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El titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), German Martínez Santoyo, dijo en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador del pasado 14 de abril, que el desabasto del agua en la zona metropolitana en San Luis Potosí no es grave; por ello garantizó que la población no se va a quedar sin el abasto del vital líquido.

La afirmación del funcionario sobre que no existen riesgos en la capital potosina de desabasto hídrico se basa en que la presa El Realito, ubicada en el río Santa María en el municipio de San Luis de la Paz, en Guanajuato, no presenta fracturas, deformaciones o grietas estructurales que pongan en riesgo su estabilidad, sin embargo, el problema mayor está en el acueducto El Realito que es la obra de infraestructura encargada de llevar el líquido a la capital del estado, presenta fallas severas que impiden que llegue el agua potable a su destino con normalidad.

Sería bueno recordar que en octubre de 2012 el Gobierno federal de Felipe Calderón y el estatal de San Luis Potosí, encabezado en ese entonces por Marcelo de los Santos Fraga, inauguraron una presa en la Sierra Gorda que dotaría de agua a un millón 700 mil habitantes del área metropolitana de la capital potosina y los municipios de San Luis de la Paz y Celaya, Guanajuato.

Para llevar el vital líquido a los habitantes de la ciudad de San Luis Potosí se construyó el complejo hidráulico El Realito, que incluía una planta potabilizadora, tres plantas de bombeo habilitadas en los municipios de Tierra Nueva y Santa María del Río, un acueducto con capacidad de conducción de mil litros por segundo y seis tanques de entrega y regulación en la metrópoli.

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La concesión de la obra para llevar agua a los habitantes de la capital potosina se hizo a través de un contrato de prestación de servicios de largo plazo a 25 años que fue celebrado en julio de 2009 entre la Comisión Estatal del Agua (CEA) de San Luis Potosí y el consorcio hispano Aquos El Realito, S.A. de C.V, que incluyó la elaboración del proyecto ejecutivo, construcción, pruebas, operación, conservación y mantenimiento del acueducto El Realito, con una capacidad nominal de 1.0 m3/s.

Desde la inauguración de la obra de infraestructura para llevar agua a la capital potosina y su zona conurbada se tuvieron fallas, ya que el acueducto que tiene una longitud de 132 kilómetros tiene algunos tramos de la obra que están construidos con tubería de concreto pre reforzado de 1.22 metros de diámetro que no es un material adecuado ya que este presenta desgastes prematuros en su interior, grietas longitudinales y transversales, siendo el kilómetro 59 de la obra donde se presentan los mayores desperfectos y las fugas hídricas.

En lo que va del año el acueducto ha presentado 11 fallas y 64 desde que inicio el funcionamiento de la obra por lo que en todos estos casos se ha suspendido el servicio dejando sin el vital líquido a los habitantes de la capital de San Luis Potosí.

El año pasado el acueducto tuvo 24 fallas, por lo que la obra solo funcionó la mitad del año del 2022. Cada que existe una falla se requiere al menos una semana para reparación y recuperación del servicio.

La empresa española que tiene la concesión del El Realito adeuda 67 millones de pesos en penas convencionales, esto por las fallas que ha tenido la obra, pero de los 13 procesos iniciados para el cobro, Aquos ha controvertido el pago en cinco, lo que representa 44% del monto, esto con datos del Interapas.

Los expertos hablan de que el próximo 28 mayo será una fecha fatídica en donde el acueducto El Realito no trasportara ni un solo litro del vital líquido y los potosinos de la capital del estado se quedaran sin agua, y se tendrá que buscar soluciones como perforar más pozos y a más profundidad, lo que representa riesgos ambientales y que el recurso hídrico contenga minerales como es el arsénico lo que representa un riesgo para la salud.

El gobierno estatal ha pedido que se le cancele la concesión a Aquas, pero esto tendría que ser una decisión de la administración federal.

El problema del abasto del vital líquido en la capital de San Luis Potosí y su zona conurbada es un problema muy grave y es necesario una acción conjunta de los tres órdenes de gobierno para remediar el problema. El agua es un derecho humano.