Durante los primeros cuatro años legislativos el pleno del Senado de la República ha vivido momentos muy importantes de consolidación en la llamada Cuarta Transformación. Soy de los que siguen asegurando que, la Cámara Alta, ha sido y es, el principal sostén de las políticas públicas, así como la columna vertebral del gobierno que encabeza el presidente López Obrador.
Por ahí han pasado iniciativas y propuestas que el propio gobierno de la República ha hecho. Todas, sin excepción, han salido adelante gracias al respaldo de la fracción de Morena quien empujó, junto a su líder, un apoyo para generar las condiciones y concretar, en la Constitución, reformas que son pilares del proyecto político de la 4T. De hecho, esa tarea política ha estado en manos de Ricardo Monreal que es, para la inmensa mayoría, la figura clave para haber alcanzado el éxito en los primeros cuatro años legislativos.
Tal y como fue el caso del proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de la Guardia Nacional. Es cierto, repito, que hubo trabajo coordinado con el secretario de Gobierno, Adán Augusto; sin embargo, quién encabezó reuniones con las fracciones, cabildeó y convenció luego de abrir el abanico para proponer cambios en la minuta, fue Ricardo Monreal.
Y la forma de lograrlo ha sido, como en otras ocasiones, parte de su gran oficio político y de flexibilidad con los grupos de oposición. No fue sencillo, recordemos que tuvo que venir un recurso que el propio reglamento interno del Senado estipula para poder solicitar la suspensión en la primera ocasión. Muchos auguraban un fracaso, pero resultó, como aseguramos desde este espacio de opinión, una jugada maestra para concentrarse en las tareas de operación con los actores que integran el pleno pues el tiempo que ganó fue margen suficiente para entregar buenos resultados al presidente López Obrador.
Algo que sólo Monreal podía lograrlo. De hecho, recordemos que, en alguna ocasión, siendo Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobierno, le encomendaron encabezar la interlocución para generar una asamblea extraordinaria a través de la comisión permanente para sacar adelante el tema de la Revocación de Mandato en aquel momento. Su responsabilidad fue, con los grupos de oposición, acelerar el proceso de la Ley reglamentaria pero que no avanzó porque, el contrapeso, está acostumbrado a negociar con Ricardo Monreal quien en virtud de lo apremiante que es cada rubro tendió un puente de apertura y respeto con todos los senadores desde el primer año de ejercicio, sin excepción.
Entonces, resolver la tarea legislativa sólo la ha hecho posible Monreal. Eso lo sabe perfectamente el presidente López Obrador. El mejor ejemplo es que, ni la propia Olga Sánchez que fue titular de Gobernación, ni otros comisionados por la presidencia en temas legislativos, han podido con el enorme desafío que significa convencer y consensuar con los grupos de oposición. Es justo decirlo así ya que, en esta ocasión, como en todas las demás, el mérito para sacar adelante el proyecto de Decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia de la Guardia Nacional, es del coordinador de la fracción de Morena en la Cámara Alta.
No tengo duda que Adán Augusto sumó a la causa, pero el gran arquitecto para poder contar con un escenario favorable fue Ricardo Monreal. De hecho, siempre ha sido Monreal. Si tomamos en cuenta el grado de polarización que vive el país, el zacatecano ha encontrado una puerta de acceso que ha servido como mecanismo efectivo para llegar a acuerdos con la oposición porque no se da por vencido.
Lo que sí debemos también considerar es que, con ello, Ricardo Monreal se fortalece en el mapa de los presidenciables de Morena no solo porque refrendó su poder político en el Senado, sino que históricamente lo merece. Sería muy buen gesto que -el propio presidente López Obrador- se lo reconociera en su conferencia mañanera. Él, como lo que se menciona, tiene los méritos suficientes para estar en la pelea por la silla presidencial.