Por: El Pordiosero
Peor inicio de gestión no pudo haber tenido Aarón Ortega Villa al frente del sindicato de los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México: un desvanecimiento mientras pronunciaba un discurso unas horas después que fue electo, provocó incertidumbre momentánea.
Al parecer fue un evento sin trascendencia médica, consecuencia de una descompensación producida por la falta de ingesta de alimentos y líquidos el día de las elecciones, por atender a quienes le proporcionaban información en el desarrollo del proceso electoral.
Tras un año ocho meses en que el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX) fue manejado por un ilegal Directorio Sindical creado por la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), los dos grupos mayoritarios integrados por los secretarios generales seccionales, alcanzaron acuerdos, luego que la central burocrática llamó a un consejo extraordinario de delegados como primer paso para convocar a elección de dirigentes.
La intención del presidente de la FSTSE, Joel Ayala Almeida, era ser el protagonista en la designación del candidato al liderazgo en ese sindicato, el segundo en membresía en esa central con sus 110 mil afiliados.
Convocó a Hugo Alfredo Alonso Ortiz, secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes” a que se sumara a una planilla de unidad que buscaba impulsar. Imposible olvidar los desplantes que en los últimos meses le hizo: desde arropar a Maximiliano García, Julio Miranda y Ricardo Anguiano, hasta obligarlo a aceptar que José Antonio Xochicale le pagara las cuotas sindicales seccionales, y haber sido uno de los promotores para que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCyA) negara el reconocimiento al triunfo que obtuvo en las elecciones por la presidencia del SUTGCDMX en enero de 2020.
Alonso Ortiz en lugar de sumarse a la propuesta, le hizo reproches. Fue el inicio de la derrota del dirigente de la burocracia nacional, el gran perdedor en ese proceso electoral, la que adquirió forma en el consejo en el que los delegados decidieron que el congreso extraordinario de reforma estatutaria se realizara en las instalaciones del sindicato del gobierno de la ciudad y no en el de salud, como era la intención de Joel Ayala Almeida.
En el congreso fue aprobada la propuesta de desaparecer el Directorio Sindical, con lo que se canceló cualquier posibilidad que el presidente de la FSTSE influyera en la designación del candidato oficial a dirigir a ese sindicato.
La intermediación del ahora ex subsecretario de gobierno de la Ciudad de México, Efraín Morales, para facilitar a los grupos encabezados por Alonso Ortiz y César Piña Rodríguez -secretario general de la sección 4 “Contraloría, administración y almacenes”-, alcanzar acuerdos para reencauzar la normalización de la vida sindical, sepultó definitivamente la intención del presidente de la FSTSE de conducir el proceso de elección.
El comunicado a medios que la central distribuyó el pasado miércoles 22 de septiembre, el día de las elecciones, buscó sembrar la impresión que tuvo participación tanto en la postulación del candidato de la planilla de unidad -fue uno de los integrantes, destacó, del Directorio Sindical-, como en la organización del proceso.
Joel Ayala Almeida tuvo el control de las cuotas sindicales, pero no de las secciones. Fue incapaz de influir entre los trabajadores, al rodearse de ex dirigentes que privilegiaron sus intereses y ocupados en golpear al grupo de Alonso Ortiz, en lugar de impulsar negociaciones para concretar acuerdos.
En el margen de maniobra de Ortega Villa en la presidencia del SUTGCDMX, se encuentra las acciones que deberá realizar ante la central burocrática: exigir un informe de las cuotas sindicales que desde marzo de 2020 y hasta junio de este año recibió el Directorio Sindical, y las posiciones que corresponden al SUTGCDMX en los órganos de gobierno el ISSSTE -en la Junta Directiva, la Comisión de Vigilancia y la Comisión Ejecutiva de FOVISSSTE- y del TFCyA -un magistrado representante de los trabajadores-.
La relación con la central burocrática será uno de los retos más importantes de Ortega Villa: no puede equivocarse, porque el suyo es un liderazgo endeble, con menos de la tercera parte del voto de los trabajadores de base. Es evidente que la mayoría de los 40 secretarios generales seccionales hizo un mínimo trabajo en las elecciones, lo que se reflejó en el resultado.
Esa debilidad debe conducirlo a aceptar que en la elección de dirigentes seccionales será sólo de figura decorativa, para no enfrentar el riesgo de perder los apoyos que le permitieron ser candidato de unidad.
Entre las secciones que en las próximas semanas deberá convocarse a elecciones, se encuentran las cuatro más numerosas:
1 “Limpia y transportes
2 “Operación hidráulica”
6 “Parques y jardines”
12 “Servicios médicos”.
El presidente del SUTGCDMX debe centrarse, además, en el juicio de titularidad por la representación de los trabajadores administrativos de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX, planteado por el sindicato independiente que comanda Rubén Tovar Valencia -con la asesoría del abogado Alejandro Velázquez-.
Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales.