La educación como parte del adoctrinamiento a la población para aclamar al líder, es un tema central en dictaduras y gobiernos fascistas. La práctica se ha repetido a lo largo de la historia, en China con la “revolución cultural” de Mao, en Alemania con Adolfo Hitler, en Italia con Benito Mussolini, en Corea del Norte con Kim Jong-un, entre otros.

Lamentablemente, en México, AMLO y su gobierno tratan de seguir esos modelos educativos. La SEP a cargo de Delfina Gómez y bajo la guía de Beatriz Gutiérrez a través de su gran amigo, Marx Arriaga, anunció el nuevo modelo educativo que contempla desconocer los actuales libros de texto porque, dicen, fomentan “el modelo neoliberal”, además, para evitar cualquier exposición con el mundo real, se eliminarán exámenes de evaluación internacional y sus objetivos se alinearán a los propósitos de la Cuarta Transformación. En pocas palabras, el modelo propuesto es pura ideología, propaganda y adoctrinamiento y, por supuesto, nada de pedagogía.

Esta vez las ocurrencias parecen no serlo tanto y sí parte de una estrategia de adoctrinamiento. En el plan también destaca la desaparición de los grados escolares para sustituirlos por fases de aprendizaje que abarcarían varios grados escolares.

No ocultan sus intenciones

Toda la propuesta está precedida por una serie de medidas castrantes para la niñez mexicana como la eliminación de las escuelas de tiempo completo, las guarderías y los apoyos a las madres trabajadoras, así como suprimir las exigencias de mejoramiento de los docentes, para que solo respondan a criterios políticos y no pedagógicos ni académicos.

Al final, el plan se enfoca a obligar a los padres de familia a mandar a sus hijos a escuelas de adoctrinamiento.

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Esto es muy parecido al modelo de Hitler donde las escuelas jugaron un papel muy importante para la difusión de las ideas nazis entre la juventud alemana. Eliminaron libros de las aulas para que los educadores alemanes introdujeran nuevos libros de texto que enseñaban a los estudiantes el amor a Hitler, la obediencia a la autoridad del Estado y el militarismo, tal cual lo propone el modelo la SEP.

En Alemania no había grados, así lo decía Hitler: “Estos jovencitos ingresan a nuestras organizaciones a los diez años, y a menudo respiran un poco de aire fresco por primera vez; después de cuatro años de estar en la categoría de Jóvenes, pasan a las Juventudes Hitlerianas, donde permanecen cuatro años más... Y aunque aún no son nacionalsocialistas completos, pasan al Servicio Laboral y ahí los preparan durante otros seis o siete meses...”

Adoctrinamiento a la 4T y nepotismo

La estrategia no se limita a la educación básica, afecta a la media superior y superior, así lo expresó Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior de la SEP y encargado de las universidades Benito Juárez, (por cierto, un fracaso y dispendio absoluto), quien públicamente declaró que el comunismo es una expresión que se tiene que celebrar desde México, “si lo que se pretende es transformar la realidad lacerante”.

Los funcionarios que dirigen la SEP nada tienen que hacer ahí, empezando por la secretaria Delfina Gómez que usa la dependencia como trampolín para ser la candidata de Morena al gobierno del Estado de México y que, en su paso por la alcaldía de Texcoco, dejó una ola de corrupción, al descontar una parte del salario de los trabajadores del ayuntamiento para donarlo a la campaña de su jefe AMLO.

Por otra parte, aunque AMLO lo niegue, todo en este gobierno gira alrededor de la “familia real”, la que vive en Palacio Nacional y Delfina cuenta no solo con el apoyo de AMLO, sino con el de su hijo, que vive como junior en Houston, José Ramón López Beltrán.

Max Arriaga, otro personaje, director de Materiales Educativos de la SEP, en 2013 fue lector sinodal de la tesis de Doctorado de Beatriz Gutiérrez Müller, titulada “Héroe y voces en La constancia y paciencia de santo Job de Francisco de Quevedo”, donde forjó lazos cercanos con la Primera Dama quien lo impulsa y lo protege, aseguró: “Lo decimos alto y claro, no aceptamos que la Conaliteg siga gastando el dinero público como lo realiza desde los años 90, en libros de texto que continúan en el modelo de educación neoliberal”.

El subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro, tiene a toda su familia dentro de la 4T. Su hermana Elvira es la Tesorera de la Federación; su excuñado, Pablo Gómez es el director de la UIF; su sobrino, hijo de Pablo y Elvira es director de Promoción y Divulgación en el gobierno de Sheinbaum, el otro hermano, Juan Concheiro, ocupa el puesto de director de la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados y la prima, María de los Ángeles Rosario Comesaña y Concheiro, ocupa el puesto de directora de Análisis Económicos de la SCT.

Ampliar la brecha educativa (y escuelas patito)

Al final, mientras no pase algo trágico en el país, como entrar en un Estado totalitario, la propuesta educativa del gobierno limitará las oportunidades de aprendizaje de los millones de niños y jóvenes que asistan a las escuelas públicas, que sólo serán carne de cañón del régimen lopezobradorista. Mientras, quienes puedan acceder a una educación privada tendrán mil veces más oportunidades cognoscitivas, mejor preparación académica y conocimientos generales, incluida la oportunidad de aprender y hablar otro idioma.

Con esta propuesta educativa, se acrecentarían las desigualdades entre quienes puedan pagar una escuela privada y quienes se vean obligados a asistir a las escuelas de adoctrinamiento político. Nuestra niñez no necesita ocurrencias ni improvisaciones, requiere una educación con estándares mundiales y sobre todo, sin ideologías trasnochadas.