ciencias de la comunicación nos lo remachen en los libros de texto y en base a todas las teorías de la comunicación habidas y por haber. Todos, absolutamente todos, tenemos ideología, preferencias y sentimientos.
El hecho es que el periodismo hoy en día tiene un propósito mucho más profundo que el de simplemente informar, porque la inmediatez con que se transmite la información a través de las redes, de los programas de mensajería o de boca en boca, rebasa con mucho la capacidad que cualquier formato, sea prensa escrita, prensa digital, radio o televisión.
Es por eso que hoy el periodismo requiere de transparencia a la hora de definir nuestros propósitos como comunicadores.
Creo que el periodismo, más que neutralidad, debe asumir un componente ético y moral, a fin de ser capaz de orientar a sus audiencias, no ser amarillistas o sensacionalistas y cumplir con el propósito de formar opinión pública.
En lo personal formó parte de los millones de ciudadanos que apoyan el proyecto de Andrés Manuel López Obrador y su “cuarta transformación”, considero que tiene el diagnóstico correcto, que ha diseñado y por tanto puesto en operación las estrategias adecuadas para recuperar la estabilidad del país, darle viabilidad económica, recuperar la decencia y la dignidad.
También me he abierto, por escrito en mis columnas, en mis colaboraciones con otros medios y más recientemente en la mañanera.
El 25 de agosto pasado en la conferencia mañanera lo dije tan abiertamente como se puede plantear: “Aquí todo mundo ha tomado partido, por uno u otro lado, nosotros en el Sonora Power estamos con usted y su proyecto transformador”.
Y además le reconocí la apertura de lo que es a mi juicio un ejercicio inédito de democracia, libertad de expresión y voluntad de dialogo.
No hay que olvidar que los anteriores presidentes rara vez ofrecían declaraciones, entrevistas o conferencias, y si lo hacían era en un entorno controlado.
Hoy con López Obrador las llamadas “mañaneras” son de verdad insólitas, pues cualquiera que pueda presentar cartas credenciales suficientes y acreditar trabajo en medios de comunicación puede plantarse frente al presidente de la República y decirle literalmente lo que quiera, sin que haya mayores consecuencias a nivel de represión o censura.
Claro, los contenidos de las preguntas, argumentaciones y comentarios que se hacen al presidente cargan con responsabilidad ante sus audiencias y la opinión pública a quien las hace.
Creí en ese contexto importante abrir mi postura, ante la serie de manipulaciones y mentiras que la reportera sonorense Reyna Haydee Ramírez esgrimió en la conferencia del jueves 21 de julio, señalando a los responsables de Comunicación Social de censurarle y de limitarle el acceso, ocasión en la que aseguró además haber obtenido un amparo ante tales excesos (lo que terminó siendo una falsedad).
Reyna fue aún más allá y tildó a uno de los compañeros de ser “palero” del presidente y encima le dijo “Cállate Palero” ante una audiencia de cientos de miles, si no es que millones de personas.
La realidad es que un palero es alguien que finge empatía con un personaje y figura pública a fin de obtener un beneficio, como bien puede ser un incentivo económico o la perspectiva de lograr algo, un cargo público, una beca o lo que sea por manifestarse a favor de su causa.
En mi caso puedo asegurar de manera categórica que no recibo pago alguno de parte de Presidencia o de terceros a cambio de simpatizar con la causa del presidente y su proyecto de nación, y claro solo puedo hablar por mi, que es lo que me consta.
Sin embargo puedo decir con claridad: La censura y la exclusión es algo que no existe en ese ejercicio de dialogo con el presidente y puedo dar testimonio de ello
Lo que sí resultó cierto, y ya hoy se sabe, es que la mencionada comunicadora, recibió una beca e incluso obtuvo una suerte de asilo en España, por supuestamente haber sido objeto de amenazas, nunca dijo de quien, ni como, pero si veladamente hace ver al gobierno de la 4T, al presidente Andrés Manuel y a Jesús Ramírez, vocero de Presidencia como potenciales represores.
La reportera, obtuvo pues un beneficio a cambio de señalar esas supuestas prácticas, pues fue protegida y becada por organizaciones no gubernamentales que son críticas del presidente López Obrador y su gobierno.
No creo que ni el presidente, ni su vocero necesiten de ser defendidos, pero sí creo importante hacer que prevalezca la verdad.
En ese sentido, es que repito lo ya dicho, yo estoy con el presidente y su proyecto, sin que eso implique considerar que su gobierno es perfecto, se han cometido errores, pero creo que a la fecha el resultado es lo suficientemente bueno, para poder asegurar que la transformación prometida está en marcha.
Si eso en lugar de hacerme honesto respecto a mi postura en atención y respeto de mis lectores y mis audiencias, me hace a ojos del público un palero, asumo mi posición como mía y las consecuencias que esto pueda traer.
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