Los mexicanos nos deberíamos de aferrar a la esperanza, como Gerardo Fernández Noroña se quiere aferrar al poder. Ya bastante se ha comentado acerca del video en donde casi, con lágrimas en los ojos y lleno de frustración, reclama que Morena lo hizo a un lado. Sus ojos tan voraces, tan vacíos de México y de los mexicanos, tan llenos de hambre de poder y de dinero pinta de cuerpo entero lo que muchos políticos son.
Solo ven al país como una mina de oro. El país les da la posibilidad de ser millonarios son grandes esfuerzos. Se pierde de vista toda intención de hacer algo realmente por “los más pobres” o por los de clase media.
Viendo esta escena, en verdad sentí compasión por él: debe de ser muy difícil estar en su piel y vivir pensando que por ser porrista de la 4T le darían un hueso más jugoso.
Al pobre de Noroña lo usaron y ya. Como mucha gente suele usar a otra... Por eso sentí lástima por él.
Pero así como se aferra Noroña al poder, así tendríamos que hacerlo los mexicanos: aferrarnos a la esperanza. Tengo una extraña sensación: para mí es cada vez más insoportable escuchar la voz del presidente López Obrador.
Ya en verdad es muy desgastante para todos, yo creo que también para él, aunque adore los reflectores y tener lleno Palacio Nacional de reporteros que le aplaudan.
Pero poco a poco a salido a dar la cara Claudia Sheinbaum y ha brindado conferencias de prensa. Discretas, diría yo porque no tiene aún un mecanismo que se le parezca a la mañanera.
Pero estas conferencias son replicadas en la plataforma X, y la verdad es que ya no ver los manoteos y los gritos de López Obrador y en lugar de eso ver y escuchar a una Claudia Sheinbaum más calmada, con un tono de voz más suave, para mí ya es un respiro.
Y ojo que yo no voté por ella pero creo que la presencia de López Obrador ya no abona en nada al “bienestar” de México.
Sigue muy enojado y muy resentido y así seguirá siempre, aunque se le inundan sus ojos de alegría cuando habla del triunfo de su candidata favorita Claudia Sheinbaum... Es su triunfo y es su más grande obra.
Yo estoy segura que tener de lejos a AMLO, para Claudia Sheinbaum sería un alivio, pero el presidente no dejará de estar encima de ella como una sombra, tanto así que hasta lanzó una auto invitación diciendo que “si Claudia Sheinbaum considera que puedo ayudarle ahí estaré”... y pues... ¿qué le queda a la virtual presidenta eleta? Tenerlo que invitar como asesor de imagen o darle algún puesto ahí; inventado, algo como “secretario de la compañía del Bienestar” o “Secretario de liturgias”, o algo así.
He visto algunas de las conferencias de Claudia Sheinbaum y creo que sola, sin mencionar al presidente fluye muy bien. Pero cuando se pone a darle las gracias a López Obrador como quien le da gracias a Dios y a la vida, ahí empieza su punto de quiebre.
Claudia Sheinbaum nos tiene que demostrar que sin la sombra ni el control del presidente sobre ella, podrá salir adelante y si ella sale adelante sale el país adelante con ella.
Por eso es que creo que los mexicanos tenemos que aferrarnos a esa esperanza. Elegir creer que esto es posible, elegir que podremos estar mejor.
No creo sinceramente que nos pueda ir peor. Creo que hemos tocado fondo en muchas cosas, proyectos mal hechos, destrucción es ecológicas y desabasto médico.
Cuando tocas fondo en la vida lo que te hace falta es agarrar impulso para salir de él.
Yo necesito pensar que viene algo bueno para mi país. Será que a muchos el presidente nos orilló hacia el hartazgo y hacia el repudio hacia su mal gobierno pues frente a nuestros ojos pudimos ver la cantidad de cosas que no estuvieron bien hechas.
Será que tantos paleros en la mañanera adulándole y aventándole porras nos asquearon realmente.
Y es entonces que vemos con algo de esperanza que vaya a haber un cambio. Y aunque me aterra que le llamen “la continuidad de la cuarta transformación” tengo esperanza que algo cambie.
Quizá elijo creer que es posible aunque el mundo no lo crea así.
Elijo la esperanza por sobre todas las cosas. Es un sentimiento que nadie me puede arrebatar, incluso creo que por ese sentimiento es que sigo con vida.
¿Eliges la esperanza tú también?
Es cuanto.