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El primer mes de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo pasó volando, sin embargo dejó enseñanzas claras y lecciones que muy pocos olvidarán respecto al estilo personal de gobernar de la primera mujer que gobierna este país.

Lo primero, es que se trata de una persona con una firme determinación de cumplir el cometido para el que fue electa, que es consolidar la visión y conceptos derivados del plan de transformar a México, de un país en decadencia como lo dejó el neoliberalismo, a una nueva potencia de escala global.

Está claro que el expresidente Andrés Manuel López Obrador dejó las bases, sin embargo la franca guerra que la oposición declaró a su gobierno, impidió avanzar en muchos de los proyectos, en especifico en lo que toca al bloqueo legislativo que se padeció la segunda mitad de su gobierno, haciendo buena aquella máxima de que los del bloque conservador cuando se desmayan, en lugar de volver en si, vuelven en no.

De tal suerte que el presidente aprovechó su último mes en el gobierno para despachar una serie de proyectos de reforma constitucional, y así heredar un trabajo político en desarrollo a quien le sucedió.

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Pero la verdad es que ahora en su primer mes de trabajo, Claudia Sheinbaum Pardo se ha convertido una tromba que ha ocupado todos los espacios y más allá de las 20 reformas en proceso que heredó, ahora ya diseñó y envió al Congreso para su aprobación un paquete de otras 11 reformas, que están dirigidas a completar el trabajo.

Las más importantes son las que promueven la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, la del derecho a la vivienda y la que regresa a Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad su carácter de empresas públicas.

Claro está que esas reformas han convivido en el Senado y en la Cámara de Diputados con las que ya estaban en marcha, de tal suerte que en 2 meses el poder legislativo tuvo avances sustantivos, pero las cosas no se detendrán ahí.

La presidenta ya anunció que para el próximo periodo ordinario de sesiones tiene en mente la reforma electoral, que habrá de prohibir la reelección y el nepotismo, y muchas otras que tienen la visión de empujar cambios de fondo en la manera en que se conduce el gobierno y cómo es que se interpretan y se garantizan los derechos de lo ciudadanos.

La presidenta Claudia tiene prisa y tiene claros sus objetivos.

Yo en mis participaciones en la “mañanera del pueblo”, le hecho ver que su entereza, pero ante todo su congruencia entre el decir y el actuar, son su mejor argumento y es justamente eso, lo que la ha convertido en una heroína de millones de ciudadanos en este país, tan necesitado de justicia.

La determinación con que ha enfrentado la tormenta de grillas, críticas, resistencias, amparos, chantajes políticos y hasta emocionales, por una parte de la oposición política, por la otra parte de la oposición mediática y claro está el motín de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ponen de manifiesto, que Claudia Sheinbaum está lista para eso y mucho más, y que al final de su gobierno tendremos un México muy distinto al que hoy percibimos.

Y claro que la presidenta ha marcado diferencias de forma y fondo con López Obrador, pero no en la línea que la oposición quisiera.

Se entiende con claridad por que AMLO decía que él era fresa en comparación, y es que los opositores, sean de los medios tradicionales o de los partidos políticos, ya asimilaron que a ella no la van a intimidar, no la van hacer dar bandazos y que se trata de una mujer de una sola pieza, dura como el acero, con claridad de sus objetivos políticos y con un pensamiento enfocado en consolidar la transformación.

La presidenta es una persona muy disciplinada, firme, informada y tenaz, que además se ha rodeado de un equipo de trabajo muy profesional, fuerte y dinámico, lo que tiene pasmados a sus críticos, que ya no hayan que decir, más allá de la cantaleta de que Claudia es una autoritaria, una comunista y que lleva a México a una dictadura.

Obvio a esos críticos, instalados en el ámbito de los opinologos expertos en lo que se ofrezca cada día, y en los comentócratas, alineados con el interés de la oposición o del poder económico y el interés extranjero, la gente no les cree nada.

Y comienza a ocurrir un fenómeno curioso, ante el avance del segundo piso, ya hasta la oposición política comienza a alinearse y a asimilar que esto del humanismo mexicano, no es tan malo como ellos pensaban y que los derechos del pueblo, los actos de justicia social, los programas de bienestar, los planes de salud, educación y vivienda, son lo correcto.

Y claro es porque ya entendieron que eso es lo que quiere la gente, que encima de todo está muy despierta y atenta.

La gran pregunta es por qué no lo hicieron antes y por qué se resistieron tanto.

Claudia Sheinbaum en solo un mes nos ha enseñado las razones por las que ella era la correcta para suceder a Andrés Manuel.

Y creo que hoy el expresidente desde Palenque sonríe seguro de que ni él, ni el pueblo se equivocaron.

Claudia era la correcta para emprender el azaroso camino de consolidar el nuevo sueño mexicano.

Correspondencia a demiandu1@me.com | X: @Demiandu

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