Donald Trump, quien es conocido por su enfoque proteccionista, ha mostrado interés en abandonar acuerdos multilaterales como el T-MEC para enfocarse en acuerdos bilaterales.

Pero ¿por qué enfrentar los arranques de Donald Trump con una defensa tan débil como la retórica y frases huecas? Existen varias razones de fondo.

México cambió el marco normativo que brindaba certeza jurídica y respeto a los derechos humanos, con las reformas al poder judicial, la de supremacía y la desaparición de los órganos autónomos que se realizaron bajo criterios ideológicos, políticos, de interés de grupo y de la una oligarquía aberrante que se ha adueñado del país.

Por otro lado, falta definición del gobierno de la república sobre las políticas públicas, hasta ahora solo se tiene la esperanza, que manejan algunos analistas, de que en enero vendrá un cambio y con las leyes secundarias se generará mayor certidumbre.

Sin embargo, la actitud de la mandataria y los funcionarios del gabinete es atrincherarse, no hablar ni recibir a nadie, incluso, dejando plantados importantes eventos en los que habían confirmado asistencia. Sheinbaum, siguiendo los pasos de su antecesor, creó su propio Consejo Empresarial, cerrando espacios de diálogo.

Las columnas más leídas de hoy

Canadá, la competencia creciente

Canadá ya compite con estados clave de Estados Unidos como Indiana y Texas por la atracción de inversiones en manufactura, particularmente en sectores estratégicos con la robótica y las energías verdes, un sector clave para el futuro económico donde México, lamentablemente, se ha rezagado en adoptar estas tecnologías.

México insiste en inclinarse ante China por los negocios que benefician los intereses de algunos cuantos, aunque arruinen la estabilidad de la economía del país y las relaciones con Estados Unidos y Canadá.

México: el aliado necesario

A pesar de las tensiones, lo cierto es que Trump sigue necesitando a México. Más de siete mil plantas manufactureras estadounidenses operan en territorio mexicano beneficiándose de costos más bajos y ubicación estratégica. Considerando esto, se podría esperar que Trump busque un acuerdo bilateral con México que refuerce estas ventajas, pero con una estrategia muy específica: reducir la dependencia de China al dificultar el acceso de componentes chinos, Estados Unidos podría impulsar la producción en México bajo marcas y patentes estadounidenses. Esto permitiría que las utilidades reales sigan permanentes en suelo norteamericano mientras se aprovechan los beneficios de manufactura en México.

El enemigo sigue siendo el mismo

En este juego estratégico, el verdadero objetivo de Trump es frenar el avance de China, India y Rusia, asegurándose de que Estados Unidos mantenga su hegemonía económica y tecnológica. Para conseguirlo, necesita a sus socios actuales, pero bajo nuevas condiciones.

De ahí el endurecimiento del discurso y la presión en las negociaciones con las que busca endurecer las condiciones con México y Canadá, garantizando acuerdos que favorezcan los intereses estadounidenses tanto a corto como a largo plazo.

El futuro: robótica y nuevas tecnologías

El enfoque de Trump va más allá del presente. Con la llegada de la robótica, la inteligencia artificial y otras tecnologías disruptivas la lucha no solo será por manufactura tradicional, sino por liderar estas industrias. México y Canadá tendrán que demostrar su valor estratégico en este nuevo panorama para seguir siendo los socios preferidos de Estados Unidos.

En la medida que el gobierno de nuestro país siga coqueteando o abriendo espacios a China, Trump y ahora Canadá se seguirán endureciendo más en contra de México, y así el tratado terminará y se sustituirá por acuerdos bilaterales.

X: @diaz_manuel