Altruismo: procurar el bien ajeno aun a costa del propio.
RAE
“Propongo que la Orden Mexicana del Águila Azteca, en grado de collar, le sea entregada al chef @chefjoseandres, por su apoyo incondicional al estado de Guerrero.”
Fernando de Buen
Después de la tormenta no llegó la calma. En Acapulco, luego del paso del huracán Otis los pobladores del puerto lo único que veían era destrucción y desolación. El fenómeno meteorológico los había tomado por sorpresa, las autoridades no les advirtieron a tiempo y los resultados fueron catastróficos.
Ante todo esto el presidente López Obrador ha dicho que no visita las zonas afectadas por el huracán Otis en Acapulco y Coyuca de Benítez, en Guerrero, para que los “conservadores corruptos” no le tiendan una emboscada y lo ofendan. “Acerca de que por qué voy a la Base Naval, es porque ahí tenemos el centro de coordinación y mando, y voy a trabajar y para qué voy a ir a exponerme a una colonia si están molestos, molestos, molestos los conservadores corruptos y pueden prepararme una emboscada para ofenderme y que se convierta en una gran noticia nacional”.
El héroe
Durante la tragedia en las primeras horas, días y semanas, contrario a lo que dice AMLO, la ayuda gubernamental llegaba a cuentagotas y la gente desesperada salía a las calles a ver qué encontraba, faltaba de todo, comida, agua, ayuda. En medio del desastre y cuando más se necesitaba, llegó un personaje reconocido internacionalmente por su labor altruista, el chef José Andrés, un asturiano cocinero de altos vuelos, que ha sabido conjuntar sus dos pasiones, la alta cocina y la solidaridad.
Porque, más allá de la fama y los reflectores, hay seres humanos que saben marcar la diferencia y el chef, es uno de ellos. Cuando arribó al puerto en helicóptero, lo hizo junto con su equipo y un cargamento de esperanza para cumplir con la determinación de cumplir con la misión de proveer de comida a miles de familias afectadas. Y lo logró.
Hacer el bien
Para realizar una tarea de este tamaño hacen falta recursos, en el caso de Acapulco, el milagro fue posible porque el chef donó un millón de dólares provenientes del fondo “Courage and Civility”, un premio que el millonario Jeff Bezos le otorgó como reconocimiento a su labor humanitaria en 2021, y al esfuerzo conjunto de chefs y diversas organizaciones dedicadas a la ayuda humanitaria, entre ellas World Central Kitchen (WCK), la ONG que él mismo fundó junto y a la colaboración altruista de cocineros y restauranteros locales.
Sonriente y carismático, José Andrés ha sabido aprovechar su imagen mediática para repartir ayuda donde más lo necesitan, llevando un plato de comida caliente a personas en las más diversas situaciones adversas como guerras, sismos, huracanes.
Cocinar y ser un rayo de esperanza
José Andrés fue un alumno destacado del famoso chef Ferrán Adriá, que con relativa rapidez se colocó en el centro del mundo gastronómico; trabajó y administró reconocidos restaurantes en Estados Unidos y en su natal España, participó en la televisión y colaboró para la cadena CNN, pero, a diferencia de otros que ven la fama y reconocimiento como fin último, él ha sabido aprovechar su renombre para dirigir la atención hacia asuntos de interés mundial e impactar en la vida de las personas sobre todo en situaciones urgentes, donde se requiere de ayuda inmediata.
Quizá su más grande logro ha sido la creación de la organización no gubernamental y sin fines de lucro World Central Kitchen (WCK) con la que, desde 2010 se dedica a procurar la seguridad alimentaria de las personas en situaciones de desastre natural o bélico, a través de una bien ejecutada colaboración con el gremio de restauranteros locales para atender al mayor número posible de afectados en momentos de caos.
El equipo de WCK no paró durante los peores momentos de la pandemia por Covid 19, llegó a México luego de que el huracán Otis arrasara todo a su paso, y han mantenido presencia en países afectados en guerras, como en la zona de Gaza, alimentando a miles de familias que sufren los estragos del conflicto armado.
Inspiración y solidaridad
La lección que deja el chef José Andrés tiene que ver con la determinación, la solidaridad y el amor al prójimo, en un medio tan competido, donde los cocineros aspiran a ser los mejores, él deja en claro que la fama y el reconocimiento no bastan, que es posible dejar huella, una huella que perdure e inspire, en sus propias palabras: “Creemos en unir a las personas a través del poder de la comida para inspirar y empoderar el cambio, una historia a la vez, una acción a la vez, un plato a la vez”.
Xingon
José Ramón Andrés Puerta, a sus 54 años acumula múltiples reconocimientos, en 2021 obtuvo el galardón Princesa de Asturias en su natal España por su labor al frente de WCK; la revista Time lo ha mencionado en dos ocasiones como una de las 100 personas más influyentes del mundo y en 2016, recibió la National Humanities Medal de manos de Barak Obama, ese mismo año la Guía Roja de Michelín lo galardonó con dos estrellas.
El chef José Andrés se esfuerza cada día por ser mejor y en ayudar a la gente que lo necesita, incluso en los momentos más difíciles como el conflicto armado en Gaza, donde su misión no ha estado exenta de controversias, pero se mantiene en su objetivo de brindar ayuda, “creemos en las mesas más largas, creemos en la gente”, publicó hace unas semanas en sus redes, haciendo alusión a que su ONG, no ve por bandos, sino por brindar ayuda a quien más lo necesita.
Hasta ahora se estima que WCK ha llevado comida caliente a aproximadamente 300 millones de personas en crisis alimentaria con José Andrés y su equipo poniendo manos a la obra, porque “cuando se trata de comida y agua, la gente no quiere una solución dentro de una semana, dentro de un mes. La solución tiene que ser ahora.”
Los contrastes, mientras uno se esconde en la base naval de Acapulco, condiciona la ayuda a la población a cambio de reflectores y de eventos políticos, existe gente de una gran calidad humana, empática y solidaria que no encontramos. Nuestro sincero agradecimiento al chef José Andrés.
X: @diaz_manuel