Transportes Aeromar, S.A. de C.V. pasa de focos rojos a color bermellón oscuro, llegando casi a tonos violáceos. Es un hecho: si no se cumplen los acuerdos pactados entre empresa y sus trabajadores, el ánimo de estos irá decayendo.
Los pilotos y sobrecargos mantienen un emplazamiento a huelga, que si no ha estallado todavía es porque prorrogaron la fecha fatal para el próximo 6 de abril, esto es, justamente antes de entrar a la “Semana Santa”, una de las mejores temporadas dentro de la aviación comercial.
Tomemos en cuenta que los pilotos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) ha estado trabajando no solamente en el aire, sino también en tierra buscando inversionistas, así como préstamos vía Gobierno Federal; mientras los dueños no han hecho nada por salvar su propia empresa.
Una radiografía de emergencia nos revela datos muy concretos: Aeromar es una aerolínea con diez aviones tipo turbo-hélice, conocidos como ATR; tres ATR- 42; y siete ATR 72-600. En sus mejores tiempos llegó a tener 22 equipos. Hoy, Zvi Katz es el dueño y su director es Danilo Correa.
Desde el pasado viernes 25 de febrero, tanto Pilotos, Sobrecargos y personal de tierra -que no está sindicalizado- han estado denunciando la falta de pagos; en el caso de los tripulantes, no pagaron los vales de despensa y con el personal de tierra no sindicalizado, ni siquiera les pagaron la nómina, es decir, su salario.
Esta historia la acabamos de ver con ABC Aerolíneas, mejor conocida como Interjet. Poco a poco dejó de cumplir con los pagos correspondiente a los salarios de sus trabajadores, y el desenlace ya lo conocemos: mientras más de cinco mil trabajadores llevan poco más de un año intentado cobrar lo que les corresponde, los empresarios utilizan todos los recursos jurídicos disponibles para no pagar. Unos diciendo que ya no son los dueños, mientras abandonan el país, y otros diciendo que no tenían idea de que compraron una empresa en números rojos.
Y por supuesto, los pasajeros defraudados, a los que no les cumplieron, y cuyas quejas desafortunadamente duermen el sueño de los justos en la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO).
En la página web de Aeromar continúan ofertando viajes a “meses sin intereses” aceptando pagos con diversas tarjetas de crédito; en ningún lugar de su página existe una “alerta” de que es posible que no cumplan con los vuelos ofertados. ¿Plena confianza de que los cumplimentarán? ¿o franca indolencia ante sus nubarrones financieros y de conflicto laboral?
El diputado de la bancada del Partido del Trabajo, Armando Reyes Ledesma, ha planteado la necesidad de llevar a cabo una reforma legal que faculte a la PROFECO, y conozca y sea competente en las controversias, quejas e inconformidades que los pasajeros presenten contra las aerolíneas y actúe dentro del marco de sus atribuciones.
Además propone reformar la Ley de Aviación Civil y otras disposiciones, buscando que los pasajeros con capacidades diferentes puedan ser acompañados de un familiar -hasta en tercer grado y mayor de edad- que los auxilie, sin necesidad de pagar ninguna tarifa extra, obligando al concesionario o permisionario a expedir, sin costo alguno, el boleto y pase de abordar para dicho familiar.
Una propuesta llena de empatía y buena fe que suena maravillosa, pero sin duda vamos tarde; en el caso de Interjet los pasajeros no han recibido ningún resarcimiento por parte de la institución federal que defiende al consumidor, ni tampoco las autoridades laborales -judiciales ni administrativas- han dado fin al periplo de los trabajadores, que siguen litigando al día de hoy.
El 21 de marzo se inaugurará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y yo pienso en los trabajadores de Transportes Aeromar, ¿podrán seguir trabajando sin cobrar?, ¿llegará esta pequeña línea aérea a tal fecha operando?, ¿hasta dónde piensan seguir las Secretarías del Trabajo y Previsión Social y la de Comunicaciones Infraestructura y Transportes estirando la liga?, ¿hasta dónde y cuándo puede resistir esa liga?
Urge que ambas dependencias den respuestas, primero a los trabajadores, y evitar que miles de pasajeros queden sin sus viajes; no es asunto menor que Aeromar sea una línea aérea que vuela a destinos donde otras empresas de aviación no llegan.
¿De qué forma podría el Gobierno Federal, dar un manotazo en la mesa y exigir que ambas Secretarías se pongan a trabajar para evitar el cierre de una aerolínea más? Nuestra aviación no está para perder otra aerolínea. Con la salida de Interjet, su mercado, rutas y slots fueron repartidos entre VivaAerobus, Volaris y Aeroméxico, pero ¿qué pasará en este caso?
Hay un verdadero grito desesperado por parte de los trabajadores, que viven día con día en la incertidumbre. Pero también esto es una llamada de atención para el gobierno, para que no permita que se repita la historia de Interjet; Aeromar merece seguir operando. Los viajeros que han comprado boletos lo agradecerán. No está el horno para bollos, y el pueblo no quiere mas trabajadores desempleados, mientras los empresarios, con total impunidad, abandonan a su suerte a las fuentes de trabajo, como si de cubrebocas desechables se tratara.