La situación política y económica en México ha cambiado en los últimos seis años. El panorama de una concentración de poderes en el país plantea retos importantes para la sociedad civil, el sector privado y, en general, para cualquier grupo que busque prosperar en un entorno que podría limitar el contrapeso de las entidades productivas privadas y las instituciones democráticas.
Al mismo tiempo, a nivel internacional, se percibe un riesgo con la influencia económica de Estados Unidos, especialmente por la victoria de Donald Trump, lo que significará enfrentar políticas económicas proteccionistas, discursos antagónicos por migración y una relación bilateral compleja.
Habrá que adaptarse a la concentración de poderes en México. En el ámbito interno, el gobierno actual ha centralizado poder de manera significativa. La administración ha impulsado reformas para controlar sectores estratégicos como la energía y el sistema judicial, al tiempo que busca reducir la influencia de instituciones autónomas y organismos regulatorios. Esta concentración de poderes presenta en mi opinión, varios riesgos, como la falta de transparencia y el debilitamiento del sistema de justicia. Sin embargo, también desafía a la sociedad mexicana a encontrar nuevas formas de organización y defensa de sus intereses.
Adaptarse a esta situación implica desarrollar estrategias tanto individuales como colectivas. Por un lado, las empresas y las organizaciones civiles deben mejorar su capacidad de resiliencia y de cabildeo. En un entorno en el que el Estado amplía su intervención, es crucial que las empresas fortalezcan sus prácticas de cumplimiento regulatorio y fomenten relaciones sólidas con actores clave dentro y fuera del gobierno.
De igual forma, la ciudadanía debe participar activamente en los procesos democráticos, desde las elecciones hasta los mecanismos de consulta, que aunque puedan ser limitados, ofrecen oportunidades para expresar puntos de vista y exigir responsabilidad a los líderes. La apatía y el abstencionismo han dado oportunidad al modelo de gobierno actual, en donde este argumenta que actúa por instrucción del pueblo bueno, el cual es de su voluntad y exclusividad.
Es importante fomentar la independencia financiera y la diversificación de mercados. Para el sector empresarial, reducir la dependencia del mercado interno y expandirse hacia otros mercados internacionales ofrece una alternativa para reducir el impacto de decisiones políticas nacionales. En especial para las MIPYMES y con enfoque regional de cadenas productivas y canales de comercialización. En ese sentido el sector financiero concentrado el 75% en 3 grandes bancos en activos totales y utilidades, debe tener mayor participación de crédito en el sector productivo.
En términos sociales, el fomento de una economía digital que permita a los ciudadanos y empresas trabajar y vender sus productos de forma global podría ser una salida viable a la dependencia de las políticas nacionales. Considero que empresas como Mercado Libre y Amazon pueden detonar a productores y comerciantes independientes.
El riesgo Trump: con un posible retroceso en las relaciones comerciales. Mientras que en México se vive un escenario de concentración de poderes, en el panorama internacional la elección de Donald Trump en Estados Unidos plantea otra serie de riesgos, sobre todo en términos económicos. Durante su primera administración, Trump aplicó una política proteccionista que afectó no solo a México, sino también a otros socios comerciales de Estados Unidos. Medidas como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la imposición de aranceles a productos mexicanos obligaron al gobierno de México a ceder y colaborar para evitar un serio problema económico.
Trump regresará al poder con dominio pleno, es probable que intente implementar políticas y discursos similares como en su mandato anterior, lo cual significaría, en el mejor de los casos, una renegociación desfavorable del T-MEC y, en el peor, una escalada de tensiones económicas. Ante este escenario, México debe fortalecer su relación con Trump y progresivamente con otros socios comerciales y diversificar las exportaciones. No es suficiente depender más del 80% de Estados Unidos como principal comprador; se requiere expandir la base de clientes a mercados emergentes en Asia, Europa y América Latina.
Además, México debe intensificar sus esfuerzos para atraer inversión extranjera de otros países. Para ello, el país necesita seguir siendo atractivo para los inversionistas extranjeros, a pesar de las tendencias de concentración de poder en el gobierno.
La clave es mantener una economía abierta y competitiva, con incentivos para la inversión en sectores estratégicos como la tecnología, la manufactura y las energías renovables. Esto no solo protegería al país de las políticas económicas proteccionistas de Estados Unidos, sino que también podría llevar a una mayor independencia económica.
La oportunidad de un cambio estructural en México. Es importante reconocer que la situación actual también abre una oportunidad para que México reevalúe sus prioridades y apueste por cambios estructurales. Si bien la concentración de poder puede resultar negativa en muchos aspectos, también puede ser una llamada de atención para que el país se enfoque en mejorar la eficiencia de sus instituciones y reducir la corrupción e inseguridad, lo cual hasta ahora no ha sucedido.
Por ejemplo, el sector energético podría beneficiarse de una mayor claridad en las reglas más allá del discurso, mientras que la consolidación de un sistema judicial que está dividido y resentido por las formas, si se toma en línea de restaurar la confianza de los inversionistas, pueden ayudar en especial en los siguientes dos años que son clave para la administración actual.
El camino no es fácil, pero el momento actual exige que México desarrolle estrategias sólidas que le permitan adaptarse a un contexto interno de concentración de poder y a la incertidumbre económica internacional. La clave es la resiliencia y la capacidad de diversificación, tanto en lo social como en lo económico. La sociedad mexicana, junto con sus instituciones, debe encontrar la forma de trabajar en conjunto para lograr una economía fuerte e independiente, capaz de resistir tanto las políticas internas de centralización como los vaivenes en su relación con Estados Unidos.
En conclusión, adaptarse a la concentración de poder en México y a los posibles riesgos económicos de una administración de Trump implica fortalecer la participación de la ciudadanía, diversificar los mercados y apostar por la inversión en sectores estratégicos y en infraestructura. México enfrenta un reto complejo, pero con las estrategias adecuadas, el país puede no solo enfrentar estos desafíos, sino también construir una base sólida para un futuro más próspero y autónomo.
Punto y aparte. Lo sucedido en la SCJN fue en realidad una decepción, particularmente el resultado en la sesión de la reforma judicial, de los once ministros se requería de 8 votos, pero con los cuatro votos en contra provocaron su sobreseimiento y en consecuencia no hubo oportunidad del estudio de fondo sobre la cuestionada reforma judicial. Ganó el oficialismo, fue más la argumentación política ideológica que la jurídica, en especial de las ministras incondicionales al oficialismo. En fin, ya pasó. Sus resultados en materia judicial en el mediano y largo plazo le darán la respuesta a México.
X: @MarioSanFisan | CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios. Ex presidente nacional AMFE corporativo@fisan.com.mx