Recuerdo que mis papás me contaron que su luna de miel en Acapulco por allá en los 70′s. Desde los 60′s, Acapulco fue la capital del espectáculo a nivel mundial. Muchos actores y actrices extranjeros hablaban maravillas de Acapulco. Acapulco se hizo famoso para todos los estadounidenses después del inicio de la Revolución Cubana en 1959 y digamos que se convirtió en un lugar donde podían hacer cosas que no harían en los Estados Unidos.

El mismo Sinatra voló ilegalmente para pasar su cumpleaños 51 en Acapulco. De ahí una de las estrofas de la canción Come fly with me que dice " Just say the words, and we´ll beat the birds, don Acapulco bay”. Además de Sinatra , llego John F. Kenedy con Jacqueline Bouvier: Bridgitte Bardot y Elizabeth Taylor; el Sha de Irán, Mohammad Reza Phalavi; Salvador Dalí entre muchos otros.

Acapulco era la joya del Pacífico mexicano con muchísimo más glamour que lo que tiene ahora el Caribe Mexicano. Después de esto siguió Luis Miguel y le siguió dando algo de ese glamour que fue desapareciendo con el tiempo.

Mucha gente del medio artístico y de comunicaciones de la Ciudad de México tiene departamentos, casas y propiedades en Acapulco. Ese Acapulco que con los años se fue contaminando y llenando de cosas que no tenían que ver con el glamour de años anteriores.

Ir a Acapulco dejó de ser fantástico para convertirse en peligroso y lo paradisiaco que fue Acapulco se fue transformando de ser Mónaco a ser algo más cercano a Puerto Ventura.

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A Acapulco le cayó Otis un huracán con fuerza de desgracia bíblica. Como Sodoma y Gomorra a Acapulco le fue tan mal que está en ruinas. Este huracán desnudó un montón de cosas en las construcciones del puerto. Seguramente mucha gente que compró su departamento o su casa noto las fallas en las construcciones que les vendieron con promesas de ser las mejores y resultaron ser de papel.

Ningún gobierno está preparado para hacer frente a una desgracia natural de este tamaño, menos cuando estas no son tan frecuentes. Monterrey con los años se ha ido preparado para enfrentar huracanes, pero no es lo mismo un huracán en las montañas que un huracán que te pega directo en la costa.

Además de los efectos del huracán, este llego en el peor momento para una desgracia de este tamaño, el tiempo antes de la elección presidencial. A diferencia de otras desgracias, el acceso y la vitalidad de los videos de las redes sociales nos hacen perder un poco de foco sobre lo que está pasando realmente pues nos llegan visiones diferentes de personas que han vivido la desgracia.

La gente que está en contra del gobierno actual lanza un video que se hace viral y aunque no sea cierto se convierte en la versión oficial de los anti-4T. Del otro lado, los de la 4T lanzan un video donde ayudan y se hace viral con los pro-4T.

¿Cuál será la realidad de lo que esta pasando en Acapulco? Según la oposición es un desmadre, según la 4T van bien y la destrucción no fue tanta.  Lo malo que con estas visiones tan separadas no podemos sacar ni un promedio de la situación actual. La gente antiAMLO que manda ayuda no quiere que la entregue el ejército pues los beneficiados dirán que se los entrego AMLO. El gran problema es que si el Ejército no fuera el administrador de la ayuda habría una rapiña increíble y la ayuda seguramente no le llegaría todos.

Lo que pasa en Acapulco es un reflejo de lo que pasa en el país donde ni en las desgracias se ponen de acuerdo para ayudar y como fue en tiempos electorales cualquier error o falla será magnificado a su máxima expresión.  Solo con el tema de la luz no hay una misma respuesta. Los de la derecha dicen que alguien de la CFE les dijo que no iban a tener luz hasta el siguiente año. Los de la izquierda dicen que en los próximos días estará al cien por ciento.  Los de la derecha le echan la culpa al gobierno porque no hay internet, red celular y telefónica cuando los sistemas de comunicación del país son de la industria privada desde hace mas de 20 años.

No esperaría que la campaña para ayudar a los acapulqueños fuera perfecta, lo que si se es cualquier error por mínimo que sea será magnificado por la oposición. Dicen que en el último huracán que hubo en Acapulco, el presidente Ernesto Zedillo estuvo ahí al tercer día y que AMLO se tardó mucho en visitar la zona de desastre.

Bastaría recordar que en el 2010 el presidente Felipe Calderon visitó Monterrey tras el paso del huracán Alex y no tuvo contacto con los damnificados y solo observo los daños a la ciudad desde el aire. Su visita fue de escasas dos horas y los regios nos sentimos abandonados. Pero esto no se dice porque Monterrey no es Acapulco.

Lo que podremos ver en las próximas semanas es una gran preocupación sobre el tema de Acapulco por parte de la oposición a la que habría que recordarle que el presidente también tiene que ser presidente del resto del país.